Plática con el Galeno (¡Cuidado con los alimentos!)
La doctora Gretza Sánchez Padrón recomienda determinados aspectos a tener en cuenta ante el intenso verano.
Por Ricardo R. González
Foto: Carlos Rodríguez Torres
Sin basamentos meteorológicos la población considera que las temperaturas reinantes en este verano resultan incomparables. Mas, lo cierto es que una intoxicación alimentaria (IA) puede penetrar por nuestras puertas y llegar al traspatio en menos de lo que imagina el ser humano.
Las aseveraciones coinciden con lo que explica la doctora Gretza Sánchez Padrón, al frente del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología (CPHE), en Villa Clara, quien sitúa al jamón, los embutidos, las propias ensaladas frías, las pastas de bocadito y algunos dulces entre los causantes de dichos procesos derivados de la incorrecta manipulación de los alimentos, de la forma de conservarlos, o por aquellos vendidos sin las mínimas condiciones sanitarias.
Y no deviene solo problema de Cuba. Cada año existen unos 76 millones de IA en los Estados Unidos (26 mil casos por cada 100 mil habitantes), mientras otros 2 millones sacuden al Reino Unido (3 mil 400 episodios por cada 100 mil habitantes), y Francia registra 750 mil (mil 210 casos por idéntica tasa).
Una de las fuentes de inminente peligro en nuestro medio resultan las ensaladas frías, pues la mayonesa tiende rápido a la descomposición, y el plato en su integralidad no puede exceder las seis horas entre la preparación y el consumo.
Encontramos —advierte Gretza— casos con 48 horas de procesadas, y constituye el rubro de mayor incidencia de IA en los convites familiares, aunque existan las mejores condiciones de refrigeración.
— ¿Puede hablarse de síntomas comunes de la afección al margen de su tipo?
— Los principales recaen en vómitos, diarreas, deshidratación, debilidad muscular, fatigas… Aparecen de tres a cuatro horas posteriores a la ingestión, y no podemos minimizar las enfermedades por trasmisión hídrica. Por lo que sugerimos hervir el agua o aplicar el Hipoclorito de Sodio disponible en la red farmacéutica, a razón de cuatro a cinco gotas por litro de agua, y mucho ojo con las verduras. Requieren un meticuloso cuidado y abundante agua a fin de limpiarlas.
— Refrigerar constituye una necesidad ¿Valen recomendaciones para el pescado, las carnes y los jamones?
— Exigen un adecuado nivel de conservación. Guardarlos en frío no resulta suficiente. Algunos demandan congelación, pero no todos los cárnicos pueden almacenarse en el mismo espacio. El pescado reclama un aparte respecto al resto de las carnes. Esta violación la apreciamos mucho en las instituciones estatales. Un simple descuido provoca secuelas nefastas.
— ¿Es cierto que distribuir los alimentos en el refrigerador posee su arte?
— En efecto, el propio pescado y el pollo llevan mayor nivel de congelación. Merecen el lugar más frío del equipo. La leche y los jugos destinados a niños no deben ocupar los planos bajos ni colocarlos en los aditamentos habilitados en la puerta.
— ¿Cuál es su criterio en torno a esa «moda» de aplicar desmedidamente sal de nitro a los jamones, o de acudir a sustancias químicas para acelerar la maduración de frutas y otros cultivos?
— El nitrito en exceso conduce a una intoxicación severa. Existen regulaciones específicas que velan por la justa medida. Rechazamos de manera total esos preparados caseros como también el de alterar el proceso de maduración.
— Se acerca el período vacacional, los carnavales y fiestas populares ¿qué recomienda ante esta disyuntiva de incesante calor y la afluencia masiva de personas en playas y otros centros recreativos?
Tendremos que redoblar la labor. Que se cumpla con la mayor exigencia cada uno de los parámetros higiénico-epidemiológicos establecidos, incluso cuando habiliten las piscinas habrá que analizar la calidad del agua, los alimentos a vender en la demarcación, y el número de bañistas por cada turno, pues deseamos un buen verano, su disfrute a plenitud, pero… con salud.
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