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soyquiensoy (Ricardo R. González)

«Con 2 que se quieran» Josefa Bracero (Parte I)

«Con 2 que se quieran» Josefa Bracero (Parte I)

“Para ser animador hay que tener bomba”

Amaury. Muy buenas noches, estamos en Con 2 que se quieran. Ahora en 5ta. Avenida y Calle 32,  en Miramar, en los maravillosos estudios Abdala.

Hoy nos acompaña, está con nosotros en el estudio y con ustedes en sus casas, una maravillosa persona, un maravilloso ser humano. Una gran locutora de radio y televisión, una escritora y una historiadora de la radio y la televisión.

Yo la quiero muchísimo y ya verán, poco a poco, por qué la quiero tanto. Mi fraterna, esa palabra siempre me fascina, fraternidad, parece una cosa como de logia, Josefa Bracero.

Josefa. ¿Cómo estás Amaury?

Amaury. Mi cielo, un besito, mi vida. Bueno, pues estamos en Con 2 que se quieran y yo, algunas cosas sé de ti, pero no tantas como quisiera, entonces me voy a enterar también aquí.

¿Tú eres de Camagüey, pero de Camagüey de dónde?

Josefa. Camagüey, de la ciudad de Camagüey. Exactamente yo nací en un pedazo de tierra que tenía mi abuelo por parte de padre, en lo que es el traspatio de la ciudad de Camagüey, en una casa de tablas de palmas, con techo de guano, muy a la cosa campesina, los pisos de tierra. Y nací en brazos de mi abuela materna y también estaba mi abuela paterna.

Mi mamá con 16 años me tuvo a mí allí, en esa finquita, era jovencita. En la misma ciudad de Camagüey, allí, pegadita a la ciudad.

Amaury. ¿Y cómo era el entorno? ¿Tenían vecinos? ¿Eran una familia grande?

Josefa. La familia de nosotros era muy numerosa. Déjame decirte que mis raíces, vaya, las raíces más antiguas: Mi abuelo por parte de madre, mambí. Mis dos bisabuelos por parte de padre españoles. Uno fue fusilado.

Amaury. ¿Por qué lo fusilaron?

Josefa. Bueno, lo fusilan por llevar armas hacia las tropas insurrectas, o sea, esas son mis raíces. Y por parte de madre, mi abuelo era mambí, mambí con 14 años, Amaury.

Amaury. Yo me encontré a un amigo mío que me dijo: pregúntale a Josefa ¿por qué no come frijoles negros? (risas)

Josefa. Bueno, yo sí como frijoles negros y me encantan. Yo sé por qué viene la pregunta. Mira, el problema es que mi padre, a pesar de que trabajaba en el campo con su papá, pero aquello no daba para tanto, él buscaba trabajo. Él trabajó en la construcción de la carretera central en la época de Machado, y entonces a la hora de cobrar, ellos nunca vieron dinero. Ellos daban unos valecitos y en una bodeguita que había por allí, por el barrio, allí le daban el equivalente en harina y frijoles negros. Y mi papá no pudo ver jamás el frijol negro. Ya con muchos años, mi papá murió hace dos años, con 93 años, ya a veces los comía. Pero bueno, realmente en mi casa no lo compraban.

Amaury. Para él era un recuerdo, una remembranza terrible.

Josefa. Era un castigo, un castigo, una cosa terrible. A mí no, a mí me encanta el frijol negro.

Amaury. Yo no concibo prácticamente la vida al margen de los frijoles negros.

Josefa. Ni yo tampoco, es por esa anécdota.

Amaury. ¿Cómo era Josefa, cómo era tu vida de niña, de niña y de joven?

Josefa. Bueno, yo tuve una niñez muy feliz. Rodeada de campo cubano, de un río. Pude ir a la escuela primaria y, bueno, después pude seguir estudiando. Hice lo que es hoy Secundaria Básica, cuando aquello era Escuela Primaria Superior. Pero uno salía con una preparación, prácticamente lo que se da en Bachillerato, muy preparado, muy preparado. Ya con 14 años yo empecé a trabajar en un Bufete Notarial.

Amaury. ¿Cuántos hermanos eran?

Josefa. Seis hermanos, dos varones y cuatro hembras. Y yo empecé a trabajar con 14 años para ayudar a mi papá con los demás muchachos. Era un puesto de trabajo que se le decía cartulario, que son las personas que redactan a mano las escrituras.

Amaury. Tienes unas manos muy lindas. Y yo puedo descubrir…

Josefa. Muchas gracias.

Amaury. Por las manos de una persona, yo puedo descubrir si tiene una letra bonita.

Josefa. Bueno, ya ahora no tanto, pero en aquel momento yo tenía una letra Palmer preciosa y, bueno tuve un trabajo decoroso.

Amaury. ¿A ti te hubiera gustado ser abogada?

Josefa. Me hubiera gustado ser abogada. Y, a veces, yo aceptaba trabajos de matrimonios, por ejemplo, de personas pobres, que el notario como era rico a él no le gustaba hacer. Realmente lo hacía con mucho placer, porque además estaba aprendiendo y estaba adquiriendo dominio de lo que era esa actividad.

Amaury. Pero triunfa la Revolución y tú estás en el bufete ¿no?

Josefa. Triunfa la Revolución y estoy en el bufete, y las pocas cosas que pude hacer por la Revolución las hice porque las personas del bufete pertenecían a una cédula del Movimiento 26 de Julio.

Y hay una anécdota: Cuando triunfa la Revolución, yo recuerdo que el día 4 de enero, yo perdí un zapato corriendo detrás del tanque de Fidel en plena Carretera Central, porque pasó el tanque y él había hecho noche cerca de mi casa y cuando pasa el tanque, bueno, yo salí corriendo y cuando me percaté, porque me dolían los pies veo que yo no tenía un zapato. Bueno, después estuve en el acto que se hizo en la Plaza de la Libertad, en el que él habló.

Amaury. Ahora ¿Cuándo tú vienes para La Habana?

Josefa. Yo llego a La Habana en el año 85. Yo fui fundadora del INRA, después fui fundadora de la ANAP. Por la ANAP, o por los créditos de la ANAP paso para el Banco Nacional, donde fui jefa del Departamento de Financiamiento Agropecuario, que no solamente daba el crédito al sector privado, sino que le daba también el dinero a las granjas estatales. Y estando allí digo, voy a terminar Comercio y matriculé en la escuela de Comercio.

Amaury. Ahora a ver, ahora nosotros no tenemos una escuela de Comercio en Cuba, que yo sepa. ¿Qué se aprende en una escuela de Comercio?

Josefa. Bueno, se aprende contabilidad.

Amaury. Porque en algún momento la tendremos.

Josefa. Bueno, no te puedo decir en este momento exacto, pero yo pienso que sí. Sí existen en cada provincia escuelas de Comercio. Que la gente se gradúa Técnico Medio en Comercio  y después hace el grado universitario, que también la carrera de contabilidad está abierta en las universidades cubanas, que existen universidades en todas las ciudades del país.Yo, lógicamente no llegué a graduarme tampoco de Comercio, porque faltándome poco tiempo para graduarme, decidí hacer algo que yo había soñado siempre.

Me gustaba mucho leer, me gustaba hablar y demás, y me presenté a una plaza de locución en Radio Cadena Agramonte.

Amaury. Ahí, ahora es cuando empieza el por qué te invité al programa. Primero hacía falta hacer toda esa parte histórica.

Josefa. El recuento.

Amaury. El recuento histórico. A ver, ¿cómo es lo de la locución? ¿Por qué te llamó la atención la locución?

Josefa. Siempre me había gustado la locución, siempre.

Amaury. ¿Pero oías mucho radio o veías mucha televisión?

Josefa. No, no, la radio fue mi compañera. Era mi enlace con el mundo exterior desde que yo vivía en el campo, porque a través del radio, yo pude escuchar obras de la literatura universal. Libros que todavía no habían llegado a mis manos, pero que por ahí conocí a Federico García Lorca, y conocí a Ibseny conocí a grandes de la literatura mundial.

Amaury. Más que la radio es un vínculo con el sueño, porque con la radio tú lo imaginas todo. La radio te da un elemento para que tú eches tu imaginación a volar. La radio es maravillosa.

Josefa. Y además, a través e la radio yo empecé a ver Los rostros imaginados.

Amaury. Porque claro, tú te imaginabas todo ¿tú no tenías televisión en esa época?

Josefa. No, no, no.

Amaury. Claro, que pasaba mucho. Yo recuerdo, digo. Te hago una anécdota rápido, porque esto es una conversación entre tú y yo. Mi madrina de bautizo, Felicia Melivia, era una gran actriz de radio,  no era una mujer bonita, pero tenía una voz hermosa. Y por supuesto, cuando llegó la televisión, Felicia, mi madrina, nunca pudo hacer televisión, porque la gente de pronto decía: Pero aquella voz tan cristalina, tan maravillosa, ¿era esta mujer?

Josefa. Como el caso de Marina Rodríguez, que no pudo hacer televisión.

Amaury. Exacto. ¿Qué sentiste el primer día que prendieron un bombillito, siempre hay un bombillito rojo que se prende? Nunca me he explicado por qué es rojo, por qué no verde.

Josefa. Mira, yo apruebo esa convocatoria que hay buscando locutores, que era para dos plazas, se presentaron unos cuarenta y tantos. Tuve la suerte de ser una de las dos personas que seleccionaron.

Amaury. ¿Y quién te seleccionó?

Josefa. Un jurado de locutores de la provincia, que la provincia de Camagüey se distinguió siempre por ser cuna de grandes locutores, incluso para la nación. Tanto Camagüey como Ciego de Ávila.Ciego de Ávila dio 106 locutores al país.

Amaury. ¡Qué maravilloso!

Josefa. Desde Manolo Ortega, Héctor Rodríguez, en fin, Fernando Alcorta, Eddy Martin, toda esa gente son de Ciego de Ávila.

Amaury. ¡Qué cosa!

Josefa. Magníficos compañeros que han sido, han sentado cátedras del oficio en este país.

Amaury. Y magníficos profesionales todos.

Josefa. Pero yo tengo que empezar en un turno por la noche en Radio Camagüey, que era de música instrumental y estando en Radio Camagüey, llega la primera evaluación. Recuerdo que fueron Manolo…

Amaury. …Manolo Ortega…

Josefa. Antonio Pera y Ángel Hernández, nada menos que esas tres personalidades.

Amaury. Bueno, la voz de Ángel Hernández todavía la recuerdo, todavía resuena en mi cabeza la voz de Ángel Hernández.

Josefa. No, no, no, fabuloso, fabuloso. Tres personalidades de la locución para todos los tiempos en nuestro país. Pero bueno, eso me valió también para reclamar mi plaza por la que yo había entrado, que era en Cadena Agramonte.Y entonces ahí empiezo en Cadena Agramonte a hacer de todo. Porque la radio de provincia desarrolla a la gente increíblemente. Y me he enterado, después de cuarenta y tantos años que ya yo llevo en el medio, que me han dicho compañeros de aquí, de la Ciudad de La Habana, y demás, dicen: ¿tú sabes que tú fuiste la primera mujer en Cuba que narró novelas seriadas?. Yo no lo sabía.

Amaury. ¿Novelas seriadas?

Josefa. Yo no lo sabía.

Amaury. ¿Novelas dramáticas?

Josefa. Dramáticas.

Amaury. ¿Cómo se puede narrar una? Es decir ¿Cómo haría la conductora?

Josefa. No, no, no. Narrar es una de las cuestiones más difíciles que hay en la locución. La más difícil de todas es ser animador.

Amaury. Ahí vamos.

Josefa. Que no es ser presentador. Animador es otra cosa.

Amaury. Vamos a hablar de esas diferencias, porque en este programa yo he aprovechado, quizás para aclararle al público algunas cosas y para aclarármelas a mí mismo, porque también, la verdad, muchas veces yo no las tengo claras.

Estaban los locutores que tenían que tener una voz específica, una dicción. Estaban los animadores, y estaban los que después llegaron a ser los presentadores, los conductores. Dime bien cómo son esas diferencias. Dímelas tú, que eres una profesional de eso, porque yo no.

Josefa. Mira, voy a retomar a Cepero Brito.

Amaury. Y ponme ejemplos.

Josefa. Vamos a tomar a Cepero Brito que es uno de los irrepetibles junto con Pinelli y tu mamá. Hay otros también muy buenos; está Eva (Rodríguez).

Amaury. Está Eva, había muchos buenos.

Josefa. Se han dado muchos buenos locutores, pero te voy a hablar de Cepero Brito. Cepero Brito me decía: Mira, con una buena voz, con una dicción impecable, tú puedes llegar a ser un buen locutor, y puedes tal vez dar noticias, hacer otras cosas. Animador es otra cuestión. Animador es el escalón más alto de la locución y de la actuación. Y Consuelo decía, además, otra cosa: pero es que para ser animador hay que tener bomba.

Amaury. Claro.

Josefa. Ella siempre hablaba de la bomba. Yo pienso que hay que tener bomba también para todo, pero realmente para la animación más. Para la animación hay que tener un nivel de cultura muy grande. Saber para poder salir de cualquier situación elegantemente. Saber improvisar mejor que si estuviera escrito y hacerlo muy bien. Por lo tanto, para improvisar, hay que saber de qué se improvisa.

Amaury. Claro.

Josefa. El que no tenga esa cultura, mejor es que no improvise.

Amaury. Y la chispa, ¿no?, yo me imagino también.

Josefa. Y chispa.

Amaury. Chispa para poder salir de situaciones difíciles.

Josefa. Chispa y algo también que no se aprende en la universidad, que es cierto ángel, lo que se dice, ángel, para poder comunicarse.

Amaury. Ángel, claro.

Josefa. Ángel, para poder comunicar.

Amaury. Los americanos le dicen it, eso, es como una cosa que…

Josefa. …Realmente es una cosa muy difícil. La animación es algo muy difícil, es un escalón muy elevado de la locución. Porque no es fácil. Y entonces la diferencia entre radio y televisión. La gente dice: el radio es el más difícil porque todo, hay que dar todas las intenciones con la voz. La televisión te ayuda mucho la imagen. Una imagen más o menos te ayuda. Pero cuidado, porque la televisión tiene un lenguaje también.Y hay que dominar mucho el movimiento de la cámara. Dominar ahora eso que hay que es muy moderno, que es el teleprompter, para no parecer que tú estás…

Amaury. Claro, es que yo creo que lo expliqué el otro día en un programa, pero vuelvo a explicarlo. Son como unas pequeñas pantallas de computación que están pegadas a la cámara. La persona está mirando de frente a cámara, tú piensas que es una gran memoria lo que tiene  el locutory está leyéndote en tu cara.

Josefa. Sí, pero cuando están con la mirada fija, no luce bien. Hay que jugar con la expresión.

Amaury. Hay que saber cómo hacerlo, claro.

Josefa. Hay que saber jugar con el teleprompter.

Amaury.  Hay que saberlo usar.

Josefa. Hay que saberlo usar, todo hay que saberlo usar.

Amaury. ¡Todo, todo hay que saberlo usar!. Es una buena frase (risas)

Josefa. Todo hay que saberlo usar, porque si no el efecto es un efecto que no es bueno. (risas)

Amaury. Ahora, a qué tú le atribuyes y yo me voy a atrever porque tú eres una locutora de prestigio y eres una mujer además,  después lo veremos en el camino, que has estudiado mucho los medios y que has publicado libros, aquí los tengo y hablaremos de ellos más tarde. A que tú le atribuyes que después de esa camada, llamaríamos, donde la única sobreviviente en estos momentos es Eva Rodríguez yo no veo profesionales tan completas como ellos  ¿A qué tú crees que se le puede atribuir?

Josefa. Mira, hay una cuestión. La mayoría de ellos fueron autodidactas, no surgieron de una escuela. Ahora hay escuelas que preparan, escuelas que tenemos que perfeccionar, pienso. Pero que realmente la gente tiene que tener, hay que nacer también con algunas cosas de esas, al menos, me refiero para la animación.

Amaury. Pero yo te voy a hacer otra pregunta. Voy a seguir en esto, es un mundo que me gusta, tú sabes que tengo curiosidad. En aquellos años, las personas que dirigían la televisión, hablo de los años 50. Buscaban a la gente por su talento.Las publicitarias, que eran las que hacían comerciales, buscaban a la gente por su belleza. Una cara bonita valía para promocionar un jabón, o una pasta de dientes.

Josefa. Aunque no pudiera abrir la boca.

Amaury. Sí. Aunque bueno, de ahí salieron, como tú sabes, la misma Freya (García), Margarita Balboa, la misma Gina Cabrera, o Consuelito, en fin, todas ellas salían de vender normalmente jabones.

La misma Dinorah, que hacía Camay. Pero no era un requisito ser escencialmente bonito. ¿Últimamente -es pregunta-, tú no crees que la televisión nuestra, imitando desaforadamente a la televisión de otras partes del mundo, no están escogiendo belleza por sobre talento? Porque Pinelli era un excelente conductor, pero no era necesariamente un hombre apuesto.

Josefa. No. El caso de Pinelli es un caso simpático. Tú sabes que Pinelli era estelar ya en radio; periodista, reportero, animador, hacía comerciales, etc., etc. Y cuando se funda la televisión, los Mestre le dicen -él estaba en CMQ ya-, tu imagen no ayuda para la televisión.

Amaury. ¿Los Mestre le dicen eso?

Josefa. Sí. Perfecto, pero viene la fundación del Canal 6, cuando se hace el edificio y demás. Que hay una gala, hay una actividad.

Amaury. Lo que es ahora el ICRT, para la gente que es más joven.

Josefa. A la persona que iba a animar el espectáculo, se le pierde el libreto, el libreto no aparece y entonces tienen que acudir a Pinelli, para que Pinelli empiece a rellenar, porque ya el público estaba inquieto.

Imagínate, que en esa inauguración era mucho lo que había, incluso de cadenas norteamericanas.

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