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soyquiensoy (Ricardo R. González)

¡Hola mamá!

¡Hola mamá!

El 2010 forma parte del ayer, pero entre sus capítulos destacables figura el de dejar los registros más bajos de mortalidad infantil para una provincia en toda la historia cubana. Una realidad que incluye al hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara.

Lismarian Yanez Izquierdo fue una de los 5 mil 277 infantes que, hasta el 28 de diciembre, habían nacido en el hospital ginecobstétrico santaclareño, cuya cifra de bienvenidas superó la registrada el año anterior.

Por Ricardo R. González

Fotos: Carlos Rodríguez Torres

Una hipertensión arterial fue el detonante para que Marylín Benavides Torrente hiciera más largas sus noches apoyada en el conteo incesante de estrellitas que asedia a las gestantes impacientes. Era su primera gestación y deseaba lograrla, a pesar de que la aguja del esfigmo se inclinaba hacia la zona de peligro ya en los momentos culminantes previos al alumbramiento.

Requería paciencia, de esa gran dosis que la llevó a desempolvar los libros del armario para repasarlos desde una de las camas de la Sala de Cuidados Perinatales, del hospital ginecostétrico docente Mariana Grajales, cuando aun Lídice no mostraba indicios de salir a conquistar el mundo.

Esta área es considerada por muchos como el recinto de lujo de la obstetricia villaclareña donde se juega la vida de la mujer y la criatura mediante decisiones vitales en el estudio, seguimiento y control de los casos de alto riesgo previo al parto, durante el alumbramiento, o posterior al nacimiento.

Los caprichos de tensiones arteriales elevados, las descompensaciones de las diabetes mellitus, las jugarretas de un corazón en contratiempos o cualquier alteración que interfiera el amplio universo de la maternidad figuran entre los móviles que indican un ingreso en el servicio.

LA VIDA TOCA A LAS PUERTAS  

Los largos pasillos de la principal institución ginecobstétrica de Villa Clara reservan historias, momentos agradables y otros tristes. Ello es común en cualquier parte, más resulta novedoso que al despedir el pasado año acumulara una tasa de decesos infantiles de sólo 1,3 por cada mil nacidos vivos (siete fallecidos) en un período de complejas situaciones, y 5 mil 277 nacidos vivos —hasta el 28 de diciembre— que supera la cifra del año precedente de 4 mil 700 en idéntica etapa.

«Alma, corazón y vida revierte en premisa», confirma la doctora Rokselys Vigo Rodríguez, quien desde hace 15 meses asume la responsabilidad directiva del centro, y no deja de avalar resultados gracias a las acciones colectivas como rasgo que hace grande la obra.

Son estadísticas de Primer Mundo en una entidad que asiste entre 5 mil y 6 mil partos anuales, y alcanza los mejores saldos de la última década en cuanto a la morbimortalidad, a pesar de las tensiones generadas en algunos momentos por la falta de determinado medicamento, material gastable o recurso.

«Solo el ingenio de nuestros profesionales y el aporte del resto de la unidades de Salud, de nuestra demarcación o de otras provincias, logran proezas y hacen grande al sistema de Salud cubano», enfatiza Rokselys.

Una mirada a la Neonatología revive la llama por la siempre esperanza del mundo. Cuando parece imposible que un recién nacido con apenas dos libras de peso pueda sobrevivir, pero el paso del tiempo demuestra que ese llanto débil se hace vigoroso dentro de la incubadora mientras la balanza indica el ascenso de la masa corporal de forma vertiginosa.

Además del bajo peso, que totalizó durante el recién concluido año 58 menores por debajo de las tres libras, sus camas reciben casos complejos atribuibles a diferentes afecciones, a quienes requieren fototerapia (como consecuencia de ícteros o coloración amarilla de la piel) u otros procederes complementarios, aquellos que se mueven entre los acertijos de poder rebasar las 72 horas de nacido debido a su estado crítico, y a los aquejados de complicaciones que suelen aparece con frecuencia producto de sus propias características y que propician largas estadías.

Por demás, este hospital no se circunscribe solo al ejercicio cotidiano de partos, pues asume la docencia en la formación de los nuevos profesionales, y ejecuta cerca de 5 mil intervenciones quirúrgicas anuales con mayor incidencia de las cesáreas y las histerectomías (extirpación uterina), sin contar los 6 mil legrados como detalle llamado a meditaciones a tenor de que la población mantiene el criterio erróneo de verlo como método anticonceptivo, sin pensar en sus riesgos incuestionables.

Entre el ir y venir de las consultas puede hablarse de las correspondientes a ginecología y obstetricia; sin embargo, muchos desconocen que la especialidad de psicología tiende sus manos a otras personas sin ser necesariamente embarazadas, y están aquellas habilitadas para tratar patologías de mama y cuello del útero, así como las dirigidas a las gestantes hipertensas y cardiópatas, entre numerosas opciones de un hospital que no excluye los imprescindibles veredictos del laboratorio clínico y de anatomía patológica.

Otro año comienza. Los hombres y mujeres del «Mariana Grajales» no conciben sus sueños sin el afán de entregarse a la calidad como premisa elemental en una institución que late desde hace medio siglo, y muestra sus inevitables desgastes en la infraestructura con redes hidrosanitarias deplorables, y secciones que, paulatinamente, reciben la mejoría que bien necesitan.

Unas 32 empresas de la provincia han dejado sus huellas en un empeño que recae sobre la ECOAI- 1, y cuenta con otros aportes que no excluye la participación de los trabajadores, desde el profesor destacado hasta el imprescindible auxiliar de limpieza, que desde mayo están enfrascado en faenas voluntarias dominicales.

Fuera del universo constructivo, habrá que profundizar en esos laberintos del método clínico a partir de que un buen interrogatorio al paciente, acompañado de un examen clínico consecuente, despejan muchas de las incógnitas que no necesitan del sofisticado aporte tecnológico.

Y también sentir que desde la puerta de entrada hasta la salida prime la satisfacción y no las quejas en ese largo camino que impone la excelencia. Solo así se puede afirmar que la vida toca a las puertas gracias al abono de la conciencia y el corazón.

MEMORÁNDUM

— La tasa de mortalidad infantil es la proporción entre los fallecidos menores de un año y los infantes nacidos con vitalidad. El saldo preliminar logrado por Villa Clara en el 2010 significa que por cada mil nacidos vivos se registran 2. 5 decesos, sin que intervenga el número de habitantes existentes en una población. 

— Mientras mayor sea la cifra de nacimientos menor será la que tribute un fallecido a las estadísticas de cada territorio.

— El riesgo reproductivo preconcepcional reclama mayor interrelación entre la atención primaria y secundaria, a tenor de que las malformaciones congénitas figura entre las causas predominantes de muertes infantiles. Preparar a la pareja y dotarla de los conocimientos necesarios resultan primordiales ante la existencia de anomalías incompatibles para la vida.

— Antes de la tasa correspondiente al pasado año, Villa Clara logró en el 2008 otro de los registros más bajos de decesos en menores de un año al alcanzar 3,3 por cada mil nacidos vivos. También resultan significativos el de 2005 (4,2), y el 2009 que concluyó con 4,4.   

CONTRASTES

Esto es solo una mirada a lo que acontece en parte del globo terráqueo durante el año que acaba de culminar, y lástima que África experimente un incremento de muertes en menores de cinco años, sobre todo en Camerún, la República Central Africana, Chad, Congo, Kenia y Zambia.

De los 36 países con índices de mortalidad infantil superiores a 100 por cada 100 mil habitantes (en dicho continente se utiliza dicha proporción), 34 se encuentran en el África negra. Los otros son Afganistán y Mianmar.

Y mientras ello ocurre otros informes aseveran que el 34% de los decesos entre europeos, desde que nacen hasta los 19 años, sitúan a las lesiones entre las causas principales, sobre todo las colisiones en la carretera en Europa Occidental.

Un gran número de niños en el continente también pierde la vida en incendios, ahogados, o envenenados, y a través de Europa la contaminación del aire mata hasta 13 mil menores de cuatro años, cada 12 meses.

Sin embargo, la contaminación del aire interior, producida por el uso de combustibles sólidos, cobra la vida de más de 50 mil menores al año.

 

1 comentario

Carlos Mohedano -

Magífico trabajo, Ricardo
Os vuelvo a felicitar y saludos para Cuba por este logro.
Afectos.
Carlos Mohedano.
España.