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Cada jornada es un Día de la Cultura Cubana

Cada jornada es un Día de la Cultura Cubana

Por Ricardo R. González

Tengo una deuda con mi profe de siempre Maria NDiaz quien, el propio 20 de octubre, me pidió que escribiera algo sobre los orígenes de esta fecha que tiene como escenario indispensable la histórica ciudad de Bayamo.

Fue allí, y en esa fecha, en que se entonó, por primera vez en Cuba, las notas de «La Bayamesa», denominación primaria de nuestro Himno Nacional cuando gran parte de su población cantó aquellas notas compuestas por el patriota y músico Perucho Figueredo.

Transcurrió en medio del júbilo por la toma de la ciudad y a diez días posteriores al estadillo de la primera Guerra de Independencia. Fue en 1868, aunque su autor lo había compuesto un año antes.

«La Bayamesa», por haber sido creada y entonada en la histórica ciudad, tuvo como referencia «La Marsellesa», aquella marcha que identifica la Revolución Francesa.

Era el símbolo de nacimiento de una nación rebelde luego del levantamiento en armas en el que Carlos Manuel de Céspedes liberó a sus esclavos, en tanto las tropas mambisas atacaron el poblado de Yara y marcharon hacia Bayamo. La ciudad fue tomada pocos días después y en medio de la insurrección se entonaron las notas del llamado Himno de Bayamo.

En 1892 José Martí decidió publicar su letra en el periódico Patria, mientras que pasados seis años Guanabacoa recibió al primer contingente del Ejército Mambí, y correspondió al músico José Antonio Rodríguez Ferrer realizar una versión para banda del Himno, con su correspondiente partitura. De esta manera compuso la introducción instrumental que se conoce.

Hubo varias versiones hasta que en diciembre de 1900 fue declarado Himno Nacional de Cuba por la Convención Constituyente de la República.  

En agosto de 1980 el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros instituyó el 20 de Octubre como Día de la Cultura Cubana, y su Himno resulta un símbolo de identidad, de patriotismo y de amor que se engendró desde ese tronco común, de ese ajiaco que reúne a las diversas manifestaciones culturales para hacerlas propias y genuinas.

Son muchos los que a través de la historia inscriben sus nombres en este mar de tradiciones y de entregas, con la premisa de que esa dosis de espiritualidad que tanto se necesita traspase la piel y recorra los diversos laberintos del ser humano.

Claro que se ha forjado a base de sacrificios, sí, de muchos, pero a la vez de talento, perseverancia, de luchar contra imposibles, de derribar muros inconcebibles, de pensar que existe un espectador deseoso de nutrirse y disfrutar de buenas entregas, de reforzar la idiosincrasia, y alimentar el caudal que llevamos dentro. Son muchos los contribuyentes, los que están y ya no, pero que tienen su huella imborrable en este gran mosaico.

Que vibre siempre la pasión, las ganas de hacer, el respeto al arte. Así ha sido y será. Por ello cada jornada que transcurre es un Día de la Cultura Cubana.   

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