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soyquiensoy (Ricardo R. González)

Signos de alarma, los filos del dengue

Signos de alarma, los filos del dengue

Texto y fotos Ricardo R. González

El incremento de casos de dengue en Cuba hace que los pediatras villaclareños emitan sus valoraciones para evitar consecuencias mayores ante el curso de la enfermedad que ha llevado a revisar protocolos.

En este sentido la Dra. Norma Gómez García, especialista de II Grado en Pediatría, en Medicina Intensiva y Emergencia, y jefa del Grupo Provincial de la especialidad, sostuvo que Villa Clara no difiere de la problemática existente en el país porque también presenta un incremento de la afección en todas las edades, pero en particular en el paciente pediátrico.

«En junio, julio y agosto 40 niños requirieron hospitalización en la Unidad de Cuidados Intermedios por alguno de los signos de alarma. Solo dos menores asistieron a la terapia intensiva, aunque no tuvieron manifestaciones de shock ni de sangrado profuso ni necesitaron del apoyo de drogas o de soporte ventilatorio. La evolución resultó favorable y debe quedar claro que no se reportan, hasta el momento, niños fallecidos por dicha causa en territorio villaclareño».

A pesar de ello los expertos permanecen alertas sin ápice de confianza, ya que confían en que las fortalezas de un diagnostico precoz en estos pacientes ha sido capaz de remitir, de forma adecuada y oportuna, a las secciones de urgencia.

Para la especialista el hospital pediátrico universitario José Luis Miranda dispone de una estrategia bien delineada a partir de una dotación de camas existentes en el servicio de misceláneas, y si se identifica un caso con uno de los signos de alarma desde cuerpo de guardia se dirige a la unidad de terapia intermedia.

«Hay una particularidad a tener en cuenta. Villa Clara está ingresando a todos los pacientes en edad pediátrica con estas características, ya sea en el hospital o en un centro de aislamiento, sin descartar las comorbilidades que presenten y que puedan comprometer su inmunidad. Estos últimos también pueden ingresar en el hospital pediátrico aun sin reportar signos de alarma», precisa Gómez García.

— Usted habla de signos ¿cuáles son los reiterativos en nuestro medio?

— En los casos recluidos en terapia intermedia predominaron el dolor abdominal intenso, los vómitos que no pudieron controlarse con más de tres en una hora, y sobre todo las manifestaciones mayoritarias de decaimiento que dejan en los pacientes, los derrames de líquido en el pulmón cuando se hacen los estudios radiográficos, o que aparezcan en la cavidad abdominal, y la lipotimia o estado de sudoración y frialdad como elementos principales.

— ¿Existen otros?

— La población debe vigilar también los comportamientos inusuales del niño, que se comporte con mayor irritabilidad, o que duerma más de lo acostumbrado, que experimente un cambio brusco de la temperatura luego de un ascenso de 39 a 40 o C y un descenso apresurado hasta llegar a una hipotermia por debajo de 36 o C, así como el sangrado más profuso ya sea por la nariz o las encías.

— Se habla de varios serotipos en torno al dengue ¿afectan todos en la actualidad o hay alguno en específico?

— El que más incide en estos momentos es el de tipo 3 (DENV-3) considerado uno de los más graves. Vale aclarar que el referido microorganismo infeccioso llevaba más de 20 años que no circulaba en Cuba, por lo que en investigaciones realizadas y al ver el comportamiento de los enfermos hay que hacer especial énfasis en la concreción de las fases.

— ¿Cómo las describiría?

— El dengue tiene tres fases: la febril como etapa inicial caracterizada por fiebre, malestar general, dolor retroocular presentes de tres a cinco días e incluso hasta siete.

Está la fase crítica con los signos de alarma marcados entre el cuarto y el séptimo día aproximadamente y después de la semana transcurre la fase de recuperación.

Estudios realizados en Bolivia, Nicaragua y México en personas adolescentes y supuestamente personas más sanas reflejan que se atrasan los signos de alarma, por lo que hemos apreciado que pueden aparecer síntomas entre el séptimo y el décimo día.

— Por tanto. no existe un comportamiento homogéneo…

— En el caso de los inmunocomprometidos y personas de edad avanzada no resulta extraño que adelanten su fase crítica y en menos de 48 horas aparezcan signos de alarma. Ello es muy peligroso debido a que la persona no va de inmediato a su médico de familia, achaca su estado a otras dolencias, y hace las manifestaciones de shock en el hogar.

— Algunos expertos llaman la atención sobre el síndrome febril. Luego de un ascenso vertiginoso puede bajar rápidamente y ello constituye un indicador para entrar en una fase complicada…

— Así es. De una hipertermia pasar a una hipotermia de manera brusca deviene signo de alarma, y es una de las manifestaciones que no descarta la gravedad del paciente.

— Dos elementos fundamentales, a mi entender, resultan la Atención Primaria de Salud y la familia…

— Muy importante ambas. El núcleo familiar desempeña un rol de primer orden para advertir los cambios que no pueden perder su evolución ni un minuto, incluso en los casos de hospitalización es la madre la que se convierte en centinela y nos comunica cómo transcurrió la noche y cuáles son los cambios experimentados por el niño.

Hay una pregunta que la mayoría de los pediatras hacemos a las progenitoras: ¿cómo Ud. lo ve hoy? Mejor o igual, y suceden otras interrogantes para diferenciar y precisar el comportamiento habitual y el provocado por la enfermedad, por lo que ellas ofrecen datos muy importantes.

El médico de la familia es fundamental en la promoción y prevención. Creo que deben retomarse muchas cosas en las charlas educativas que van más allá de la limpieza e higienización de los patios, de las recomendaciones habituales para evitar los criaderos que son necesarias, pero hacer más énfasis en los signos de alarma y en los exponentes clínicos que la población tiende a confundir con un simple catarro al resultar la primera etapa febril acompañadas de situaciones respiratorias o gastrointestinales, o se malinterpreta como una ingesta aguda y no llevan al niño al médico.

— Dengue y leptospira ¿se dan la mano?

— Hay otro detalle importante con los diagnósticos diferenciales en esta época del año. Ha llovido mucho, los infantes andan descalzos y al ocurrir todas estas situaciones se activan las causantes de la leptospirosis. El dengue lo que lleva es diagnóstico precoz y tratamiento adecuado con rehidratación porque es un virus que lleva la vigilancia de los signos de alarma y agravamiento, pero la leptospira impone antibióticos. De abandonar su curso puede complicarse y dar al traste con la vida, por lo que compete al galeno de la familia el primer diagnóstico en torno al dengue, y si ellos lo consideran oportuno y necesario remitir al enfermo a la atención secundaria u hospitalaria o a un centro de aislamiento.

— A los cubanos les gusta la automedicación ¿qué hay en estos casos?

—Errónea totalmente. Hay antipiréticos que no pueden utilizarse como los salicilatos, tampoco la de administrar fármacos por vía intramuscular. Todos los medicamentos deben ser prescriptos por los médicos. Sabemos que muchos familiares con acceso a internet revisan informaciones y la llevan a vías de hecho. Eso es totalmente incorrecto porque no toda información tiene un basamento científico, tampoco se interpreta de manera adecuada, y no toma en cuenta particularidades del enfermo.

— Recomendaciones generales ante el incremento de dengue

— En extremo fundamental la higienización de las personas en sus hogares y velar las áreas exteriores, proceder al cambio diario del agua de los vasos espirituales y los bebederos destinados a los animales, revisar el tapado correcto de los dispositivos que almacenan agua, y cumplir la vigilancia por parte del sistema de Salud al exigir el cumplimiento de los protocolos establecidos para la eliminación de los focos de Aedes aegypti como agente causante del dengue.

Por otro lado los progenitores deben mantener el seguimiento de sus hijos, y quiero hacer especial énfasis en los adolescentes ante enfermedades infecciosas que presentan febrícula unido a otras manifestaciones y que no se confundan con padecimientos supuestamente leves que, a la postre, puedan conllevar a situaciones complejas.

Quienes estudian fuera de la casa, pasan jugando fútbol en terrenos o zonas propensas a salideros o en otras actividades hay que vigilar comportamientos no habituales en esas edades ante un escenario epidemiológico caracterizado por varias enfermedades confluyentes y todas tienen un curso clínico muy semejante. Recordemos que el dengue está entre ellas y sí cobra vidas.      

PIE DE FOTOS

1.- El hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Villa Clara, tiene su estrategia bien definida para evaluar los signos de alarma y determinar la conducta a seguir.

2.- «Al menos en la provincia no se reportan, hasta el momento, menores fallecidos por dengue. La observación y actuación a tiempo ante cualquier síntoma resulta fundamental» enfatiza la Dra.  Norma Gómez García, jefa del Grupo Provincial de Pediatría.

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