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soyquiensoy (Ricardo R. González)

En tiempos de COVID el CBQ mira la vida

«La construcción demanda más de la cantidad de CBQ-VTC que hoy se produce», advierte la Dra. Zenaida Rodríguez.

Texto y foto Ricardo R. González

Llegar al Centro de Bioactivos Químicos (CBQ) es encontrar siempre buenas nuevas con respuestas atinadas a los momentos que se viven. La actual pandemia no constituye una excepción debido a que su colectivo buscó la manera de demostrar incondicionalidad y las formas de aportarle a la vida.

Cuenta su directora general, la Dra. Zenaida Rodríguez Negrín, que hace tan solo días comenzaron a destilar el agua utilizada en el hospital oncológico Celestino Hernández Robau, de la capital villaclareña, para sus funciones.

«Es un apoyo que realiza nuestro centro a la institución hospitalaria de conjunto con la Facultad de Química, de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas. Otra manera de sentirnos útiles ante el esfuerzo de médicos, personal de enfermería, y el resto de los villaclareños y cubanos que día a día se suman a la primera línea con un distintivo de vanguardias».

Para ella resulta un solo granito de arena entre el mar de las cosas que debemos hacer, y por ello envían alrededor de un centenar de litros del líquido purificado para la utilidad del centro hospitalario.

Yaidel Quíñones García, un especialista de la calidad, trabaja de 10 a 12 horas diarias para cumplimentar la demanda de agua que requiere el hospital oncológico Celestino Hernández Robau.

El largo pasillo del CBQ siente ahora la inmovilidad cotidiana y extraña el ir y venir de estudiantes que, desde su vista panorámica, dan vida a la institución de la enseñanza superior por excelencia. Ahora no están, se permanece inerte hasta cierto punto porque en el laboratorio de la entidad labora el joven Yaidel Quíñones García, un especialista de la calidad que trabaja de 10 a 12 horas diarias para cumplimentar la demanda del agua hospitalaria.

Entonces alude al proceso con su destilador de óptima calidad, pero con capacidad limitada, y sin complejas explicaciones reafirma que el agua viene de la llave, pasa por el purificador, apoyado por un filtro de zeolita, hasta depositarse en los recipientes estériles.   .

Para la Dra. Rodríguez Negrín no resulta la única contribución. «Desde el primer día que apareció la COVID-19 tenemos a un estadístico trabajando en apoyo al Gobierno Provincial para incidir en la mejor toma de decisiones en Villa Clara».

Al mirar por el prisma de las producciones el CBQ no se detiene. Su colectivo reconoce que resultan su razón de ser en el marco de las indicaciones realizadas por la directiva del país y el Ministerio de Educación Superior (MES) de no paralizar los aportes de la ciencia.

Sobre el CBQ-VTC, primer bioplastificante obtenido en el país, logrado con recursos naturales que ya cuenta con licencia a base de años de investigación y producción a gran escala se refiere Robelio Ramos Méndez, ingeniero industrial y jefe del Dpto. de producción.

Sin contar con la totalidad de sus trabajadores se ha mantenido el proceso con el Vitrofural como rubro exportable del centro junto a los requerimientos encaminados a satisfacer la demanda nacional.

«Las necesidades de todas las biofábricas del país están garantizadas con este esterilizante químico de amplio espectro destinado a la producción de vitroplantas, y que tiene entre sus ventajas la posibilidad de que cada seis gramos de este se logran 50 litros de medios de cultivos para la esterilización».

Respecto a la Furvina, como principal activo del centro, se trabaja en el sistema de no conformidades dejadas por los organismos de inspección correspondientes que otorgarán el permiso para trabajar con licencias de buenas prácticas farmacéuticas hasta 2022.

Posee un adecuado rendimiento y alta pureza lo que garantiza su empleo como ingrediente farmacéutico activo en la industria médico farmacéutica, para uso humano, veterinario y agrícola.

Y no quedan a la zaga otros renglones de origen microbiana como el CBQ-VTC, un plasticida que se le añade a los hormigones de la construcción y tiene como propiedad la posibilidad de reducir la relación agua-cemento de un 6 a un 15 % y evitar tiempos de fraguado excesivo.

Otro renglón adicionado a la cartera es el CBQ agroGET, considerado un microorganismo eficiente que posibilita el incremento de los rendimientos con estudios realizados en arroz, frijoles y vegetales.

Llama la atención que constituye un producto biológico fabricado con materias primas locales encaminado a mejorar los procesos químicos, físicos y biológicos del suelo, al tiempo que proporciona nutrientes que intervienen en el desarrollo de las plantas, reduce el efecto nocivo de plagas y enfermedades, y mejora la fertilidad como apoyo al programa alimentario que no se puede descuidar.

El CBQ añora ese día en que vuelvan a estar los 110 trabajadores en plena comunión y que hoy solo admite 42 debido a las circunstancias, mas ninguno está subutilizado debido a que la rama investigativa es otra de las líneas vitales.

«Aplicamos el teletrabajo. Los investigadores prosiguen con sus estudios, los docentes se mantienen en sus casas incentivando publicaciones, maestrías, artículos para doctorados, mientras hay otros compañeros a distancia que no descuidan tareas importantes que, en ocasiones, la propia cotidianidad no permite realizarlas», comenta la Dra. Zenaida Rodríguez.

La ingeniera Ana Rosa Brito Martínez, directora de producción, inicia otro de los procesos en la Planta de la institución.

Y es momento para hablar de la logística ya que no se ha detenido la compra de cemento y se hacen gestiones con la miel y el alcohol como materias primas fundamentales para las producciones ante muchas dificultades existentes.

Todo bajo las regulaciones actuales y sin violar aspectos de la legalidad, como lo es también la garantía de la protección física con las modalidades establecidas.

Con huellas marcadas por el bloqueo tanto en la adquisición de equipos como en la llegada de los efectivos por concepto de ventas el CBQ no descansa. «Hoy hablamos de un virus, el COVID-19, pero nosotros trabajamos el mundo de las bacterias y los hongos, por lo que debemos iniciar el ensayo clínico fase III con el Dermofural que ya cuenta con registro antifúngico y queremos ampliar el uso como bactericida en úlceras infestadas, cuya aspiración es concluir ese ensayo a finales de este año».

Cuando el CBQ retorne a la normalidad estarán concluidos muchos de sus proyectos. Entonces comenzará otra era de nuevos sueños abrazados por el enorme caudal que posibilita la ciencia.

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