Liuba María Hevia: Corazón, sentimiento y manantial de esperanzas
Por Ricardo R. González
Luego del emblemático concierto ofrecido por Liuba María Hevia, este domingo en la Sala Avellaneda, del Teatro Nacional, no cabe dudas que su protagonista deja una huella entre todos los asistentes, y reafirma que tanto talento se desborda para estar en función de su público.
Cumplir 35 años de quehacer artístico resultó, simplemente, el pretexto a fin de agradecer a todos los que han contribuido —y aportado— a ese deleite artístico que abre el abanico de géneros.
Acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta de su director titular Enrique Pérez Mesa, el respetable disfrutó de los arreglos realizados por Beatriz Corona, Wilma Alba, Daniel Torres Corona y el Guajiro Miranda, para cada uno de los temas.
Sin embargo, no resultó un concierto unipersonal, y por ello quiso compartir el escenario e invitó a Annie Garcés, quien ya tuvo su experiencia con la Sinfónica, la prometedora Enid Rosales en el tres, Loania Carrillo (bajo), Alejandro Aguiar (formidable ejecutor de la percusión), Roxana Iglesias ( violín), Isabel Paula García (chelo), como uno de los instrumentos favoritos de la intérprete, y Pepe Hevia, maestro de la danza que impregna a los vídeos de su hermana una factura de excelencia además de apoyarla en los coros de algunas canciones.
Por su marcado amor a la infancia y por el afán de mantener viva las rondas infantiles y el legado de nuestra Teresita Fernández, entre otros autores del género, Liuba incluyó al Coro Nacional Infantil, las cantorías Solfa y Olas de la Schola Cantorum Coralina, la Cantoría Fábrica de Arte Cubano, sin descartar al Coro de Cámara Vocal Leo en otros matices de la puesta.
Mas tanto esfuerzo no queda a la deriva. Y por el aporte de la cantautora a la cultura nacional y a las raíces de la identidad recibió, en plena función, la Medalla Raúl Gómez García, máximo distintivo conferido por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura a partir de su entrega incondicional al arte, junto a otros reconocimientos entregados por Alpidio Alonso, recién designado Ministro de Cultura.
Para Liuba no existen descansos prolongados. Cumplió este sueño de una presentación que acariciaba desde años y que por disimiles razones no fue posible hasta ahora, mas casi prepara equipajes para compartir su concierto en aquellas capitales de provincias que cuenten con formaciones sinfónicas.
Por ello el calendario proseguirá el 12 de septiembre en la Sala Dolores, de Santiago de Cuba, para continuar por Holguín (16 de septiembre en el Teatro Guiñol, Camagüey (22 de septiembre. Teatro Principal), Villa Clara (28 de septiembre. Teatro La Caridad), y Matanzas, tiene prevista la función el 13 de octubre en la remodelada Sala José White.
Los sueños de Liuba están en constante espiral. Por ello la escena del Teatro Martí la acogerá, casi a finales de año, para reafirmar que en cada entrega existe un corazón, múltiples sentimientos y un manantial de esperanzas.
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