En Villa Clara: Lo Ramonal de un Monte
No es una postal. Constituye una de las tantas variedades que se encuentran en las andanzas por el Monte. Existen, además, 91 especies de plantas maderables, 85 medicinales, 73 endémicas nacionales, 58 melíferas, y 37 de orquídeas, entre otras. Villa Clara dispone de una Reserva Florística Manejada convertida en una especie de paraíso a fin de contribuir al desarrollo sostenible que tanto clama el Planeta.
Por Ricardo R. González
Foto: Ramón Barreras Valdés
Amanece en Monte Ramonal. Dos corredores de aves migratorias surcan su cielo en perfecta sincronía. La escena se repite a diario, y solo ellas saben de rutas o destinos. Después aparece la calma, el silencio se apropia del sitio en una especie de complicidad típica de esta región caliza con elevaciones de poca altura, ubicada entre los municipios de Santo Domingo y Corralillo.
Nadie imagina el tesoro que reserva, aunque la comunidad más cercana se encuentra a 10 km del área central. Una Naturaleza sorprendente que acoge la Reserva Florística Manejada de incalculable valor.
De vez en cuando la calma se rompe por el trino de un pájaro que le ofrece al visitante una supuesta bienvenida, o por el ruido de algún lagarto que se mueve rápido entre las hojas secas ante la presencia de intrusos, mientras apreciamos por los caminos cómo la caoba convive con la majagua, o el ocuje para que las plagas no hagan estragos.
El paisaje exhibe, además, robles, ácanas, y yaití entre las especies maderables, pero no se descuidan los proyectos ante variedades exóticas e invasoras en una zona propensa al marabú, y a la zarza americana.
Sentado en un típico taburete Oscar Rosada Alfonso admira las potencialidades del lugar. Es el director del Área Protegida declarada desde 1990. Desde entonces ha llovido bastante, y conoce del trabajo que pasan los 39 trabajadores; de ellos, 14 mujeres, para mantener lo logrado en un punto donde la flora acumula endémicos nacionales de la sabana de Manacas.
Tampoco escapa el rescate de diversidades amenazadas. Un ejemplo lo constituye la llamada Jata de Guanabacoa, una palma considerada casi en extinción, y aquí existe en grandes poblaciones.
La sequía afecta, y en medio de cada tarea persiste la sistematicidad para evitar incendios forestales con un proyecto bien establecido.
Rosada Alfonso advierte que en la zona existen rocas mineralizadas, y por ello desarrollan acciones de conjunto con el Cuerpo de Guardabosques.
«En tiempos proclives al fuego existen puestos de mando, aunque llevamos cerca de siete años que no reportamos ninguno. Con anterioridad sí éramos afectados, incluso tuvimos uno de gran intensidad debido a la proximidad de la carretera Santo Domingo-Corralillo, y las negligencias humanas al tirar colillas encendidas sobre la hierba seca».
LOS SECRETOS DE LA FAUNA
Si bien Monte Ramonal mantiene sus credenciales dirigidas a la protección de la flora, no puede apartarse de la amplia gama de aves y otras especies.
Por allí vuela el Tocororo cargado de caprichos al no fabricar nidos. Ellos se mantienen en espera de que otros abandonen el espacio para, con toda paciencia, ocupar el suyo. A pesar de su belleza está considerado como el ave más débil entre las existentes en el lugar.
La nidificación resulta otro de los acápites sorprendentes y en estudio. Cada animal muestra características peculiares. El carpintero churroso, en peligro de extinción, utiliza la palma seca, y al existir varias especies apostando por los nidos ha tenido que utilizar hasta los troncos secos de las plantas.
Según los expertos no hace cavidades, y recurre a las condiciones más complejas para anidar al preferir palmas altas y viejas, mientras el nido es más profundo comparado con los restantes.
Con este conviven el carpintero verde, el sijú cotunto, y el platanero, sin descartar la presencia del cernícalo,y la golondrina azul.
Entre los secretos de la Natura aparece el de tres especies constructoras de cavidades para nidos. Son estas: el carpintero jabado, el verde y el escapulario. Una vez que lo abandonan se aprovechan por otros con idéntico fin para incluirse en el grupo de especies ocupadoras que desconocen el trabajo de abrir los orificios.
En el mundo de los nidales también priman antojos. Hay aves que mantienen su espacio de por vida hasta que la palma cae. Por su parte, el sabanero, endémico de Cuba, pone en el piso, y puede llegar hasta cuatro huevos, en tanto el carpintero lo hace de manera escalonada, y desde que sale el primer huevo se anida. Macho y hembra alternan en el sitio, y llegan a sacar hasta seis pichones.
Todas estas curiosidades son objeto de investigaciones, a tenor de que el sitio está considerado como fuente importante de nidificación de especies en el país.
MÁS ALLÁ DE ÁRBOLES, FLORES Y ANIMALES
Las bellezas del entorno motivan a su colectivo que labora en siete proyectos, con diferentes vías de financiamiento. El peso fundamental lo ocupa la Empresa Nacional de Flora y Fauna.
A pesar de lo recóndito del sitio trabajan en la educación ambiental dirigida hacia los consejos populares de Punta Felipe y Gavilanes, así como en las comunidades de Jiquí, El Triángulo y La Sierra en función de preservar el medio, a lo que se suman tres círculos de interés en escuelas primarias.
No escapa la labor con los grupos de abuelos e insisten en la limpieza de las comunidades para la creación de hábitos higiénicos.
Oscar Rosada y el resto del colectivo sabe que el reto mayor lo impone el control del marabú, y las acciones por rehabilitar algunas zonas degradadas, sin descuidar la siembra de plantaciones, sobre todo de las maderables al resultar de fácil reproducción.
«Ya hemos acercado a nuestra área central unas 46 especies traídas del monte, a la vez que apreciamos aves y reptiles más próximos a la unidad en el afán de atender las variedades que tenemos, pues no figura entre los objetivos introducir especies de otros lugares.
Al caer la tarde los corredores de aves migratorias vuelven a surcar el cielo. Parece que en viaje de retorno o hacia más allá ¿Quién sabe? A lo mejor constatan la hermosura de un espacio que solo al recorrerlo trasmite una paz incalculable, junto a las acciones de conservación realizadas por el hombre a fin de mantener ese distingo peculiar en lo Ramonal de un Monte.
— Monte Ramonal mantiene varias hipótesis en torno a su nombre, sin que se conozca la verdadera. Pertenece a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna (ENPFF), y constituye una Reserva Florística Manejada porque su principal valor se concentra en la flora.
— Tiene una superficie de 2 474.00 ha que incluye bosques, sabanas naturales, y plantaciones establecidas para refugiar a unas 391 especies de plantas de gran valor como la Harpalycemaisiana, de la zona de Maisí, considerada en peligro de extinción.
— También se incluyen la Xilosomainfestus, exclusiva de la sabana de Manacas, laTriphoragentianoides, Trichiliapungens, endémica de Cuba, y la Eulophiaecristata que, si bien no es limitada en nuestra área geográfica, se creía extinta en el país, y solo se localiza en Pinar del Río, y en la parte central de Monte Ramonal.
— A sus tesoros se incorporan 111 especies de la fauna, seis de anfibios; de ellos tres endémicos, 17 variedades de reptiles, 83 de aves (seis amenazadas, 10 endémicas y 28 migratorias), tres especies de mamíferos, entre ellos las jutias, el venado, y murciélagos aun por identificar, así como 10 de moluscos.
NOMBRES Y ESPECIES
Caoba (Swieteniamacrophylla), Majagua (HibiscuselatusSw), Ocuje (Calophyllumantillanum), Roble (Quercusrobur), Ácanas (Manilkaraalbescens), Yaití (Gymnanthes lucida Sw), Marabú (Dichrostachyscinerea), Jata de Guanabacoa (Corperniciatorreana), Tocororo (Priotelustemnurus), Carpintero churroso (Colaptesfernandinae), Carpintero verde (Xiphidiopicuspercussus), Carpintero jabado (Melanerpessuperciliaris), Carpintero escapulario (Colaptesauratus), Sijú cotunto(GymnoglauxLawrenciiLawrencii), Sijú platanero (Glaucidium sijú), Cernícalo (Falco sparverius), Golondrina azul (Progne cryptoleuca), Sabanero (Sturnella magna), Venado (Odocoileusvirginianius).
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