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Centro de Bioactivos Químicos de Villa Clara: Una ventana abierta por la Ciencia

Centro de Bioactivos Químicos de Villa Clara: Una ventana abierta por la Ciencia

Por Ricardo R. González

Foto: Ramón Barreras Valdés

Aquellos empeños iniciaron allá por 1990, quizás desde mucho antes, cuando algunos confiaron en la idea, y otros meditaron o, tristemente, dieron la espalda. Se trataba de nutrir a Villa Clara con un complejo destinado a las investigaciones, el desarrollo, la producción y comercialización de renglones caracterizados por su acción biológica hacia la esfera humana, veterinaria, y agrícola.

Eran siete hombres que despejaban incógnitas en busca de un camino, a pesar del tropiezo con múltiples barreras. Bien lo recuerda el doctor Nilo Castañedo Cancio, primer director del novedoso proyecto, y a partir de un intercambio nació el Centro de Bioactivos Químicos (CBQ) adscrito a la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas.

Ha transcurrido, desde entonces, un cuarto de siglo, y como sustenta la doctora Zenaida Rodríguez Negrín, quien guía los destinos del complejo, «en 25 años ocurren muchas cosas. Los fundadores soñaron, y a pesar de las adversidades nunca dejaron de hacerlo».

Gracias a ese ímpetu y al de los continuadores, hoy el CBQ puede hablar de renglones obtenidos mediante la síntesis química y de sustancias naturales que garantizan mercados seguros en Ecuador, España, México, Perú, Brasil y Chile unido a casi una veintena de empresas reclamantes de sus renglones.

Si miramos la cartera de productos la institución comercializa cinco pilares fundamentales. Uno de ellos descansa en el Vitrofural, muy conocido en la totalidad de las biofábricas cubanas como eficiente esterilizante químico de amplio espectro que sobrecumple, además, los pronósticos encaminados a la exportación.

Otra de sus fortalezas resulta el Dermofural, ungüento dermatológico para uso humano, incluido en el cuadro de medicamentos del país, cuyas materias primas son altamente valoradas por BioCubaFarma y el Laboratorio Roberto Escudero, de la capital cubana, con marcados propósitos de ampliar su utilidad antibacteriana, mientras el G-1 o Furvina para procesar el Furvinol, consta de inestimable valor como fármaco oftalmológico empleado en la veterinaria ante enfermedades infecciosas en nueve tipos de animales, y comercializado por LABIOFAM.

Este 2015 se despide de la institución con el surgimiento del CBQ-VTC, un plastificante de origen natural utilitario en la construcción, en el que intervienen de manera conjunta el Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP) y el Centro de Investigaciones y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM).

Durante dicho período se preparó la planta de producción, y con la llegada de agosto realizaban las primeras ventas.

Tampoco resultan despreciables el extracto blando de propóleo, solicitado por Suchel-Camacho, así como otras variantes dirigidas a la acuicultura y la agricultura a fin de combatir esos contratiempos que impiden el crecimiento saludable de las plantas y provocan la mortalidad de las especies marinas, en acción mancomunada con el Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) que por los saldos ya despierta el interés en un consorcio mexicano.

ENTRE ACCIONES COLECTIVAS

Zenaida Rodríguez Negrín confiesa que para ella no resulta difícil liderar a 122 trabajadores. Su metodología se apoya en todo lo que la vida le enseña en el día a día. Aplica el trato diferenciado de acuerdo con las particularidades de cada integrante del colectivo, aunque existe la generalización en determinados estilos directivos.

«Tengo un encargo personal con los obreros, y es serle fiel. La amistad hace el compromiso, sin dejar de existir el respeto. 

Gracias a esa reciprocidad mantenemos nuestros resultados junto al afán de tributar más en tiempos difíciles sobre la base de la formación de los recursos humanos».

Partidaria totalmente de la integración tanto dentro como fuera de fronteras Rodríguez Negrín la considera entre esas grandes conquistas. «Sin ella no hubiéramos llegado a esta altura. Los integrantes del CBQ imparten docencia en cinco carreras de la Universidad, a la vez que disponemos de un sistema de gestión a partir de la propia dirección hasta lo concerniente a las etapas productivas, el cuidado del medio ambiente, los recursos humanos, y el aseguramiento de la calidad que nos permite dirigir con seguridad».

Mientras ello ocurre las investigaciones respiran un carácter multidisciplinario sobre la base del aspecto cualitativo.

La conformidad es desconocida en el CBQ, y por ello el futuro depara nuevos sueños como los de ampliar el marco de productos naturales a partir del incremento de ensayos clínicos, sin descartar la difícil tarea de mantener la licencia de producción que garantiza la óptima calidad.

Y como si todo fuera poco el CBQ agrega cuatro registros en el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos.

«Pudiéramos haber logrado más, pero el camino depara tropiezos, y de ellos sacamos enseñanzas porque, a mi modo de ver, se aprecia mucho lo que se alcanza con esfuerzos que lo obtenido a base de regalos», precisa la doctora Zenaida Rodríguez.

Así avanza el cuarto de siglo de esta historia que agradece aquella complicidad inicial de sus fundadores. Por ello, las sendas se abonan con la marcada experiencia de quienes suman años, junto al aporte de los nuevos talentos, a fin de que penetren buenos aires a través de esa ventana abierta por la Ciencia. 

CON APUROS Y PACIENCIA

— El CBQ se propone en sus proyecciones el aumento de los renglones vinculados al plano humano, y las investigaciones a ciclo completo. En octubre firmó contratos con una empresa mexicana para desarrollar dos ensayos clínicos en esa nación, y posteriormente transferir el Dermofural en otras variantes terminadas.

— Incrementó su cartera de mercados durante 2015, mantiene los servicios ecotoxicológicos en siete modalidades, y los análisis para valoraciones del agua tanto potable como residual desde la Unidad de Desarrollo Analítico que constituye un ejemplo con sus múltiples reconocimientos por parte de los clientes.

— La visibilidad científica se muestra en 951 publicaciones; de las cuales 374 forman parte de las revistas de la Web of Science,1104 presentaciones en eventos, junto a 207 premios internacionales entre los que se destaca la Medalla de Oro de la OMPI, y un Premio Especial de la Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), por citar algunos.

— En el plano económico los aportes lograron un incremento al sumar 715 359 CUP y 478 358 CUC durante la última etapa.    

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