Isabel Santos, reina del Festival del Cine
Entre las gratas sorpresas que trajo el XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano estuvo la presencia recurrente de la actriz Isabel Santos, rostro muy querido de la cinematografía cubana.
Con dos personajes ricos y complejos, en Vestido de novia, de Marilyn Solaya, y La pared de las palabras, de Fernando Pérez, y la dirección del documental Viaje al país que ya no existe, fue protagonista además de los amores del público, que aplaudió enardecido sus contundentes interpretaciones.
Pudiera decirse, como lo sugirió Jorge Perugorría en una conferencia de prensa, que este fue el festival de Isabel, pero otros grandes como ese propio actor y Laura de la Uz han aparecido en casi todas las producciones cubanas que, afortunadamente, también son más en esta edición de la cita.
Sin embargo, para la actriz camagüeyana parece tener una connotación especial porque, a casi 30 años del estreno de un clásico como Clandestinos, donde hizo el rol que la consagró ante las cámaras, y por el cual ganó su primer premio Coral, en 2014 encontró un personaje posible de equiparar con la mítica Nereyda.
Desde Clandestinos no me emocionaba tanto con un papel como sucedió con Sissi, el travesti amigo de la protagonista de Vestido de novia y quien también sueña con convertirse en la mujer que lleva por dentro, aseguró la artista en una exclusiva para la AIN.
Para los actores, lo que más afecta no es la interpretación en sí, sino la investigación previa donde aprehendes al personaje, y en el caso de la ópera prima de Marilyn Solaya, ese proceso fue estremecedor, pues conocimos cuánto dolor, machismo y marginación soportan las personas transexuales, señaló.
Acotó que igual de intensa fue la preparación para el filme de Fernando Pérez, pues toca también conflictos muy duros como son las discapacidades y las decisiones de las familias para enfrentarlas.
Sobre Viaje al país que ya no existe, su segunda incursión tras las cámaras luego del documental San Ernesto nace en La Higuera, dijo que la mayor motivación estuvo en rendir homenaje a los profesionales del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos que trabajaron con Santiago Álvarez.
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