Mi Comentario: El Astro reina, pero quema
Por Ricardo R. González
Ya estamos en pleno verano. Diría que mucho antes de los meses acostumbrados, y las aseveraciones de la doctora Blanca Gómez Ramos, notable dermatóloga villaclareña, hacen apresurar este comentario.
Por algo la reciente Jornada Provincial de la especialidad dedicó su tema central a los tumores de piel, cuyo incremento está asociado a múltiples factores que no excluyen las influencias del cambio climático.
Si bien dichas masas tumorales escapan de los registros como primera causa de decesos, lo cierto es que ya constituyen un problema de salud, y en los últimos cinco años aparece un ascenso de las lesiones dermatooncológicas de las que afectan a Villa Clara.
Para la doctora Amelia Betancourt Pérez, presidenta del capítulo de la Sociedad Científica de Dermatología en el territorio, el principal factor de riesgo vinculado al desarrollo de un cáncer de piel son los llamados rayos ultravioleta procedentes de la luz solar que producen mutaciones en el ADN de las células acumuladas durante años.
A pesar de la intensidad de estos rayos, más marcada que en etapas precedentes, las personas siguen exponiéndose a largas exposiciones solares, sin tener en cuenta las medidas elementales de protección, por lo que impera evitar baños en el horario comprendido, entre las 10.00 de la mañana y las 4:00 de la tarde, donde las radiaciones son más fuertes.
Si algo aclara Betancourt Pérez es que tan dañino resulta el sometimiento directo al sol como el resplandor derivado, por lo que se hace inevitable el uso de gafas, gorras, sobreros, y sombrillas, así como caminar siempre por la sombra, tomar mucha agua para hidratarnos la piel, y en la medida de lo posible, incrementar el consumo de frutas y vegetales en la dieta.
Respecto a las sombrillas vale aclarar que, de acuerdo al criterio especializado, deben evitarse aquellas muy oscuras y las demasiado claras ya que, tanto unas como otras, traspasan más los rayos ultravioletas, por lo que se sugiere una tonalidad media o aquellas con ciertos estampados.
Y en este ir y venir de veranos caprichosos los expertos han coincidido en la necesidad de proteger, de manera especial, a los más pequeños debido a que las quemaduras en edades tempranas determinan una mayor predisposición a padecer de cáncer de piel cuando se arribe a la adultez.
A mi modo de ver todavía falta mucho para que nos sensibilicemos con las radiaciones solares indiscriminadas y sus incidencias en el cáncer de piel, y no resulta algo de juego pues pudiera traer severas consecuencias en el paciente según la localización de las lesiones.
Aunque existen ensayos clínicos para determinados tipos de cáncer de piel en los que no existen soluciones por vía quirúrgica vale decir que no son aplicables para todo tipo de enfermo, ya que depende de sus particularidades y de las determinaciones facultativas en la consulta de rehabilitación desarrolladas por un equipo multidisciplinario que valoran los casos.
Datos bien fundamentados revelan que el melanoma o tipo de cáncer más agresivo para la piel incide en una de cada 60 terrícolas, por lo que constituye la prevención el elemento más importante en estos tiempos que incitan a refrescar la canícula mediante diversas vías.
Si bien el estribillo de la canción acuña que «en el mar la vida es más sabrosa» aplique su autocontrol y hágalo de forma mesurada. También evite lo más posible las salidas en horas del mediodía o de la tarde, y ante lesiones sospechosas recurra a la asistencia médica. Un sano consejo en tiempos en que el Astro reina, pero quema.
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