Alejandro es todo jazz
Alejandro Falcón (a la izquierda) y Rodrigo Sosa
Con paso firme el joven pianista Alejandro Falcón se consolida en la escena jazzística cubana gracias a su calidad como intérprete y a una impresionante capacidad creativa que le permite reinventarse con asombrosa rapidez sin ceder un ápice de sus más altas pretensiones musicales.
En el concierto que ofreció hace unos días junto al quenista argentino Rodrigo Sosa en la Sala Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, Falcón demostró otra vez su valía dando vida a un mundo sonoro centrado en los principales estándares del latin jazz.
Provechoso fue el concierto para la presentación de varios de los temas que dan cuerpo al álbum que ambos músicos grabaron recientemente, y que titulado La Quenística, es punto de confluencia y mezcla de géneros como el danzón, el latin jazz y danzas folclóricas argentinas fusionadas con elementos propios de la música cubana.
De la quena se conoce muy poco en Cuba, solo que es un instrumento folclórico andino muy parecido a la flauta pero que en buenas manos es de una versatilidad enorme, posibilidad esta la que explotó el binomio Falcón-Sosa para el CD y la presentación en vivo.
Acompañados por un excelente grupo de jóvenes instrumentistas, pianista y quenista hicieron un recorrido musical que mostró, a quienes disfrutan del atrevimiento en la búsqueda de nuevas formas musicales, como la agudeza creativa y la calidad interpretativa pueden diluir fronteras genéricas y culturales.
La noche abrió con Caribeña, tema de Falcón que pertenece a Claroscuro, su primer CD en solitario, y que tocó magistralmente dando rienda suelta a la improvisación jazzística, algo que se le da muy bien. Le siguieron entonces varios de los títulos incluidos en La Quenística, en los que pasaron por diferentes estadios de la combinación de instrumentos, y en los que cada cual hizo lo suyo.
El Gallo Flaco, del argentino Sergio Galleguillo; Almendra, en una fresca versión del danzón de Abelardo Valdés; Piedra y Camino, del inmortal Atahualpa Yupanqui y Libertango, del maestro Astor Piazzola, fueron algunas de las piezas que se tocaron en la noche.
Las palmas para dos momentos cumbres del concierto, primero: el solo de quena de Rodrigo Sosa en Susurro, emotiva interpretación que mostró el mundo de posibilidades que ofrece el instrumento al ser manejado con talento, y segundo: el estreno de Que nadie se meta con Rodrigo, pieza compuesta por Falcón dedicada al joven músico argentino y que asumió con sagacidad entre complejidades sonoras resueltas con destreza y los ímpetus de un artista que siempre va a por más.
Especial fue la intervención de Luna Manzanares en Jamás te olvidaré, de la popular cantora Mercedes Sosa, La Voz de América.
Sobre las tablas de Bellas Artes acompañaron a Falcón-Sosa los jóvenes Aniel Someillán (bajo), Ruly Herrera (batería), Tonatiuh Isidrón, (trompeta), Adel González (congas), Michel Herrera (saxo), y Yoandry Argudín (trombón), todos excelentes músicos con notables desempeños en la escena jazzística contemporánea.
El concierto abrió el camino para el disco que pronto estará en circulación. La Quenística, grabado en los Estudios Abdala, muestra el trabajo que de conjunto emprendieron ambos jóvenes, que en la placa cuenta con el acompañamiento de la jazz band que dirige el maestro Joaquín Betancourt, y de otros talentos como el baterista Rodney Barreto (The Afro-Cuban Messengers), el trompetista Alexander Abreu y el tresero Pancho Amat, entre otros.
Para Alejandro Falcón el viaje recién comienza amén de lo alcanzado hasta el momento: ganador del Jojazz, Premio Cubadisco 2013 con Claroscuro y prenominado al Grammy Latino con el mismo material; pero en su camino se vislumbran logros mayores, solo esperemos.
(Con información de Alain Valdés Sierra. Periódico Granma)
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