Adiós a Chavela Vargas
La cantante mexicana de origen costarricense, Chavela Vargas, falleció este domingo víctima de padecimientos severos que la mantuvieron en cuidados intensivos durante varios días, en los que la intérprete siempre impidió cualquier invasión a su cuerpo que intentara devolverle la salud.
Isabel Vargas Lizano, de 93 años de edad y más de 70 vividos en México, soportó hasta el final los embates de sus múltiples padecimientos cardiacos, pulmonares y renales, que la mantuvieron postrada durante siete días en una cama de un hospital privado de la ciudad de Cuernavaca.
“Quiero informarles que hace unos minutos, Chavela murió… Se fue en paz”, dijo María Cortina, amiga y biógrafa de “La Chamana”, al confirmar el deceso de la cantante.
Por la mañana, José Manuel Núñez, su médico, anticipó la posibilidad del fallecimiento al confirmar a MILENIO el estado crítico, peor aún de la situación médica que había presentado los seis días anteriores a su fallecimiento.
“El día de hoy se reporta muy grave ante la agudización de su problema pulmonar.
“Hoy es día clave para su pronóstico de vida, ya que está perdiendo la fuerza de voluntad para luchar…”, dijo por la mañana.
La noticia corrió rápidamente por Twitter, donde en la cuenta oficial de la cantante se confimó su muerte.
“SILENCIO, SILENCIO: A PARTIR DE HOY LAS AMARGURAS VOLVERÁN A SER AMARGAS… SE HA IDO LA GRAN DAMA CHAVELA VARGAS”, se lee en su cuenta de Twitter @ChavelaVargas.
“Aquí termina mi historia que comenzó de la nada, dame la mano #LLORONA, que vengo muy lastimada”, se lee en @ChavelaVargas
Vargas revolucionó la escena musical cantando temas de amor, en ocasiones dirigidos a otras mujeres, con su voz ronca y potente y luciendo siempre vestimenta de hombre.
Nacida en San Joaquín de Flores, Costa Rica, el 17 de abril de 1919, y radicada en México desde su adolescencia, comenzó a desarrollar su pasión por la música cantando en las calles a los 14 años. En 1960, cuando ya tenía 41 años, empezó a hacerlo de manera profesional.
En aquella época irrumpió en cantinas y bares cantando con una pistola en el cinturón y una botella de tequila en la mano.
Muchos reprobaron su conducta, pero otros la veneraron como la mujer que se atrevió a desafiar la cultura machista mexicana, cantando con emoción y ronquera los sufrimientos de amor que también padece una mujer.
Polémica por naturaleza, Vargas no escatimaba en hablar sobre las críticas que le rodearon, muchas de ellas en torno a su homosexualidad, que hizo pública en su autobiografía “Y si quieres saber de mi pasado”, publicada en el 2002.
En el texto relataba que desde pequeña era señalada como una “rareza”.
Reconocida por su firme carácter, dijo no haber sentido miedo durante su prolífica carrera.
“No le tuve temor a nada porque a nadie le hice daño”, aseguró con calma durante un homenaje que se le hizo en junio de 2011 en México.
Los problemas de salud la acecharon desde pequeña. De niña enfrentó poliomielitis, y le atribuyó su recuperación a los brujos y chamanes que la trataron. Su pasión por estas figuras era tal, que siempre aparecía luciendo amuletos y talismanes realizados por ellos.
“La chamana”, como fue apodada, nunca se dejó intimidar por la muerte, a la que imaginaba “bellísima, como un descanso”. Pedía que al morir, la recordaran “como una vieja loca que se tomó 40 botellas de tequila”.
“En un río, en un lago lleno por ahí que me tiren ya después de muerta”, expresó a los medios durante la misma velada.
(Con información de Milenio, México)
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