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soyquiensoy (Ricardo R. González)

España pone los pies en la final

España pone los pies en la final

La selección española clasificó para la final de la Eurocopa 2012 tras superar en los penaltis a Portugal por (4-2) en una tanda en la que marcaron Piqué, Iniesta, Ramos, antes de que Cesc anotara el definitivo tras la parada de Casillas a Moutinho y el fallo de Alves.

El partido fue muy igualado, como en el Mundial. Portugal, como se esperaba, se juntó y cerró para salir con velocidad, como un acordeón. En el primer cuarto de partido ya había mostrado más protagonismo e intenciones que Francia. De hecho, en la primera jugada del partido Casillas tuvo que despejar a córner un saque de esquina muy cerrado de Coentrao.

En el centro del campo Meireles, Veloso y Moutinho apretaban el juego de España, provocando pérdidas en los balones divididos y que La Roja optara en exceso por el pelotazo. En uno de esos fallos, llegó la más clara lusa pero Cristiano asustó con un disparo de la frontal que se fue junto al palo.

Piqué empezó a ayudar en banda a Arbeloa, cuando Cristiano caía a su lado. El ‘7′ no se mostró como en otros días del torneo. Tras una buena acción de Iniesta, con pase posterior al que no pudo llegar Negredo, llegó el primer remate de Arbeloa que se fue por encima del larguero.

Justo antes, Negredo demostró la importancia de un ‘9′ ágil y con recursos. Controló un pase, lo puso al punto de penalti donde Xavi lo controló para el disparo de Iniesta que salió rozando el larguero. El tema físico, con los lusos presionando como bestias, podía influir en la segunda parte.

Los vecinos presionaban, no sólo con balón, sino también en las protestas. Convirtieron el duelo en una trinchera constante, con faltas que pretenden intimidar. Sangrante fue lo de Bruno Alves con Negredo. El partido se podía ir en las escaramuzas, las protestas, las quejas… En eso, los portugueses infinitamente mejores. Al descanso se llegó con la sangre caliente, ejemplificada con el pique Ramos-Nani.

Silva. Poca incidencia en el juego. España tiene que tener más argumentos para salvar una presión adelantada que esperar a que el físico se desgaste. Estaba algo atascada y del Bosque tiró de Cesc y Navas por Negredo y Silva. La única ocasión vino de una pérdida lusa, en un disparo centrado de Xavi para finalizar un contragolpe. Y la de los portugueses, Cristiano a balón parado.

La dinámica era la misma: España queriendo ante un rival que sólo proponía patadas y esperar una acción a balón parado por parte de su capitán. En una falta a favor de España llegó la ocasión del partido… para Portugal. Contragolpe bien llevado por Meireles, que abrió a la izquierda y Cristiano sólo ante Casillas la pegó por encima del larguero. Bento cerró el partido, no hubo huecos para La Roja. 41 faltas, sólo 13 llegadas al área entre ambos y un sólo tiro entre los tres palos.

Estando tan mal físicamente que la solución para defenderse y evitar que lleguen a la defensa propia es tener la bola y para eso no hay nada mejor que acumular medios. Los cambios, Pedro y Navas, parecían los indicados para decantar el partido en la prórroga. Sobre todo porque toda la defensa rival tenían amarillas.

El canario abrió el campo y un centro suyo al menos posibilitó un remate, algo que casi no sucedía. En otra entrada por banda, esta vez de Alba, llegó la mejor ocasión de La Roja pero el remate de Iniesta en el primer palo lo desvió a córner Rui Patricio, que en la segunda mitad repelió un disparo cruzado de Navas. Y en un golpe franco Sergio Ramos creó más que Cristiano en tres partidos.

El miedo atenazaba el físico de los portugueses ante un rival que llevaba mejor la presión y en la prórroga creó más peligro que en los 90 minutos y Pedro tuvo la opción pero, como en la semifinal de Sudáfrica, tuvo tantas opciones que le sobró un regate. Luego ya llegaron los penaltis y ahí influyen los lanzadores y los porteros.

(Con información de Eurosport)

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