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Dúo Blanco y Negro: ¿Soñadores terrícolas o terrícolas soñadores?

Dúo Blanco y Negro: ¿Soñadores terrícolas o terrícolas soñadores?

Mientras preparan variadas sorpresas, y esperan que una disquera cubana lo asuma en su catálogo, el dúo villaclareño, integrado por Yenobis (a la izquierda) y Reymi, hace su historia.

Por Ricardo R. González              Foto: Carlos Rodríguez Torres

Dos terrícolas marcados por la magia de la música decidieron unirse, primero, en un formato más limitado hasta que la propia vida los convenció en el empeño de seguir los pasos acompañados por una agrupación que ya arribó a su primer aniversario.

Se forjó en el día a día. Según su director Yenobis Delgado Alba encuentra

en Reymi Pérez Bauta, vocalista y compositor, la contrapartida que lo sitúa como el mejor amigo de su vida, el colega por excelencia. «Él es un virtuoso compositor que canta, y yo soy un cantante que compone».

La pasión de uno es la composición y del otro la interpretación. De aquí que fluya esa química necesaria para nutrir una afinidad revertida sobre el pentagrama.

Entonces Yenobis recuerda un pasaje bíblico que asevera «Dos personas caminan por tres cuerdas»… y da pie para indagar si han sentido esta trilogía.

— Siempre hemos caminado por ellas, y en los momentos en que nos hemos sentido desanimados por disímiles circunstancias, el otro te levanta y nos ayudamos mutuamente.

— Es cierto que con solo mirarse ya existe una interpretación del lenguaje?

— Los años nos hacen sentir ese pensamiento con solo mirarnos. Él toca la guitarra y yo lo miro, y ya sabe el acorde que necesito para ese momento.

¿Cómo inició este camino a tenor de que tú eras cantante del Coro Provincial, y Reimy también poseía una formación musical?

— Fue muy atrevido por nuestra parte. Yo le agradezco mucho a la maestra Yolanda Martínez Ordoñez, directora del Coro, esa influencia en mí formación, mientras Reimy es graduado de guitarra clásica, y en aquel momento fungía como intérprete de una orquesta de música popular.

Nos integramos al elenco artístico que comenzó a trabajar en la cayería del noreste villaclareño, y en una ocasión se hizo necesario montar una actuación especial para la Tribuna Abierta que se realizaría en Caibarién.

Dijimos… somos un dúo y tenemos montadas más de 100 canciones… Aquello no era cierto, y en medio de bromas hasta algunos dudaron. Pedimos una guitarra prestada y comenzamos a formar un repertorio improvisado. En realidad no nos salía nada, al final hicimos una canción y gustó bastante.

A partir de ese momento comenzaron a pedirnos temas. Al parecer no lo hacíamos muy mal, y continuamos… Así tuvo su génesis Blanco y Negro.

—Exactamente el 23 de octubre pasado arribaron al primer aniversario de contar con un grupo que los respalda ¿Obedeció a un proyecto más ambicioso o a la propia necesidad?

— Doy gracias a Dios a estos músicos que decidieron seguir nuestra aventura y caminar todos juntos por las sendas del arte. Algo difícil y muy duro en que se mezcla la cultura, la popularidad, y el deseo de hacer cosas novedosas ante una profesión que lo requiere y que no permite detenerte.

— Casi todos los músicos le cantan al amor, al desamor, a las dichas a las desdichas, a la esencia de la vida… ¿pero le han cantado también a esas cosas que son feas pero que llevan mucho de amor?

— Hubo una temporada que pidiéramos decir fue rebelde. Lo criticábamos todo o casi todo. Le cantábamos a todo o casi todo que los demás no le cantaban. Tomamos esas aristas que también forman parte de la vida pero que no alcanzan ni belleza ni vuelos. Llámense enfermedades, problemas personales y sociales que si no los reconocemos es imposible seguir adelante porque forman parte de la existencia aunque con matices tristes.

— Pudiéremos decir que resultó una primera etapa con letras y canciones comprometidas?

— Una realidad de compromiso con el pueblo, con la sociedad, con nosotros mismos. Necesitábamos decir cosas sin pensar en la popularidad. Eran nuestras armas para decir eso que necesitábamos expresar.

— Era el blanco y negro de Blanco y Negro?

— De ahí el nombre. Todo el mundo nos pregunta eso y aparecen innumerables conjeturas… Si es porque uno es negro y el otro blanco y no tiene nada que ver con esto. Es un juego semántico que se remonta a nuestros inicios porque cuando comenzamos deseábamos que nos conocieran como artistas de al pan, pan y al vino, vino, sin muchos adornos ni metáforas pero con textos comprensibles por todos.

— ¿Al respecto hay una anécdota?

— Viajamos a La Habana para realizar un programa de televisión que ya desapareció de la cartelera, y el director del espacio nos dijo: «cuando vayan a poner un nombre tienen que pensar en la reacción del público, y en este caso se pudieran reír de ustedes». Ya era tarde e irreversible porque queríamos llamarnos así y lo defendimos.

—Sin embargo, existe una segunda etapa en que el repertorio amplía su espectro?

— Incluimos temas de amor y otras modalidades, pero sin apartarnos de la palabra comprometida. Casi todos nuestros números son basados en hechos reales nuestros o de personas conocidas.

— De aquí que surgieran canciones como «Ya no te quiero», «Amor de izquierda», o «Rumbo a tu olvido»…

— En efecto. Nacieron de vivencias o situaciones nuestras, y otras no tanto personales pero muy conocidas por el dúo.

— Transmitir un lenguaje con metáforas pero que no eclipse su contenido pudiera ser el presupuesto vital de Blanco y Negro? 

— Es precisamente una de las estrategias. Somos naturales y sinceros y eso se refleja en las letras. Es una especie de radiografía del grupo que no cae en aires rebuscados.

— El camino artístico es largo. Posee aristas inolvidables, pero tiene otras que derrumban, unas provocan recompensas y otras decepciones. Cuando ustedes se unieron ¿cuáles fueron los sueños iniciales?

— Eran bien pequeños. Somos dos guajiritos. Uno de Santa Clara y otro de Buena Vista, Remedios. Por entonces las pretensiones eran hacer canciones para disfrutarlas en las fiestas familiares y entre amigos. Quemar un disquito y llevárselo a la abuelita a la casa o compartirlo con los socios… Algo casi íntimo, y jamás pensábamos en las pretensiones que tenemos hoy.

— El tiempo pasa y hay camino transitado. ¿Ya vuelven la vista atrás?

—  Lo hacemos muy a menudo. Repasamos y revisamos. Sacamos las buenas experiencias, y reflexionamos con aquellas que no quedaron bien. Nunca olvidaré lo dicho por el maestro Edesio Alejandro, productor de varios de nuestros temas, en una de las visitas. Reforzó que el camino era difícil, pero nos sugirió que diéramos un paso, que nos detuviéramos, y que miráramos atrás para poder autoevaluarnos.

— En una plataforma artístico donde están Buena Fe, Karamba, y otros proyectos, Blanco y Negro mantiene su identidad sin parecerse a nadie…

— Es una premisa. Hay respeto por nuestros colegas, pero tenemos nuestra línea. Pretendemos ser diferentes y llegar diferentes a la gente. Diferentes no quiere decir mejores, mas es un sello a la hora de comunicar.

Qué experimentan cuando tienen que pararse en plazas repletas de público?

— Un sentimiento inexplicable que conocen los artistas. Solo lo siente quien lo vive. Es algo tan maravilloso que uno piensa que a partir de ese momento puedes morir. Recuerdo la gala por el pasado aniversario de la FMC, en el cine teatro Camilo Cienfuegos. Jamás pensamos que tanta gente nos conocian y tarareaban las canciones. Hubo un momento en que nos quedamos en blanco los dos porque fue tanta la emoción que no podíamos concebirla.

Un compromiso gigantesco con el público. Un punto de partida para hacer cosas mejores.

— El público ¿Un premio?

— Diría que el gran premio, el idolatrado, el que pasa por la calle y te canta un pedacito de tu canción. Resulta una especie de termómetro. No trabajamos para especialistas, si no para el respetable. He hecho muchas cosas que a los especialistas no le han gustado; sin embargo a la gente le ha encantado. Ahí está el tema a nuestro equipo de béisbol de Villa Clara (La mecánica naranja).Fue minimizado sin piedad por algunos expertos, en cambio la reacción popular fue otra. No nos interesan ni los festivales ni los premios.

— Ustedes tienen una identidad muy marcada. Le cantan a Santa Clara y a Villa Clara…

— A este terruño le debemos lo que somos. Es nuestra gratitud al sitio que nos ha visto crecer y desarrollarnos. También le cantamos a las santaclareñas, pero es que nuestra cepa es 100 % de aquí

— Hay un vídeo clip dirigido por Alberto Pacheco y con producción de Raúl Fernández Faife, ambos de Tele Cubanacán…

— Nos pidieron realizar una especie de himno que identificara al territorio. Lo estrenamos el 30 de diciembre pasado en la Plaza, y ello propició la idea del clip que tuvo numerosas anécdotas durante la grabación.

— ¿Cuál ha sido la mayor satisfacción de Blanco y Negro, y aquel instante que nunca desearían recordar?

— Hay muchos. El momento de mayor satisfacción fue el confiarnos la tarea de realizar este tema a nuestra provincia, pues desde el punto de vista musical tenemos valiosísimos artistas en el territorio que muy bien pudieron asumirlo, y el más triste sería si llegara el momento en que el proyecto deje de existir.

—Y han pensado en que el dúo envejezca, y de pronto se diluya y diga adiós…

— Tendríamos que Reimy y yo dejar de ser amigos. Es la única razón que nos separaría. Y perderíamos todos.

— Blanco y Negro ¿Soñadores terricolas o terrícolas soñadores?

— Un poco de una y un poco de la otra.

Entonces gracias a la vida por tener a Blanco y Negro, y gracias a Blanco y Negro por aportarle a la vida.

2 comentarios

Danilo Suarez Rojas -

Se ha comentado que el dúo Blanco y Negro pretende realizar una pequeña gira nacional con el objetivo de mostrar su nueva modalidad de contar con una estupenda banda acompañante y entregar su arte con la más alta calidad que se esperan de los mismos. Recomiendo a los medios de difusión masiva y las entidades encargadas de viabilizar dicho acontecimiento de acelerar el proceso y de forzar en cierta mediada la propuesta que para los villaclareños representa de gran compromiso y satisfacción.

Ricardo González -

El dúo Blanco y Negro figura en la actualidad de los valores artísticos villaclareños. De los buenos talentos que posee nuestra provincia en el ámbito cultural.