Alexis Bosch y su proyecto Jazz cubano
El Jazz me ofrece la libertad, el placer de la improvisación”, así me confesó Alexis Bosch, prominente figura del jazz cubano actual, una de las tantas veces que hemos conversado e intercambiado ideas en medio del fragor del trabajo creativo. Esta vez quiero compartir con los lectores de Cubadebate un breve diálogo que sostuve con él y mostrar algunas fotos de Alexis y su agrupación Proyecto Jazz Cubano.
Alexis, ¿por qué apuestas por el jazz?
Se trata de un género que te ofrece la posibilidad de expresar tu estado creativo sobre una concepción primaria y estructural sobre cualquier tema musical. Lo espontáneo suele ser irreflexivo y conducir al error. El jazz también se aprende desde los deslices, como la vida.
¿Cómo está concebido Proyecto Jazz Cubano? ¿Quiénes lo integran?
Proyecto Jazz Cubano es un proyecto en constante evolución. Los músicos cubanos de hoy, en su mayoría, tienen diversas opciones de trabajo. Eso los lleva a integrarse simultáneamente a más de un grupo, y de esa manera, amplían su espacio creativo. Yo no estoy exento, aunque sea el director de este proyecto, ya que me permite desarrollarme como músico y ampliar mi diapasón. Así, cada día me enfrento a nuevos retos profesionales al confrontar con intérpretes de distintas generaciones y estilos.
Jazz Cubano está en continua evolución, integrado esencialmente por Orlando Sánchez (Cubajazz) en el saxofón, uno de los grandes del jazz en la Isla, quien tiene su propio proyecto con su esposa Danae Blanco, extraordinaria vocalista quien también confluye en mi agrupación por su calidad y dominio escénico.
Suman sus voces al Proyecto el chipriota-inglés Josef Koumbas, la cantante pop Isis Flores, el conocido cantautor Polito Ibáñez y hasta el dúo Obsesión.
Lo integran, en el bajo José Hermida, el Mago. En el drum, regularmente, Rodney Barreto, con quien alternan Ramsés Rodríguez, Keisel Jiménez y la joven Yissy García. En la percusión, Emilito del Monte, a quien se suman con frecuencia, Guillermito del Toro y Otico Selís. En la trompeta, Robertico García, excelente compositor quien dirigió en su momento al emblemático grupo Afrocuba.
Así, entre todos, llevamos adelante este proyecto sujeto a cambios, renovaciones, reestructuraciones, que navega como un velero en medio del océano, siempre con destino a la buena música, especialmente, el jazz cubano.
¿Qué músicos cubanos o extranjeros ejercen mayor influencia en tu obra?
Las influencias me llegan desde todas partes. Eso no se puede controlar ni administrar. Se establecen preferencias, pero solo después que están dentro de ti. Emiliano Salvador, Chucho Valdés, Peruchín, Frank Emilio, Bill Evans, Thelonious Monk, Art Tatum, Chick Corea, Herbie Hancock, son algunos de los aires que he respirado y de los cuales me he nutrido. Hay muchos más, sin recordar sus nombres estoy seguro han influido en mí de manera consciente o subliminal.
Momentos cruciales de tu carrera artística.
Es un honor para mi haber sido uno de los 10 pianistas seleccionados para el disco Amor y Piano en homenaje a Frank Emilio; ser coproductor del CD IRAKERE 30 Años, junto a Chucho Valdés y César López. También junto a César, fueron muy importantes los trabajos de arreglos y dirección con la Danish Radio Big Band y los arreglos, orquestaciones y montaje en general con la Orquesta de Cámara de La Habana, dirigida por el maestro Iván Del Prado. Compartir escenario con Ray Charles, Compay Segundo, Tito Puentes, Mercedita Valdés y Richard Egües, realmente ha sido una suerte.
Nunca olvido aquel concierto en el Teatro Alfa de Sao Paulo, Brasil, con Chucho Valdés y el compositor y cantante brasileño Ed Motta. Recuerdo también otro gran concierto en la Plaza El Zócalo de Ciudad México con los participantes del CD Encuentros en La Habana. Allí coincidieron Polito Ibáñez, Ismael Serrano, Víctor Manuel, Carlos Varela y Santiago Feliú entre otros. Inolvidable fue mi participación en el Festival Internacional de Jazz Cully 2004 en Suiza, donde compartí con el maestro Eddy Palmieri. Ese propio año, en Tokio, compartí el escenario con los grandes maestros del Jazz, Herbie Hancock y Wayne Shorter. En 2008, el concierto La vanguardia de los pianistas cubanos me llenó de emoción y sentí el halago de estar otra vez junto a Chucho Valdés, también se hallaba Ernán Lopez-Nussa, a quien admiro y considero gran amigo, y su sobrino Harold, Rolando Luna, otro fuera de serie, Dayamir González, a quien le produje uno de sus discos para el sello Colibrí, y como invitado especial para esa ocasión, el pianista brasileño Joao Donato.
Siempre es motivo de satisfacción mirar atrás y ver lo que uno, como artista y ser humano ha podido hacer, pero es más excitante mirar hacia delante, a lo que nos falta por hacer.
Retos futuros.
Contribuir al crecimiento del jazz, cautivar a todos los públicos, lo mismo cubanos que foráneos, llevar la música que brota de mi por todo el planeta, esos son mis mayores anhelos. Hay que soñar, pero por encima de todo, hay que soñar, pero por encima de todo hay que trabajar, investigar, tocar. Y eso es lo que hago, trabajar sin descanso junto a mi grupo por los caminos del jazz.
(Con información y foto de Roberto Chile)
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