«Con 2 que se quieran» Alexis Díaz Pimienta. (Parte I)
“El repentismo es un ejercicio de desnudo público”
Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran, aquí, en el corazón de Centro Habana, en Prado y Trocadero, el barrio de Lezama Lima, en los legendarios Estudios de Sonido del ICAIC. Hoy me acompaña un artista, casi del Renacimiento: poeta, escritor, repentista, improvisador. Bueno, la cantidad de virtudes que tiene mi invitado de hoy es casi imposible de enumerar con cierta coherencia.
Es para mí una alegría, porque además es mi amigo y me doy el gusto de saludar con mucho cariño a Alexis Díaz Pimienta. Gracias, mi socio.
Alexis. Muchísimas gracias.
Amaury. El Rey de la guajirá, como dice él mismo.
Alexis. El guajiro menor. Porque tú sabes que está el sonero mayor, yo soy el guajiro menor.
Amaury. Bueno, yo voy a empezar con un soneto tuyo que a mí me parece que puede definir perfectamente tu personalidad y el tono de la entrevista, es el “Discurso a los poetas del Cenáculo”, voy a citar:
Tarde o temprano vamos a morir de lo mismo
De mujeres ajenas y de versos robados
De poemas redondos y lectores cuadrados,
De ignorar que el espejo padece astigmatismo.
Tarde o temprano el polvo sepultará el lirismo
Y sangrará en las voces un verbo desvirgado,
Pero ahora poco importa, vivamos el pasado,
Toda premonición tiene algo de espejismo.
Allí está la señora posteridad oyendo,
Cuál de nosotros se equivoca leyendo,
Cuál es el más reverente, cuál más iconoclasta.
Nos mira, nos escucha, sabe que no hay apuro
Que de todas maneras para el lector futuro,
Con una sola coma que esté bien puesta, basta.
A mí me parece un soneto extraordinario y en estos días, mientras preparaba la entrevista, Pimienta, se lo he leído a personas que entran a la casa, y esta es una pregunta que me han sugerido las personas que trabajan conmigo en la casa. ¿Cuáles son para ti los poetas del Cenáculo?
Alexis. Mira, ese poema es precisamente una respuesta a esa pregunta. A mí siempre me llamó la atención que en la historia de la literatura hay poetas de una inmensa obra -hablando cuantitativamente- que han caído en el olvido, y no han trascendido o han sido importantes durante un corto período de tiempo y no han soportado el paso del tiempo y hay poetas que con un poema, que yo en el soneto reduzco a una coma, pasan y trascienden. Por lo tanto yo creo que ese poema es realmente un himno a la tranquilidad, es una especie de golpe de campanazo contra la pedantería intelectual, contra todo ese escándalo que nos provoca el ego, que nos provoca las ganas de trascender, la necesidad de que el espejo no nos mienta, o que nos mienta pero con las mentiras que nosotros queremos esperar oír del espejo.
Entonces yo pienso que los poetas del Cenáculo son todos aquellos que se han atrevido alguna vez a hacer un verso con honestidad, poniendo la piel sobre el papel.
Amaury. ¿Te atreverías a decirme quiénes serían para ti los poetas del Cenáculo nacional?
Alexis. ¿Nacional? Complicado. Universal ya es complicado. Yo tengo mi propio Cenáculo, como tú tienes el tuyo, como cada lector tiene su espacio, su rinconcito donde esconde a los autores preferidos, aquellos que sintonizan.
Porque realmente un poeta, un escritor, es tu poeta y es tu escritor cuando entra en sintonía con tu estado de ánimo en el momento de la lectura. Por eso cambia, varía tanto, y a los veinte años te gustan unos autores que a los cuarenta detestas y a los cuarenta otros que luego olvidas.
Pero, por ejemplo, ¡arriesguemos!, yo pienso que Eliseo Diego tiene que estar siempre en el rincón de mis lecturas preferidas como lo estuvo y lo está, una gran parte de Martí, pero no el Martí poético, a mí el Martí que más me emociona es el Martí prosista, el Martí ensayista.
Hay una gran zona de la poesía cubana, que yo no puedo sacarla de ese rincón, que es la parte oral. Por lo tanto hay muchos poetas improvisadores que yo los tengo en un altar emotivo, a la misma altura que a Pessoa, que a Borges, que a Eliseo. Y ahí están el Indio Naborí, Ángel Valiente, Pablo León, repentistas que quizás el público en general ni recuerde sus nombres, pero que marcaron mi infancia, marcaron mi adolescencia y, cómo no, forman parte de mi biblioteca afectiva.
Amaury. En el mismo soneto hay una parte en que se habla de la posteridad. ¿Los escritores escriben para sí mismos o escriben para la posteridad?
Alexis. Hay escritores y escritores. Hay gente que escribe pensando demasiado en el lector futuro y hay quién realmente logra aislarse de sí mismo y vencer ese propio ego.
Yo creo que en el fondo todos escondemos a un pequeño egolátrico que necesita la trascendencia, aunque digas que no, aunque digas que escribes para tu mujer, para tus hijos, para la gaveta de la cómoda.
Ahora mismo, para el disco duro, sí, porque ha cambiado mucho dónde almacenar, pero realmente todos pensamos en quién nos lee, en quién nos va a leer y por eso emociona mucho cuando descubres que una esquís persona conoce un texto tuyo, un poema tuyo y si lo oyes en otra voz, por ejemplo, ese soneto gana mucho en tu lectura. (risas)
No, es cierto, porque uno, aunque mucha gente separa erróneamente el texto de la música, toda poesía es música; por lo tanto tú siempre estás oyendo el poema cuando lo estás escribiendo.
Ese divorcio entre la grafía y el sonido es aparente, porque el primer lector de todo poema, es el propio autor, el primer receptor, el primer oyente de todo poema, es también el propio autor, en voz baja va oyendo el sonido de las palabras.
Amaury. Sí, pero tú hablas de la rima y en algún momento leí o escuché que tú hablabas de la rima y decías que la rima es el color de la poesía.
Alexis. Yo eso lo decía cuando El Quijote en verso. Cuando me metí en la locura, en la quijotada, de hacer una versión de El Quijote, que realmente yo no reescribí El Quijote, eso es imposible, yo lo que hice ponerle música, ponerle color oral a las palabras de Cervantes porque incluso, me fui al español del Siglo de Oro. Entonces la rima viene siendo a la poesía lo que el color a la plástica.
Amaury. Tú naciste en La Habana, en 1966. ¿Dónde?
Alexis. Yo nací en Centro Habana. Polo Montañés era guajiro natural; yo soy un guajiro artificial, porque nací en el corazón de la capital. Lo que pasa es que mi familia, mi padre era repentista. Entonces el viejo era oriundo de Bahía Honda, del Central Orozco -campo, campo, campo, central cañero-, ¡imagínate!
Y en mi casa, desde que estaba en el vientre de mi madre, lo que se oía era controversia, controversia, punto guajiro, punto guajiro… Lo tengo en la sangre. Entonces, claro, a los cinco años, mis padres me contaron, que estaba lloviendo y el viejo por allí canturreando por una esquina y mi hermana Adriana y mi hermano Raymundo, los dos mayores discutiendo y Adriana llorando porque Raymundo la estaba molestando y yo desde la ventana me viré para atrás y les dije:
La tierra se está mojando,
Se está humedeciendo el mundo,
Porque Adriana está llorando
Por las cosas de Raymundo.
Claro, lo primero que hicieron los viejos fue llevarme al psicólogo, porque dijeron que yo empecé a improvisar y ya no paré y entonces me llevaron al psicólogo porque pensaban que era una enfermedad rara, tercer mundista, una cosa así. Me llevaron y el médico les dijo que no, que mi locura era que me gustaba improvisar y que era poeta y que me dejaran improvisar.
Amaury. ¿Y por qué se fueron ustedes entonces de La Habana, de aquí de Centro Habana y se fueron a la Isla de la Juventud?
Alexis. Estamos haciendo una especie de salto en el tiempo, pero es rico. Eso que conté ocurrió en la Isla de la Juventud que fue cuando yo empecé a improvisar.
Amaury. ¿No fue en Centro Habana?
Alexis. No. Cuando tenía dos años mis padres se mudaron para la Isla, para Nueva Gerona y allí fue.
Amaury. ¡Qué raro! ¿Por qué se mudaron para la Isla de la Juventud?
Alexis. Yo supongo que haya sido la situación económica. Una familia numerosa. Éramos muy pobres, mi madre oficinista, mi padre era loco, bohemio y poeta. Muchas veces en la plaza de Cuatro Caminos, con una guitarrita cantando se ganaba algunas pesetas pero en la década del 60 era de una pobreza muy fuerte.
Amaury. ¿Y cuántos hermanos eran ustedes entonces?
Alexis. Llegamos a ser 12 en aquel momento.
Amaury. ¡Qué producción!
Alexis. Sí mi padre llego a la décima y siguió. Entonces nos fuimos a la Isla, supongo por la situación económica y allí en la Isla debuté en el Festival de la Toronja en el año 76.
Amaury. Bueno, ahí tenías 10 años.
Alexis. No, yo debuté en el 72, con cinco años y un poco llegando a seis. Cantándole pies forzados al público.
Amaury. Bueno, tú tienes que revisar tu página.
Alexis. Mi página y mis libros. Tengo un libro que se publicó en Colombia que dice que nací en 1756 (risas), 1700, me han puesto tantos años.
Amaury. Un poeta puede nacer en cualquier época, en cualquier siglo.
Alexis. Yo tengo un poema que dice que la edad de los poetas se calcula leyéndolos, o sea, tú puedes nacer en cualquier siglo, depende de a dónde llegue tu obra, tú poesía.
Amaury. ¿Y cuándo regresan a La Habana?
Alexis. Regresamos a La Habana cuando yo tenía diez años, regresamos a San Miguel del Padrón y allí seguí improvisando en todos los festivales infantiles. Comencé a hacer Escenario Escolar, Que siempre brille el sol…
Amaury. ¿En la televisión?
Alexis. Palmas y Cañas, que ya iba a cantar con mi hermano Marcelo, que es el que me hacía de partenaire, guajirito ahí en la televisión y en los festivales. Y me mantuve improvisando todo el tiempo, rodeado como te digo de Justo Vega, Adolfo Alfonso, Ángel Valiente, el Indio Naborí, que eran todos amigos de mi padre.
Amaury. Los grandes. Ahora, ¿cuál es la diferencia entre poseía oral, neorrepentismo y seguidilla?
Alexis. La poesía oral lo engloba todo. La seguidilla es una tonada tradicional que se había perdido y yo lo que hice fue rescatarla porque tenía muchas ganas, era una deuda que tenía con mi padre que la hacía también y entonces tenía ganas de rescatarla y yo creía, antes de hacerla públicamente, que esa tonada podía enganchar mucho al público y a los jóvenes por el ritmo, por el atrevimiento lingüístico que conllevaba.
Y neorrepentismo es una terminología, es una neoterminología para diferenciar la etapa en que entra el repentismo cuando comienza todo el proceso de las escuelas, de los niños y de los jóvenes, y que hay realmente unos cambios de códigos.
La generación naboriana, la generación del Indio Naborí, todos estos nombres, todos estos maestros, era una generación que preponderaba el texto, por encima del ritmo e incluso, de la comunicación. Mientras que nuestra generación a veces sacrifica el texto en pos de comunicar y de crear una relación autor receptor más dinámica, más rápida, con mucho más elemento preformativo, movimiento.
Amaury. ¿Pero entonces tú te sientes absolutamente heredero de esa poesía oral que se hace para grandes masas, para grandes públicos, puede ser el caso de Evtuchenko?
Alexis. Yo quisiera, o sea, esos son algunos de mis referentes. Estuchenko llenaba estadios para recitar poesía. Evtuchenko, Leonard Cohen, Jacques Prévert, todos esos grandes poetas que han llevado la poesía a la música; la música a la poesía, la oralidad a la escritura, han roto las fronteras y las han vinculado. Ese es uno de los objetivos, de las pretensiones, porque siguen siendo pretensiones de mi trabajo.
Mucha gente ha pensado y me ha dicho: ¿y por qué tú sigues improvisando si ya eres un escritor, si ya has publicado tantos libros? Como si la improvisación hubiera sido un camino para llegar a la Literatura escrita. Y no, para mí no es un camino, yo soy hijo de una dualidad. Esa dualidad es oralidad y escritura y por lo tanto, me siento cómodo, me siento a gusto tanto en una como en otra.Ha habido cantidad de dualidades. Hay escritores que pintan, hay pintores que bailan, hay cantautores que escriben y nadie se asombra. Sin embargo, mucha gente, con buena fe, no con maledicencia, se asombra muchísimo de que un repentista escriba una novela, escriba un libro de ensayos, escriba un libro de poesía que no sea en décimas.
Entonces esa especie de etiquetamiento y de encerramiento del concepto repentismo, es por el desconocimiento tan grande que hay sobre un arte que no tiene Academia, que no se estudia, que ha sido bastante preterido durante mucho tiempo.
Amaury. He visto multitudes delirando, como si estuvieran en un concierto de rock, con la seguidilla de Pimienta. Eso tiene que llevar un entrenamiento porque yo que estuve contigo, y hablaremos después de la gira de las cárceles que fue tan importante, pero yo estuve contigo en esa gira viéndote todos los días hacer seguidillas y pies forzados y las seguidillas con pies forzados que me parecía una cosa de locos todo aquello. ¿Cómo se prepara una persona para hacer eso? Tú tienes que ser un gran coleccionista de diccionarios, o por lo menos, enciclopedias.
Alexis. Sí, lo he sido y lo he sido por culpa de Borges porque cuando era muy joven leí una entrevista a Borges donde él decía que diariamente, con el desayuno, él abría al azar la gran Enciclopedia Británica y esa era su lectura preferida y que todo escritor debería leer un diccionario diariamente.
Yo he tenido muchos diccionarios, colecciono diccionarios, a todos mis amigos les digo: cuando me vayan a regalar, no me regalen nada del otro mundo, el diccionario más extraño que veas, ese regálamelo. El diccionario de vegetales con las hojas rojas, yo lo quiero.
Amaury. ¡Ya sé qué regalo puedo hacerte la próxima vez que nos veamos!
Alexis. (risas) ¿Por qué? Porque un repentista el único entrenamiento que puede permitirse, es ensanchar cada vez más su campo lingüístico. Mientras más vocabulario tengas… no rimas, porque la rima tiene una limitante, la rima se acaba. Hay palabras que tienen tres rimas, cuatro rimas y palabras que no tienen ninguna, por lo tanto, almacenar rimas como si fuera un… tener un glosario de rimas, no te resuelve el problema. Te resuelve el problema tener un amplio vocabulario que te permita acomodar el pensamiento, pensamos todos en prosa, pero tienes que constreñir, tienes que convertirlo en el caso nuestro en un octosílabo, en un octosílabo con unos acentos determinados según el ritmo de la palabra. Es muy complejo explicarlo rápido así, pero lo que tiene que tener, lo que yo le enseño a los niños desde las escuelas de repentismo, es ampliar el vocabulario.
Hay palabras, como te decía ahorita, que no tienen rima, los antiguos lexicólogos las llamaban Palabras Fénix, como la propia palabra “Fénix”.
Amaury. Yo una vez, por decir una anécdota, llamé al Indio Naborí, que fue mi asesor de rimas, fue mi diccionario. Lo llamé, estaba haciendo una canción y la rima era con tú y él hizo un silencio y me dijo: Bueno, si no me dices el verso porque… y recordó así rápido: caribú, marabú, tisú o sea, se quedó…
Alexis. Muy pocas; menú, tabú. Otra cosa que pasa con el idioma, ¿sabes qué? Que el idioma es un cuerpo vivo, por lo tanto va cambiando, es como la célula, que hay unas que se mueren y hay otras que nacen. Hay palabras que se mueren, hay rimas que se mueren porque caen en desuso y hay rimas nuevas.
Con la rima “u”, que es una de las rimas pobres del lenguaje, además una rima poco bonita, poco agraciada. Sin embargo, con la tecnología se ha incorporado nueva rima: Yahoo
Amaury. Yahoo (risas)
Alexis. Wanadu, y todas estas terminologías que castellanizadas las puedes llevar… hay mucha gente, que por ejemplo, para rimar te habla: porque yo tengo cuenta en “feisbú”.
Amaury. Claro, para no decir Facebook.
Alexis. Castellanizan un anglicismo. Pero eso te demuestra las limitantes del poeta. Todo poeta tiene limitantes.
Amaury. ¿Qué cosa es la improvisación multiestrófica?
Alexis. (risas) Estás sacando carticas debajo de la manga.
Amaury. Porque además, me encantó, fíjate que estudiando, yo te estudio mucho.
Alexis. Ya veo.
Amaury. “Te leo y estoy muy pendiente de ti”, como dice Serrat, pero el término me enloqueció, porque yo soy un enamorado de las palabras, del sonido de las palabras. Improvisación multiestrófica.
Alexis. Claro, porque mira, el repentismo cubano es un repentismo monoestrófico. Aquí solamente improvisamos décimas. Tú te vas a Colombia y te encuentras que en Antioquia se improvisa en cuartetas y coplas, pero te vas a la costa, a la zona de Valledupar, Cartagena y se improvisan décimas.
Pero te vas a otras zonas y se improvisan sextillas, y hay lugares donde se improvisan quintillas y octavillas y octavas. Estrofas octosilábicas y estrofas endecasilábicas. En Italia se improvisan, por ejemplo, tercinas y se improvisan octavas reales en la zona de Toscana, o sea, hay tradiciones de la oralidad improvisada que tienen multiestrofismos. Entonces los cubanos no, somos monogámicos en el amor con la estrofa. (risas)
Entonces claro, tenemos esa pasión por la décima. Para nosotros la décima lo es todo. Yo he tenido por mi trabajo y porque me he movido mucho, he tenido que adaptarme a todas las estrofas, por una necesidad escénica, pero al final me ha gustado.
Ese es uno de los objetivos de las escuelas de repentismo, que los repentistas cubanos, aunque sigan defendiendo la décima, cultivando la décima como la estrofa nacional, sean capaces también, por qué no, de improvisar una quintilla, una sextilla, una cuarteta, cuando haga falta o cuando se nos pida.
Amaury. Y todas esas inquietudes son las que te llevaron, porque muchos de estos datos yo los he buscado en La teoría de la improvisación, y creo que es el único libro que está escrito sobre eso.
Alexis. Fue el primero y desde el punto de vista de la teoría desde dentro, sí es el único todavía, pero ya hay muchos proyectos y hay mucha gente muy talentosa que está por fin acercándose con herramientas académicas…
Amaury. Pero ahí tú hablas de la glosa cantada también, hablas de eso, del repentismo fusión. ¿Es un término tuyo?
Alexis. Sí, ese sí. Eso es lo que hacemos en el espectáculo. He fusionado el repentismo con el flamenco, con el jazz, con la canción de autor, con muchas músicas, con mucha forma de creación, con la plástica, con la fotografía, con el cine.
Fusionar la improvisación, demostrar que no solamente el repentismo sirve para la controversia, para pie forzado, sino que es un arte como todas las artes, es dúctil y que por lo tanto se puede utilizar en todas las versiones, en todas las vertientes de la cultura, para mí también ha sido muy rico.
¿Y me hablabas de otra cosa, de…?
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