Los delfines aprenden a caminar sobre el agua por diversión
Un creciente número de delfines en libertad están aprendiendo a ‘caminar’ sobre el agua como un juego y a imitación de otros congéneres, según un estudio difundido hoy por la Sociedad de Conservación de las Ballenas y los Delfines (WDCS) de Australia.
“Parece que es la última moda”, afirman los responsables de esta investigación dirigida por el profesor Mike Bossley, que ha observado el comportamiento de los delfines que viven en torno a Port River, en Adelaida (Australia), durante los últimos 24 años.
Bossley contó el caso de dos delfines hembra adultas que viven en esa zona, Billie y Wave, que realizan con frecuencia y de manera espectacular la maniobra de avanzar sobre el agua en posición vertical, impulsándose únicamente con la cola.
Al parecer, Billie aprendió a ‘caminar’ sobre el agua durante un breve periodo de cautividad en un acuario a principios de 1988, y durante años fue el único miembro de esta comunidad que lo hacía.
Tuvieron que pasar ocho años hasta que Wave empezó a imitarla y casi otros 15 años para que se convirtiera en pasatiempo colectivo.
Lo sorprendente del caso, subrayó el científico, es que esta práctica se está extendiendo entre el resto de la comunidad de delfines de Port River, con al menos otros cuatro individuos que “están perfeccionando su técnica en los últimos meses”.
Se trata de un delfín adulto y de tres cachorros, que han convertido la actividad en un juego, como han recogido en fotografía los voluntarios de la WDCS Marianna Hawkes y Barry Hurrell.
Bossley explicó que esta manera de nadar es excepcional entre los delfines en libertad y que en las miles de horas que ha pasado observándolos sólo presenció otro caso que no tuvo continuidad.
Pero estos delfines australianos lo hacen muchas veces al día, lo que indica una intencionalidad y un aprendizaje por imitación.
“La cultura en un sentido amplio del término se define como el comportamiento característico aprendido de una comunidad, y esto es algo que vemos ahora con frecuencia en Port River”, subrayó el profesor Bossley, quien recordó que “este comportamiento cultural resulta de gran importancia para la conservación de la especie”.
“Se han identificado comportamientos culturales en numerosas especies de animales, especialmente en los chimpancés. Pero la mayor parte, sino todos los comportamientos culturales descritos hasta la fecha, han tenido una naturaleza utilitaria, principalmente dirigidas a obtener comida”, manifestó el autor del estudio.
Bossley recordó en este sentido el conocido caso del chimpancé que utilizaba un palo para sacar termitas de su termitero, comparable a una costumbre de los delfines de Shark Bay, también en Australia, que se ponen esponjas al final de la mandíbula para evitar clavarse las espinas de los peces que se comen.
“Por lo que sabemos hasta ahora, caminar sobre el agua impulsados por la cola no tiene una función práctica y los delfines lo hacen por pura diversión. Es como el baile o la gimnasia de los seres humanos y como tal representa un ejemplo importante de las similitudes en comportamiento entre humanos y delfines”, dijo.
Bossley explicó que con esto se hace “necesario aplicar un enfoque totalmente distinto” al estudio y conservación de los delfines y “reconocer el valor de proteger su existencia”.
“Los delfines de Adelaida no están componiendo óperas ni sinfonías, al menos que nosotros sepamos, pero su caminar sobre las aguas aporta más pruebas de que los delfines son tan parecidos a los humanos que merecen un estatus ético especial”, afirmó.
(Con información de EFE)
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