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Seis voces de pasión y melodía

Seis voces de pasión y melodía

En céntrica casa, a varios pisos sobre la ciudad, ensayan las muchachas de Vocal Esencia.

Por Héctor Darío Reyes

Foto: Edson Benítez

La canción se hace mujer cuando Vocal Esencia eleva sus voces para regalarnos un amasijo sonoro compuesto de la más tradicional cancionística cubana con algún ingrediente de ritmos foráneos como la Bossa Nova brasilera o el Gospel nortemaricano.

Pertenecientes al Centro Provincial de la Música Rafael Prats de Villa Clara,  Vocal Esencia ya llevaba un par de años haciendo de las suyas con alguna que otras inestabilidades en el formato, cuando el primero de abril de 2009 se profesionalizaron.

Entonces la nave recuperó su derrotero, ahora bajo el mando de Midiala Rodríguez, quien graduada de dirección coral, no tuvo reparos para llevar el rumbo que tomaría esta esencia de voces femeninas.  

Las soprano Addy Lugo y Leidy Laura Monteagudo, las mezzosoprano Lliny Alfonso y Midiala Rodríguez, y las contralto Indra Gustabello y Anaili Pérez conforman las cuerdas de esta cofradía que bien navega por las corriente del panorama musical cubano.

Presentaciones en varios espacios avalan su carrera. En menos de un año han cantado en casi todos los municipios de la provincia, galas de premiaciones y conciertos homenajes, como el ofrecido a Adelaida de Juan con motivo de la feria del libro han tenido el placer de su presencia.

En velada de premiación del Profilm vi por primera vez a estas muchachas, ofreciendo un espectáculo cargado de belleza y armonía. Entre el público se hallaban los críticos Rufo Caballero y Mario Masvidal, autoridades en la materia de la música contemporánea, ambos estuvieron de acuerdo acerca de la calidad del sexteto. Sobre Vocal Esencia, el comentarista de Lucas expresó: «Las muchachas tienen toda la gracia de la mujer cubana, son expresivas, comunicativas, sin estridencias; poseen una sensualidad muy suyas, muy de Cuba, y muy del buen gusto, pues no se advirtió concesión por ninguna parte, gracias, en buena medida, al repertorio. El repertorio es hermosísimo, muy cuidado, y prefiere ensalzar -a Dios y a ellas gracias- lo mejor de la cancionística cubana, el son, la trova, etc. En general, su trabajo musical parece de máximo rigor y afincamiento en la mejor tradición cultural cubana.»

Esa noche la travesía tuvo sus contratiempos. Por los grandes ventanales de la galería provincial se filtraban hasta el patio acordes soneros provenientes de la calle, poniendo a las muchachas en un aprieto, para afinar sus voces a partir del sonido que registraba el diapasón. Pero lograron sortear el escollo y seguir rumbo fijo en su canto, hinchadas sus voces como velas de navío.

Pero contra otros escollos también han navegado. Una peña en el PianoBar, que mantuvieron fugazmente, realmente no resultó, porque el público de sitios como este no es el más respetuoso con el producto que ofrecen agrupaciones interpretes de melodías tradicionales sí, pero no menos importantes.

Edson Benítez, representante y productor del conjunto, cuenta la necesidad de espacios para agrupaciones de este formato, espacio y presupuesto “porque realmente la calidad debe ser respetada y remunerada”.

Lo más representativo de la trova tradicional, boleros, sones y guarachas son interpretados a capella. Aunque algún que otro tema va acompañado por el piano, el saxo o las percusiones menores, de las cuales son ejecutantes con valiosa formación.

Miguel Matamoros, Adolfo Guzmán, Cesar Portillo y Frank Domínguez son autores incluidos en su compilación musical. Los sones El que siembra su maíz y Son de la loma toman un interesante matiz en sus arreglos de esta agrupación que además juega con el timbre y la cuerdas de sus voces para interpretar los conocidos temas de una manera tan novedosa que el melómano más entendido la disfruta cual si fuera la primera vez.

Algo parecido sucede con los boleros. Sabemos que este género es sublime, bello, melódico. Propia encarnación de lo romántico, del sentimiento. Imagine usted lector, esa delicia que es Ausencia, de Jaime Prat en voces de seis mujeres que no sólo desbordan la beldad de sus rostros, sino también la gracia que emanan de sus voces.

Muchos han apoyado al proyecto. Yolanda Martínez, directora del Coro Provincial ha sido desde el inicio una entusiasta de la idea. Los géneros escogidos para el repertorio fueron recomendados por el mismísimo Luís Carbonell, ese maestro de la poesía antillana, quien propuso y apoyó sobretodo que la cuerda del sexteto se desarrollara sobre las base de la música nacional. Al preguntársele acerca del repertorio, el maestro comentó «Fue la frescura de sus voces, y el empaste vocal que presenta el formato lo que me motivó a sugerirles un repertorio más bien cubano.»

Aún le queda travesía a estas entonaciones de sirenas, capaces de llevarse consigo al más sordo de los piratas que surquen sus espacios. Mucho habrá de depararle el escenario nacional, para el cual ya están preparadas. Ojala no tarden mucho en llegar a puerto seguro y expongan su amasijo sonoro, compuesto de la más tradicional cancionística cubana con algún ingrediente de ritmos foráneos en voces elevadas de pasión y melodía que convierten a cada canción, en instintos y sentidos propios de mujer.

 

 

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