Línea Confidencial Antidroga
103… Una llamada por la vida
Texto y foto Ricardo R. González
No median identificaciones. Tampoco preguntan ¿quién es? ni de donde llaman. Suena el teléfono, y las palabras tienden el puente que invita a romper los resquemores. Entonces, fluye un diálogo sin testigos en busca de la orientación, el apoyo emocional y sicológico, o del camino para llegar a esa luz, medio extraviada y difusa, entre aquellas personas atrapadas por algún tipo de adicción. Ese constituye el propósito de Línea Confidencial Antidroga que apareció en Villa Clara en el 2005 a fin de recibir, también, las llamadas de familiares deseosos de solucionar las diversas encrucijadas derivadas de su mundo. El servicio permanece en una pequeña habitación sobresaturada por las altas temperaturas. Dos consejeras aguardan por los timbrazos, entre las 8:00 de la mañana y las 8:00 de la noche, de cada lunes a viernes, apoyadas en una tarifa totalmente gratuita desde cualquier punto del país. Una vez cumplido el horario, la conexión se mantiene con la red nacional durante las 24 horas, incluidos sábados y domingos, para que nadie espere por la debida respuesta ante dudas en las que predominan las voces masculinas, sin que las féminas queden rezagadas. En lo que va de año aparece un incremento en el uso de la línea. Por el historial de estadísticas prevalecen las inquietudes en torno a los efectos del alcohol seguido por el tabaquismo; sin embargo, en los últimos meses esos impactos de la nicotina y sus derivados toman las riendas, escoltados por el alcoholismo y las dañinas mezclas con otras sustancias. NEBULOSAS CONTÍNUAS Las llamadas carecen de límite. Pueden extenderse dos, tres…cuatro horas en dependencia del caso. Las consejeras poseen conocimientos suficientes y disponen de absoluta paciencia para percatarse de que falta percepción de riesgo, si se tiene en cuenta que «la diana de todas las drogas recae sobre el cerebro», advierte una de ellas. La antaña teoría de que consumir bebidas alcohólicas olvida las enfermedades y problemas o aclara la mente cae como la torre de Babel, se desmorona, y sus estragos provocan el 3,2 % de los decesos en el mundo, pero el 5,4 % en nuestra región. Algo que incita a profundas reflexiones, y enfatiza el objetivo de alejar al individuo ante los tentáculos mortíferos de la dependencia a las drogas. Que aprenda a decir NO para evitarle la autodestrucción física, social y familiar. Por ello, la Línea Confidencial Antidroga sugiere alternativas encaminadas a tratamientos complementados en los Centros de Salud Mental, así como en el resto de las instituciones conformantes del sistema de Salud, al tiempo que valora —como iniciativa local— las potencialidades de medicamentos homeopáticos que inciden sobre el hábito de fumar, previa consulta con el galeno. «Nuestra mayor satisfacción recae en la ausencia de quejas, y sientes que tu trabajo deviene utilidad una vez que el enfermo o el familiar rompe la barrera del temor y comienza a narrar sus preocupaciones, pues cada tratamiento necesita de responsabilidad individual a fin de evitar las complejas recaídas.» El 103 no está habilitado únicamente para detalles concernientes al alcohol y el tabaco. Abre su espectro a todo tipo de drogas, ya sean lícitas o ilícitas, y ofrece posibilidades dirigidas a que la persona modifique su conducta. De esta manera persigue que las pesadillas, el insomnio, los dolores de cabeza, la ansiedad, el instinto suicida o la pérdida de la memoria y la concentración no dañen los principales sistemas orgánicos con saldos irreversibles. Aunque muchas veces las propias consejeras o los pacientes y sus familiares llegan a identificarse a través de las voces y quisieran conocerse resulta imposible develar el rostro ante normativas que lo prohíben. Por ello, no abundan detalles informativos e incluso se obvian otros elementos que conspiren contra el total anonimato. Y si bien la línea contribuye al bienestar humano, habrá que impedir que infantes y adolecentes marquen los dígitos en especie de juego o pasatiempo mientras permanezcan en el hogar. El servicio, lejos de diversión y superficialidades, ofrece su magisterio con el don de las palabras en ese afán desmedido por educar y hacer por la vida.
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