Blogia
soyquiensoy (Ricardo R. González)

«Con 2 que se quieran» Mirtha Ibarra (Parte II)

«Con 2 que se quieran» Mirtha Ibarra (Parte II)

Amaury. El guión de Fresa y Chocolate.

Mirtha. Recuerdo que cuando a mí me lo propusieron yo lo rechacé, porque yo estaba muy contenta con la Nancy de Adorables mentiras y tenía mucho temor que este personaje quedara por debajo en cuanto a David y Diego, que eran personajes tan complejos, tan bien hechos, tan bien escritos y entonces Titón fue quien me convenció, empezó a darme argumentos, de que ese personaje iba a ser tan protagonista como Diego y David, de que no iba a ser un personaje menor. Y bueno, pues me arriesgué.

Inclusive, quiero decirte que, ya después, cuando vino todo el problema de Titón y la operación y, todo eso, yo llamé a Juan Carlos y le dije: mira, Juan Carlos, yo creo que deberían buscar otra actriz, porque yo prefiero estar al lado de Titón en todo este momento y yo no voy a tener fuerzas para actuar. Y Tabío me dijo: Oye, tú no le puedes hacer esto a Titón. Si tú le haces esto a Titón, que tú le dices que tú no vas a trabajar en la película, eso va a ser terrible para él, tú tienes que trabajar en la película. Entonces lo que decidí fue dejar todas mis escenas de la película para el final y yo estar durante toda la filmación al lado de Titón mientras se filmaban los otros personajes.

Amaury. Aunque yo sé que Titón y Juan Carlos eran como hermanos. ¿Cuán difícil es para un actor ser dirigido por dos personas?

Mirtha. Chico, yo creo que todo fue muy fácil.

Amaury. Orgánico, natural.

Mirtha. Muy orgánico, muy natural, porque había mucha compenetración entre ambos. Juan Carlos sabía muy bien lo que quería Titón y Juan Carlos es una gente muy suave también para dirigir. Y Titón también. Titón es una persona que te explica, que te mastica lo que él quiere que tú hagas, ¿no? Entonces yo me sentí como si hubiera sido un solo director.

Amaury. Sí, era trabajar con dos príncipes en realidad, como estar en un castillo con dos príncipes. ¿Y eso se repite después en Guantanamera?

Mirtha. También.

Amaury. Pero ya Titón está…

Mirtha. No, todo lo contrario. Cuando él hizo Guantanamera estaba lleno de energía. Yo leí el otro día un artículo que decía: Titón hizo Guantanamera en una silla de ruedas, ¡no!. Titón daba saltitos así, estaba con una vitalidad extraordinaria en Guantanamera. Es cuando vamos para España, empieza la edición de la película en España. Así y todo, ya ahí él empieza con sus dolores, aparato de morfina. Él iba caminando desde el hotel de Plaza de España, hasta donde están las ediciones de arte, en Madrid, caminando por todo el Palacio Real con Juan Carlos, todos los días, a la edición.

Y ya cuando nos fuimos a Venecia, si ya él si estaba muy mal. Cuando fuimos con la película a Venecia.

Amaury. A llevarla al Festival de Cine.

Mirtha. Que además fue terrible, fue muy triste, porque siempre quisimos ir a Venecia y resulta ser que en el momento que nos tocó ir ya no había disfrute, si no…

Amaury. Padecimiento, dolor…

Mirtha. Claro.

Amaury. Yo vi una fotografía muy simpática, quiero recordar a Titón con mucha alegría. Hay una fotografía de Titón en el Oscar cuando fueron con Fresa y Chocolate. ¿Quién le está poniendo el lazo a quién?

Mirtha. Juan Carlos le pone el lazo a Titón y Titón se lo pone a Juan Carlos. Parecían dos niños con unos juguetes que le acaban de traer.

Amaury. Y desfilaron por ahí.

Mirtha. Ah, claro y todo era que habían traído todo ese vestuario, los zapatos, el esmoquin, todo. Yo recuerdo, tengo una experiencia que te voy a contar, porque es muy simpática. A mí no me trajeron vestido.

Y entonces me dice la mujer: bueno, y ahora vamos por las tiendas a buscarte un vestido.

Amaury. ¿Pero no es la ropa de uno la que usan?

Mirtha. No, eran trajes alquilados. Vamos a alquilarte un traje, y entonces me empiezan a llevar a unas tiendas donde había unos trajes tan sofisticados que no tenían nada que ver con Mirtha Ibarra, llenos de lentejuelas, de canutillos, de cosas, unos vestidos enormes y entonces la mujer empezaba: you are great, you are very nice. Y yo la miraba y le decía. No, I dont like, Idont like. No, no, pero you are wonderful y yo miré a la muchacha y le dije: sáqueme de aquí, por favor.

Y me iba, me llevaba a otra tienda hasta que llegó un momento que le dije: mira, no me voy a poner ninguno de estos trajes. Si me tengo que quedar en el hotel, me quedo en el hotel, y no voy a la ceremonia.

No hay ningún interés, me quedo en mi hotel tranquila, pero no me voy a poner un traje que no tenga nada que ver conmigo. Dice, no, vamos a comprarte un vestido. Entonces fuimos a una tienda, el vestido más sencillo que había, negro todo, sin nada, absolutamente nada, ese fue el que yo escogí, me compraron y me puse.

Amaury. ¿Y cómo fue ese desfile? Es que no me imagino, lo que pasa es que conocí a Titón, no tanto, pero conozco a Juan Carlos hace 40 años. No me imagino a Mirtha, a Titón, a Juan Carlos, atravesando esa alfombra roja de Hollywood.

Mirtha. Fue muy lindo, fue muy lindo, muy simpático realmente, porque es como…, no voy a decir un circo, porque realmente no es un circo, pero es como un baile de disfraces de pronto, no sé.

Amaury. Pero ellos que son además tan cáusticos.

Mirtha. Porque estar al lado al mismo tiempo de grandes actores que tú admiras y que quieres, y que siempre has querido y están ahí, a tu lado. Entonces eso también es muy emotivo al mismo tiempo porque uno, ha admirado a toda esta gente, a todos estos directores. Realmente no pensamos en ningún momento que íbamos a ganar, porque ya nos habían dado algunos datos de que no nos iban a dar el Oscar.

Amaury. ¿Se filtra algo?

Mirtha. Se filtró, se filtró, algunas cosas se filtraron y ya sabíamos que nosotros no lo íbamos a ganar, pero de todas maneras teníamos mucho entusiasmo, como si fuéramos a ganar.

Amaury. ¿Qué película ganó? ¿Qué película le ganó a ustedes?

Mirtha. La de Nikita Mijalkov, Quemados por el sol, que es una película muy interesante.

Amaury. Es una buena película.

Mirtha. Muy buena película. Estaba esa película muy buena y estaba Before the rain, que también era una excelente película. Bueno, yo decía: si gana Before the rain yo estoy contenta también porque es una buena película, hay que saber valorar que hay otras películas que también pueden ganar porque eran muy buenas.

Amaury. En el libro, que vamos a hablar del libro en este momento, es un libro que Mirtha hizo, hay una introducción, y está la correspondencia de Titón, es un libro extraordinario, vital e importantísimo para conocer la personalidad de un genio del cine cubano. Ahí hay una cartaque a mí me desgarró, es la carta que él le hace a tu hijo, a Saulius. ¿Cómo se llevaban?

Mirtha. Chico, se llevaban bien, hasta un momento en que viene la adolescencia, que es esa carta, y esa adolescencia empieza uno a costarle trabajo, ¿no?, tener las riendas realmente de los hijos de uno porque empiezan a hacer cosas que uno cree que no están bien.

Y entonces en ese momento empiezan conflictos, pero siempre fue como un padre para él. Es decir, Titón se sentaba con la organeta a darle las clases de piano, las clases de solfeo. Fue un padre en toda su… y en esa carta se…, esa carta es un testamento, yo diría, de su relación con él.

Amaury. Saltemos, no quiero que te sientas…

Mirtha. …No, no, no, me siento bien, no, no… Después lo que pasa es que bueno, después,vino una etapa mucho más madura ya, de madurez y de comprensión, cuando pasa ese momento crítico, no, ese momento es muy difícil.

Amaury. Bueno, ahora estás dirigiendo también, porque dirigiste el documental sobre Titón,  pero también dirigiste una obra.

Mirtha. Sí.

Amaury. Que tú protagonizabas y que dieron la vuelta por toda España.

Mirtha. Sí.

Amaury. ¿Esa obra no se ha visto aquí?

Mirtha. No, esa obra era de cinco personajes, se llamaba Obsesión habanera, la hice por toda Castilla León, por toda Canaria, aquí no. Ahora en mis planes está tratar de hacer aquí un monólogo que acabo de terminar que se llama Neurótica anónima, en la Sala Llauradó. Ya terminé de escribir, ahora viene la etapa del montaje y estoy en ese momento.

Amaury. Un día me llamaste por teléfono, me dijiste que iba a ir a tu casa, ¿quién iba? Tú se lo ibas  a leer a alguien.

Mirtha. Ya se la leí a Juan Carlos Tabío y a Arturo Arango, les gustó mucho.

Amaury. ¿Qué te dijeron?, porque ellos son…

Mirtha. …Les encantó, les encantó y yo quiero de ahí sacar una argumento para una película, porque me parece que realmente la trama, que en otras ocasiones Juan Carlos en Obsesión habanera me dijo: ¿Tú crees que de ahí podemos hacer una película? Yo le dije: no, esto no da para una película, pero en este caso sí, esta trama sí.

Amaury. ¿Y te gusta dirigir, piensas que puedes?

Mirtha. No, no me gusta dirigir.

Amaury. No te gusta.

Mirtha. A mí me encanta que me dirijan.

Amaury. ¿Tú crees que tu sonrisa -mezclo una pregunta con otra- ¿Tú le debes esa sonrisa a la cercanía que tienes con el mar, a la insularidad de esto que somos, una isla?

Mirtha. Yo creo que se lo debo a que soy una gente muy optimista y siempre he tratado de abrirme camino con los obstáculos. Siempre pienso que las cosas me van a salir bien y por eso es que me arriesgo, porque pienso que me van a salir bien.

Bueno, ahora realmente he tenido una etapa de soledad de muchos años, desde que Titón falleció; eso no quiere decir que quiera estar sola tampoco.

Amaury. Claro, claro.

Mirtha. Pero bueno, la soledad tiene sus ventajas y tiene sus desventajas. Yo no quisiera ser una mujer que se llenara de mañas y de ¿sabes?… cuando uno vive solo mucho tiempo.

Amaury. Pero tú eres una mujer muy joven todavía, o sea, tú estas abierta al amor de pareja.

Mirtha. Ay, sí, pero no aparece, no aparece, es que… Mira, yo soy una persona que nunca me han gustado los hombres jóvenes, siempre me han gustado los hombres mucho mayores que yo. El primero 10 años, el otro 18. Si sigo así. Bueno, voy a parar ahí.

Amaury. Bueno, para, por lo menos en este caso que tenga tu edad.

Mirtha. Sí, más o menos. Pero también me he buscado compañía; tengo dos pajaritos, uno que se llama Luna, otro que se llama Beethoven y tengo un perrito que se llama Lenon, que tiene dos meses de nacido. Esa es la última compañía que me he buscado.

Amaury. Tu condición de actriz cubana ¿te beneficia o te perjudica cuando te vas a trabajar por ahí, a hacer castings y eso?

Mirtha. Chico, yo creo, te voy a ser sincera, eso depende, mira, no sé por qué, eso a veces yo creo que es un handicap. Cuando hay actores de otros países, esos otros países ponen dinero por esos actores.

Yo he tenido personajes que han sido muy buenos, mexicanos y de pronto la producción ha tenido déficit económico y han buscado una actriz mexicana y una productora ha puesto dinero. Como por mí nadie pone dinero, pues entonces el personaje, pum, se lo dan a la mexicana. Es decir, yo creo que ahí hay una limitante, yo creo.

Amaury. ¿Y cuándo haces casting aquí en Cuba, tú haces casting, o ya te van a buscar con unpapel?

Mirtha. No, nunca, a mí me parece que a estas alturas de mi vida…, está una filmografía que me la den o no me la den. Y si me gusta lo acepto y si no me gusta no acepto.

He rechazado personajes que después he lamentado y, he lamentado porque, porque bueno, también uno se equivoca, a veces, ¿no?. Yo por ejemplo, iba a hacer Plaff. Y otro personaje fue con Fernando Pérez, que yo adoro también, y que también me propuso, creo que era Madagascar. Realmente cuando le dije que no, se me salían las lágrimas, y me dijo: bueno, cualquiera que haga el personaje te voy a ver a ti. Porque me dijo: trabájalo, trabájalo, y ponle lo que tú quieras, pero ya era un guión demasiado cerrado. A mí me gusta mucho formar parte del proyecto desde que se inicia.

Amaury. Cuando tú estás fuera de Cuba, Mirtha, y estás muchas veces fuera porque estás filmando, porque estás haciendo películas. Ya sea una co-producción, ya sea una película española, ya sea, bueno la cantidad de películas que tú filmas. ¿Cómo tú recuerdas?, cuando estás sola, en el momento que te vas al cuarto, terminaste la filmación, te fuiste al cuarto del hotel, te acuestas, ¿Cómo tú recuerdas Cuba, tu casa, tu calle?

Mirtha. Mira, a mí, yo me siento tan bien en mi casa. Todo el mundo me dice: permuta, permuta, vete de ahí. No, yo adoro mi casa. Cada cosa que está puesta la he puesto yo a mi gusto. Entonces yo la adoro, adoro mi casa.

Me siento tan bien dentro de mi casa que yo no quiero permutar de ahí, ni irme de ahí. Y yo adoro cuando voy por el Malecón con mi carro y veo toda la gente sentada en el Malecón, yo adoro eso. Adoro La Habana Vieja, adoro lo que tiene una isla.

Una isla tiene sus ventajas y sus desventajas. Porque la desventaja es que, a veces, te sientes aislado del mundo, ¿no?, y que te sientes un poco enclaustrado.

Y esa cosa de vivir en Europa, coger un tren y decir: ay, me voy a Venecia, me voy a Roma, me voy a, eso te da una especie de libertad, estar en un tren montada…

Pero también tiene su encanto y sobre todo yo me identifico mucho con el cubano, no es que yo sea una chovinista, pero a mí esa cosa que tiene el cubano de dar, de dar, de que se da, te da su casa, que brinda su casa, eso no se encuentra mucho. Sí, yo he viajado mucho, he vivido fuera mucho tiempo, y eso de: te invito a comer a mi casa enseguida, después de conocer a una persona. No, te invito a un restaurante, pero no te invito a mi casa. La casa es… Cuando alguien te invita a su casa fuera, es como que están haciendo… Nosotros no, para nosotros es algo muy, sencillo, te doy mi casa porque te siento ya que puedes participar de una comida conmigo y esas cosas a mí sí me marcan, porque me marcan la diferencia de una idiosincrasia, y eso sí yo lo aprecio mucho. Lo valoro mucho.

Amaury. Yo quiero terminar con una pregunta natural, pero provocadora.

Mirtha. Tú me has hecho casi llorar, hoy.

Amaury. Sí, no, ahora, no, no, no.

Mirtha. No quiero temas tristes no quiero.

Amaury. No hay un tema triste, es justamente un tema, es un tema que, que yo creo que es importante porque hablábamos de una Mirtha con el corazón abierto para recibir una pareja. ¿Esa pareja tendría que saber que va a vivir también con Titón?

Mirtha. Bueno, mira, yo creo que yo empezaría a quitar un poco de cuadros en mi casa, porque yo creo que, que mi casa está llena de cuadros de Titón porque me acompaña. Pero yo creo que si los quitara me seguiría acompañando, pero sería un poco incómodo para otra persona sentir que cada vez que dobla una habitación, está Titón como vigilándolo. Hay personas que me dicen, esto es algo místico; yo no soy una persona mística, aunque me han pasado cosas místicas.

Pero te decía que hay personas que cuando entran a mi casa, me dicen dos cosas siempre: Qué linda energía hay en tu casa, que hay como una energía creativa, que a uno le dan ganas de hacer proyectos, de obras, de cine.

Y otra gente me decía: se siente la presencia de Titón. Se siente no por las fotos, es porque hay una energía. Y otra gente me dice: oye, Titón no deja que otro hombre se te acerque, porque está ahí presente de alguna manera. Hay gente que me dice: hazle una misa espiritual, hasta eso me han dicho, para que se eleve. Pero bueno, ya te digo que yo soy una gente bastante atea, en ese sentido.

Amaury. Además, Titón era un hombre bueno y lo más que va a querer donde quiera que estées tu felicidad, te doy las gracias.

Mirtha. Y me ha ayudado mucho siempre, así que.

Amaury. Toda la vida.

Mirtha. Mira ese libro, mira ese documental que se lo merecía.

Amaury. Y te seguirá ayudando, te seguirá ayudando. Te doy mi agradecimiento. Te quiero mucho y tú lo sabes. Te admiro mucho también y lo que quiero para ti es felicidad, prosperidad, y un bonito futuro.

Mirtha. Gracias, muchas gracias.

Amaury. Te quiero mucho.

0 comentarios