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soyquiensoy (Ricardo R. González)

Una Estrella de Oro en el pecho de Digna

Una Estrella de Oro en el pecho de Digna

«Si existen logros los atribuyo al Consejo de Dirección y al enorme potencial de trabajadores del Comercio, la Gastronomía y los Servicios existentes en la provincia. Esos que no tienen ni días feriados, ni sábados ni domingos porque laboran para el pueblo, por ello los defiendo a capa y espada».

Retrato de una Heroína del Trabajo de la República de Cuba y orgullo de Villa Clara.

Por Ricardo R. González

Fotos: Carlos Rodríguez Torres, Estudios Revolución y cortesía de la entrevistada

Una vez Digna Milagros Morales Molina, la directora del Grupo Empresarial de Comercio (GEC) en Villa Clara, me comentó que son inciertas muchas anécdotas tejidas en torno a su persona, que tampoco impone miedos ni es tan recia como la pintan, aunque en verdad — y esto lo dice quien escribe— cuando aparece su anatomía, acompañada de seis pies de estatura, tiembla la tierra e impera el respeto.

Ella grita a los cuatro vientos sus 67 almanaques sin ningún tipo de prejuicios. No pide cuestionarios adelantados para las entrevistas, y si de temores se trata sitúa, en primer término, pandemias como las que vivimos, y la pérdida de un ser querido que constituye un golpe demoledor, desafiando, en su caso, cualquier tipo de fobias a los animales incluso las ranas.

El amor por su Santo Domingo natal se convierte en pasión desmedida. Por algo es Hija Ilustre de esa tierra, y alega que solo recurre al maquillaje en momentos muy precisos porque no es su línea, ya que «prefiero mirar la vida al natural, que las personas siempre me vean de la misma forma, y no voy a cambiar».

Para muchos su existencia está permeada por la magia. Practicante de baloncesto en sus años juveniles lo que le valió una estancia en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) por un tiempo, y si desea descubrirla en toda su magnitud sepa que la entrega sin límites a las responsabilidades resulta uno de los rasgos distintivos, quizás el mayor de todos, en quien acaba de recibir el Título Honorífico de Heroína del Trabajo de la República de Cuba, conferido por el Consejo de Estado.

No le pregunte cuántas distinciones, reconocimientos y diplomas acumula porque no ha podido contabilizarlos. «Llegar a Heroína es el resumen de los anteriores. En dicho rango superior comencé por la Medalla Jesús Menéndez, luego vinieron las órdenes Lázaro Peña en sus diferentes grados, y un grupo de sellos y distintivos tanto en la vida estudiantil como laboral. Date cuenta que fui la primera presidenta de la FEEM en Santo Domingo y desde entonces ha llovido bastante».

La interrogante inicial a Digna va a quemarropa. ¿qué le dijo al Presidente de Cuba, Miguel Díaz—Canel Bermúdez, al imponerle la condecoración?

— Con él tenía una deuda de gratitud basada en trabajo y luchas. No caben dudas que existe una admiración tremenda por tantos años de acciones conjuntas. Cuando me impuso la Estrella de Oro, representativa del Título, le dije: «Ya cumplí con usted», y él respondió: «Me siento contento, orgulloso de todo lo que han hecho».

— Durante esos minutos de espera en la fila, ¿recapituló su vida?

— He venido haciendo un repaso de ella. Antes del acto había salido la relación de los condecorados en la Gaceta Oficial, pero yo no la vi, porque si bien el Título lo entregan de manera personal jamás hubiera podido lograr algo sin el respaldo de mis trabajadores y directivos. En ellos pensé, son los verdaderos artífices, quienes verdaderamente han hecho. He tratado de conducirlos lo mejor posible, y tampoco puedo olvidar lo que pensaría el pueblo sobre mi porque para el trabajamos.

— En esa guía conductora ¿se arrepiente de algo?

— A veces he sido dura, y eso me cuesta un desvelo enorme. He regañado en buena y en mala forma, y no dudo que en algún momento pude herir porque estoy tratando de que sientan, piensen y recapaciten ante un error, pero nunca con el propósito de hacer daño. Después me quedo con la incertidumbre de cómo estará esa persona, qué impacto habrá causado en su familia… Yo actúo con el corazón, y cuando paso el umbral se me olvidó y sigo queriendo a ese individuo de igual forma. Por eso seguiré defendiendo a mis obreros a capa y espada.

— Digna Morales tuvo dos accidentes del tránsito en Santo Domingo, uno de ellos fue catastrófico y está viva por la rápida acción de su hermana que viajaba en el vehículo, mas ¿cuál es la historia no contada, de manera pública, posterior al suceso?

— En ese tiempo era Presidenta del Gobierno en el municipio y dudaban de las posibilidades de volver a caminar. Estuve encamada, en una posición incómoda, y no volví a salir electa.

«Díaz—Canel fue a mi casa. Comentamos varias cosas internas que tuvieron un valor emocional, pero ya un miembro del Buró del Partido de Matanzas me había visitado y me propuso irme para allá. Él se enteró y al parecer no le gustó, insistía en si había aceptado la propuesta, le dije que no, porque yo me debía (y me debo) a Villa Clara, y esperaba volver a caminar para presentarme ante mi Partido y que me ubicaran en una tarea ya que mi terruño siempre me ha llamado».

—¿Es cierto que en aquel momento hubo una propuesta para dirigir Comercio y Ud. se negó?

— Rotundamente. Necesitaba algo difícil que chocara todos los días con problemas y pudiera demostrar si había perdido o no facultades.

Después me enviaron dos propuestas: directora de Mantenimiento de la Vivienda y de Comunales. Le expresé al ya desaparecido Alexis Melgarejo Falero, entonces Presidente del Gobierno en la provincia: «Han dado en el clavo, la tarea mía es Comunales.

«La provincia no estaba bien, era un momento muy difícil del período especial y en el primer año de mandato llegamos al segundo lugar a nivel nacional. Trabajaba día y noche. Despedía los camiones que salían a la recogida de desechos, a las 2:00 de la mañana en un Parque y a las 10.00 a.m. en el centro de la ciudad que estaba bien complicada».

— ¿Se considera perfecta?

— Ni imaginarlo, lo que tenemos es carácter y forma que a unos les gustan y a otros no, pero al final sentimos que llegamos a buena cantidad de personas. Lo compruebo en las redes sociales, en el contacto diario con los obreros, y le agradezco a ese pueblo al expresar tantas cosas bonitas que constituyen mi motivación.

— ¿Pudiéramos afirmar que preocuparse en exceso deviene debilidad casi permanente?

— Sin dudas. Tengo cualquier roce con un compañero y eso me hiere. Soy una eterna preocupada por todo y aunque termine a las 12:00 de la noche no me gusta dejar cosas pendientes porque me quita el sueño.

— Y qué ocurre cuando se entera que la leche llega tarde a las bodegas?

— Terrible. Yo no ordeño vacas ni proceso la leche, pero la vendo, y hay que pensar en esa madre desesperada porque es su hijo el que está en el medio. Por tanto hay que cambiar los roles y ponernos en el lugar de esa mamá. Entonces ¿cómo se actuaría desde esa posición?

— En el plano de la amistad, ¿considera que la lealtad es una divisa principal?

— Si algo me molesta y es difícil tolerar recae sobre alguien que no sea leal y esconda lo que piensa. Tampoco resisto la mentira. Con la verdad en la mano pueden lograr muchas cosas porque desde el hecho de reconocer que hubo un error la carrera conmigo está casi ganada. Para mi es fácil detectarlo porque la experiencia del día a día constituye un aprendizaje Yo soy Digna, no defiendo cargos. Cuando una gente me habla reconozco si es cierto o no, incluso nadie puede mentir si mantiene fija su mirada.

— Varita mágica, soluciones debajo de la manga… ¿hay fórmulas para vencer tantos contratiempos cotidianos?

— No siempre lo logro, y trato de buscar una solución inmediata a veces sin pensarlo dos veces. Aunque la persona se retire luego de plantear el problema yo sigo detrás y me queda como un barrenillo en hallar la respuesta. Cuando me doy por vencida es que se agotaron todas las posibilidades en ese afán de sentir y vivir como pueblo.

— En su barrio natal le dicen La Morales, y entre la población y sus trabajadores la apodan como diva del Comercio y la Gastronomía en Villa Clara…

— No creo. Soy común, lo que pasa es que la gente me quiere.

— Sentirse tan querida constituye un premio

— Es el mayor que pueda tener. Si el pueblo no reconoce para qué quiero otros.

¿Es cierto que no pierde la esperanza ni en los momentos más difíciles?

— Jamás. No hay nada en la vida sin solución excepto la muerte. La cotidianidad me lo ha demostrado. Lo que hay que buscar y alcanzar los objetivos.

— Se dice que una vez acudió a una institución de salud para realizarse una prueba y al imaginar cómo sería ¿se escapó?

— Sí, no me da pena confesarlo. Fue solo impresión, no miedo porque ya dije que solo temo a golpes muy duros y específicos de la vida.

— El amor por su familia resulta incuestionable ¿qué significó su padre?

— Dicen que yo me parezco a mi viejito querido que se me fue, pero lo tengo prendido en mi corazón. Él me formó. Desde el punto de vista sentimental fue muy importante, pero adoro a cada uno de los integrantes de mi familia. Cuando salí del reconocimiento en la Plaza, luego de mi arribo de La Habana, no fui para mi casa. Me dirigí al cementerio porque hubiese sido la persona más orgullosa con el Título.

«Yo podía venir muy cansada y decirle: papi ayúdame a hacer la guardia. Él se quedaba conmigo, pero lo que nunca pude fue acostarme porque me alertaba sobre las responsabilidades a cumplir.

«No concebía que llamaran a mi casa y entre señas dijera que no estaba, fuera quien fuera, y lo estoy escuchando cuando afirmaba: el día que no respondas al teléfono porque te sientes cansada pide la baja y no trabajes para el pueblo.

«Era un guajiro, pero con sentimientos, combatiente de la Lucha contra Bandidos y fidelista por sobre todo. Muchas de las cosas que hice fue por él, aunque tengo a mi mamá que vive conmigo».

— ¿Cuáles han sido los momentos más tensos en su vida estudiantil y laboral?

— Acabada de graduar fui cuadro profesional de la UJC en la Vocacional Lenin, por cosas de la vida llegó un momento determinado en el que hubo detalles que no comprendí y me afectó. Pedí retornar a mi provincia tras cumplir mi tiempo porque cuando no se trabaja contento se pierde la alegría espiritual que necesitamos.

«Dirigí el proceso de profundización de la enseñanza superior en Villa Clara y fue una experiencia difícil, pero bonita.

«Irme de Comunales resultó muy fuerte. Yo amaba a ese sector por la nobleza de su personal. Todavía paso por determinado lugar y me gritan directora cuando Ud. vuelve, y eso me llega al corazón. Ha pasado el tiempo, mas todavía quiero mucho a ese giro con el que obtuvimos ocho veces primer lugar en el país».

— Durante esta etapa de Comunales existe un detalle significativo ¿pudiera argumentar?

— El segundo año que alcanzamos el primer lugar Díaz—Canel se me acercó y me dijo: Yo tengo una deuda con Ud. y le comenté que era recíproca; sin embargo, quedamos ahí. Nunca pregunté cuál era el motivo ni el tampoco.

«Ese año fui Cuadro Destacado del Estado Cubano y me encontré con Fidel. Me di cuenta de la grandeza de ese hombre. Con cierto asombro comentó: ¿Tú vienes por Comunales?. Oye no te ha tocado ninguna buena.

«Después tuvimos otros encuentros, y eso me reconfortó mucho a dos años de haber partido de Santo Domingo, por lo que aprendí que los cargos no miden a los hombres, ello está en uno mismo».

— Aunque es dominicana Sagua la Grande tiene un matiz especial…

— Hice tres años en el pre Miguel Diosdado Pérez Pimentel de la Villa del Undoso. Compartí la presidencia de la FEEM y del municipio, así como la secretaría del comité UJC. Mi cimiento es haber trabajado con jóvenes y ello me sirvió de antesala para enfrentar «la Lenin» como dirigente estudiantil.

«Sagua es mi segundo municipio, mi juventud plena, la etapa de conjugar maldades y problemas con un claustro maravilloso del que no puedo olvidar a Marisol, la bibliotecaria ya fallecida».

— Repaso mis encuentros anteriores y en uno de ellos Ud. precisó; «Se piensa como país y no mirando para arriba…

— Lo mantengo y hoy lo confirmo. Si no estuviese pensando como país muchos centros nuestros no funcionarían.

— ¿La defensa de la empresa estatal socialista sigue entre sus prioridades?

— Es lo más importante porque sí podemos ser eficiente, y ello solo conlleva a trabajar. Si la gente crea, aporta y se esfuerza la empresa resulta un éxito porque es la de los trabajadores.

— ¿Quién es, verdaderamente Digna Milagros Morales Molina?

— Alguien sin doble cara ni falsetes. Soy Digna y me siento mejor cuando así me llaman. Mi vida la he compartido en el liderazgo estudiantil, dirigente de la FEEM, miembro del Comité Nacional de la UJC, cuadro profesional de la Vocacional Lenin, al frente del Gobierno en Santo Domingo, de Comunales en la provincia, del Grupo Empresarial el Comercio en Villa Clara y un tiempo como diputada.

— A pesar de la diabetes y su cardiopatía ¿qué retos están por venir?

— Muchos. El ordenamiento monetario y el perfeccionamiento empresarial nos llevarán tiempo, aprendizaje y rigor en un sector que ha mantenido por cinco años consecutivos la cima de la actividad en Cuba, pero nunca digo que estamos bien. Que quede claro. Podemos obtener una década el primer lugar y aparecerán insuficiencias. Como cubana, aquí estoy por mi país y por mi pueblo. Para ellos el amor de alguien que los tiene presente como auténtica guerrera que siempre irá por los caminos del bien.

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