Blogia
soyquiensoy (Ricardo R. González)

La sabia de Trompoloco

Por Ricardo R. González

Cuando niño mis abuelos me sentaban frente al televisor para que viera a Trompoloco, y creo que no era la excepción porque muchos de mi generación supimos admirar a un payaso inigualable que penetraba en la sala de nuestros hogares.

No tenía que pedir permiso porque era siempre bienvenido. Un día le pregunté a mis abuelos ¿Quién era Trompoloco? Y me respondieron: un hombre de buen corazón que se disfraza para ustedes, que hace reír y llorar, pero que enseña como uno de los tantos maestros que ama a sus alumnos.

Aquellas palabras daban vueltas en mi mente. Quizás de momento no las aquilaté por la corta edad, pero crecí y. poco a poco, era yo quien no me perdía a Trompoloco, alguien muy cuerdo sin ápice de loco.

Muy ciertas las palabras de mis abuelos porque con él aprendí muchas cosas, entre ellas amar a la humanidad, a desterrar la injusticia y la mentira, a mantener el alma pura, a saber que los animales tienen derecho a existir sin huellas de maltratos, a ver la vida con los colores que lleva, y a disfrutar de la infancia como la etapa más bella de sueños y fantasías.

Me resultaba peculiar la pintura de su rostro, y hasta me reía. También aquel sombrerito muy de él, y hasta la nariz con la que quise simular poniéndome un cascarón de huevos dibujado que casi al unísono se volvió trizas.

Con el tiempo comprendí el amor de Trompoloco hacia su familia, a sus hijos, y a su compañera en la vida, Nilda Collado, que resultaba un apoyo inestimable para aquel sabio payaso.

Un día esperé a Trompoloco y no «vino» a la pantalla. Otra jornada y otra… pero nada. Sin lugar a dudas lo desaparecieron de la tele para tenernos que resignar a su ausencia.

Aun así, y a pesar de la añoranza, soy un privilegiado, y hablaría en nombre de los tantos que comprendimos el valor de un payaso, la grandeza de un arte respetable en ese ser que nos transporta con los tantos estados de ánimo presentes en la vida.

Gracias Erdwin Fernández Sánchez por ser otro de mis maestros a través del arte de la comunicación, por formar parte de los recuerdos de mi infancia feliz, y por mostrarnos esa sonrisa para recordarte siempre aun cuando las tempestades asomen.

También puede ver este material en:                        

https://ricardosoy.wordpress.com/

https://twitter.com/riciber91    

0 comentarios