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La historia de Pablo Lorenzo

Pablo Lorenzo junto a su esposa Lidia: «Todavía nos parece un sueño».

Uno de los damnificados que recibió su nueva vivienda en Santa Clara estima que la fuerza de voluntad hace vencer obstáculos

Por Ricardo R. González

Fotos: Carlos Rodríguez Torres

Pablo Lorenzo Hernández Águila vive contrastes increíbles desde el pasado 20 de octubre. Mira a su alrededor y le cuesta trabajo creer que ya tiene una vivienda decorosa alejada de aquellas inundaciones provocadas por el río Bélico cuando se encaprichaba e invadía la privacidad en el único cuarto y el baño que tenía.

De lo que era su anterior morada, ubicada en otro extremo del reparto Chambery, casi no desea recordar. Un techo que filtraba toda la lluvia hacia el interior y dejaba el olor a musgo producto de la humedad, pero quizás su único amuleto en la vida es confiar en la fuerza de voluntad.

A ella le debe gran parte de su existencia a fin de imponerse a los retos del camino.

Desde una silla de ruedas transcurre cada segundo de su vida debido a la afectación de la médula que le provoca una inmovilidad total a partir de la parte superior del tórax hasta las extremidades.

Yudí Rodríguez Hernández, miembro del Comité Central y primera secretaria del Partido en Villa Clara, Alberto López Díaz, presidente del Gobierno en la provincia, y su homóloga en la capital villaclareña, Yaritza Moya Caballero, recorren el interior de la vivienda durante la jornada de inauguración.

Según su relato la picada de una temible mosca mientras cumplía misión internacionalista en la República Popular de Angola fue la causante, mas regresó a Cuba sin contratiempo alguno.

«Apenas llevaba un año aquí todo cambió. Comencé a sentir entumiciones acompañadas de decaimiento, mareos… hasta caer en coma, y ya en marzo de 1993 llegó la inmovilidad total, excepto de los hombros hacia arriba».

Con 61 años ha sobrevivido a cinco paros respiratorios y a una angina de pecho, sin apartarlo de su condición de hipertenso, diabético y cardiópata. A veces le ha parecido que el movimiento del reloj se ha hecho indetenible, y todavía muestra la cicatriz de la traqueostomía realizada luego de uno de esos momentos en que vio retenida su respiración y parecía que llegaba la despedida del mundo.

«Yo volví a mi infancia, gateaba, y salí del Hospital pesando 70 libras, por lo que vivo muy agradecido de todos los que hicieron posible mi rehabilitación».

De ingresos conoce bastantes ocasionados por la falta de aire que lo hace recurrir a oxígeno, o cuando aparece un severo estado gripal con las condicionantes suficientes para obligarlo a estadios hospitalarios en un hombre que se confiesa otrora fumador y quien le gustaba darse sus traguitos moderados cuando salía del trabajo en la Empresa de Automatización Industrial de MINAZ (Edai) santaclareña.

«Un día terminé de comer y después del café me dije: No fumo más, han pasado años y cumplí mi pacto, el olor a cigarro me estorba y la bebida la detesto, solo en alguna ocasión muy especial».

LLEGÓ EL REGALO

La espera de la vivienda se dilató algo hasta hace tres meses que le informaron a Pablo Lorenzo y a su esposa Lidia Castiñeiras Mendoza la asignación de la casa.

«Resulta incomparable con la anterior. Esta tiene dos cuartos, sala, cocina, baño, comedor y patio. Nosotros estamos tan contentos como el niño que recibe el juguete más querido. A veces nos pellizcamos para creer que es verdad».

Una porción de la Academia Provincial de Boxeo Andrés Molina Casañola fue cedida para la edificación de 20 viviendas a necesitados. Entonces la Empresa de Construcción y Montaje UEB # 2 comenzó el accionar constructivo en el consejo popular SAKENAF-Caracatey.

El detalle no puede faltar como parte del confort. Unas 20 casas fueron inauguradas en este segmento del reparto SAKENAF-Caracatey.

Otras entidades del ramo también proceden de igual forma en diferentes puntos de la ciudad destinados a los afectados del huracán Irma, a casos sociales, combatientes, y a quienes presentaban situaciones vulnerables en sus anteriores recintos.

Pablo Lorenzo repasa el techo, todavía le parece como un sueño. Después mira a su esposa con quien lleva 30 años de casado y comenta la asignación de una olla arrocera, otra frijolera, un módulo de aseo y cuatro sábanas.

— ¿Cuánto pagó?

— Totalmente gratis, pero además la convivencia con los vecinos resulta magnífica, son serviciales, ellos nos ayudaron a mudarnos, incluso entre todos hicieron una ponina para comprar un juego de comedor, y ves esas cortinas… las regaló una vecina, en tanto otros trajeron ajuar de cama y diversas pertenencias.

«Al fin se dio la aspiración de mi vida. Estamos superagradecidos del proceso cubano, de todos los que intervinieron para hacer posible este regalo, y a esa fuerza de voluntad para vencer cualquier obstáculo. La vida te lo demuestra a cada paso y por dura que resulte una contienda miremos siempre adelante con el propósito de vencer.

ESTRATEGIAS DE LA VIVIENDA

Santa Clara debe inaugurar en este año 388 viviendas por una u otra vía. De ellas, 106 corresponden al plan estatal y 282 por esfuerzo propio a través de subsidios o con crédito, según explica Yaritza Moya Caballero, presidenta del Gobierno en la urbe.

En el fondo las cortinas regaladas por una vecina.

La política implementada en el municipio prioriza a los más de 200 casos de derrumbes totales ocasionados por los fenómenos meteorológicos, además de aquellas situaciones críticas que experimentan las madres que rebasan los tres hijos, familias con niños de larga estadía en el hospital pediátrico José Luis Miranda cuyas afecciones no les permite residir en casas de precarias condiciones, u otros menores que necesitan vivir en condiciones habitacionales favorables.

«Las soluciones tendrán que proceder de manera paulatina, en dependencia de las disponibilidades y condiciones reales» fundamenta la jefa del Gobierno local.

Empresas como la de Mantenimiento Constructivo, Construcción y Montaje, el Ministerio de la Agricultura, y un grupo de entidades que aportan a las edificaciones son las encargadas de los procederes, mas el movimiento de microbrigadas sociales está nuevamente llamado a retomar sus fuerzas.

«Todo colectivo con un local en desuso o subutilizado debe valorar el cambio de utilidad que, incluso, pudiera favorecer a alguno de sus trabajadores o a personas de esa comunidad, pero siempre corresponderá al Gobierno la potestad de adjudicarlos» precisó Moya Caballero.

A la hora de resumir lo que ocurre en la capital territorial en torno a la vivienda la dirigente lo consideró como muestra de solidaridad y sentido humano, unido a la voluntad de las entidades administrativas, de las propias familias, del barrio y del entorno comunitario.

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