Los eternos Signos de Feijóo
Por Ricardo R. González
Un día de 1969 el intrépido Samuel Feijóo (1914-1992) comenzó a editar la revista Signos, sin pensar que se inscribiría dentro de ese patrimonio cubano —y diría universal— que personaliza su obra.
A 50 años de la primera aparición se han publicado 75 números como soporte que tiene la finalidad de promover la cultura en sus diversas manifestaciones, pero sin olvidar las raíces tradicionales y populares que caracterizó la vida de su autor.
Signos es un gran ajiaco que nos lleva a descubrir un mundo diferente empapado del folclor, y con énfasis en la idiosincrasia de la campiña, sin apartarse de las ciudades y el mundo suburbano.
Repasar sus páginas es encontrar la diversidad de las manifestaciones artísticas, conocer mitos, leyendas, juegos tradicionales e infantiles, costumbres, creencias, las peculiaridades del habla popular, o las ilustraciones a lo Feijóo.
A nuestro modo de ver es una fotografía de las aristas de la vida, algo que dejó la puerta abierta para que penetraran colaboradores de prestigio a fin de conformar el Grupo Signos.
Baste mencionar a la ya desaparecida Aida Ida Morales, Adalberto Suárez, Raúl Rodríguez Limonte, Alberto Anido Pacheco, Noel Guzmán Boffill y Pedro Osés, entre otros.
En el marco de la Feria Internacional del Libro Villa Clara 2019 la Sala René Batista rindió tributo a Samuel Feijóo, quien se afianza como el personaje más versátil de la cultura cubana en el siglo XX.
Lástima que la afluencia de público haya conspirado con la presentación realizada por el poeta, traductor y literato, Edelmis Anoceto Vega, y el promotor Alejandro Batista en la exposición dedicada a los 50 años de la publicación para seguir conociendo los eternos Signos de Feijóo en la expresión de los pueblos.
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