«Aquí hay Van Van pa rato», afirma en Quito Vanessa Formell
Vanessa Formell (Foto: archivo)
Aquí hay Van Van pa rato, aseguró hoy en esta capital, tras un concierto arrollador, Vanessa, vocalista de la orquesta cubana e hija de su fundador Juan Formell.
En entrevista exclusiva con Prensa Latina, la cantante, única fémina del llamado Tren de la Música Cubana, afirmó que pertenecer a esa agrupación es para ella ’una bendición y la sensación de estar en casa, en familia’.
’Para mí esta es la mejor oportunidad para defender el legado que nos dejó nuestro padre y una dicha por estar con mis hermanos Samuel (director y baterista) y Juan Carlos (bajo eléctrico)’, señaló.
Sobre su ingreso a la orquesta, confesó que esa idea nunca le pasó por la mente, teniendo en cuenta que la mayor parte de su vida la ha hecho fuera de Cuba, en Estados Unidos, donde hizo su carrera, su propia familia, con un niño de 12 años.
’Nunca imaginé de verdad estar en la orquesta, pero sí sé que era el sueño de papi. Me siento muy triste porque él no puede estar presenciando estos momentos, como hubiera querido, pero sé que de alguna forma nos está mirando’, agregó.
La hija de la también cantante cubana Mirtha Medina, insistió en que es una dicha inmensa y una gran responsabilidad, su trabajo actual.
Visiblemente emocionada, precisó que en el plano sentimental es grandioso compartir con experimentados músicos como Julio Noroña (Güiro), compañero de su padre por años y quien la vio crecer, así como con los jóvenes, que ya son parte de esa familia extendida.
En lo musical, respondió con una interrogante: ¿quién no quisiera estar en Van Van? Y acotó: ’Cuando estamos en el escenario, se hace honor al otro nombre por el cual nos identifican, El Tren de la Música, porque es verdaderamente un tren, que en breve cumple 50 años. Todo está cerrado y perfectamente engranado, como si fuera un disco. Se siente como que estás en la gloria’.
En esa misma línea, dijo que al principio, cuando su hermano Samuel la llamó para integrarse a la agrupación más popular de Cuba, le costó un poco de trabajo, sentía mucho miedo y no lo disfrutaba como ahora.
’Pero ahora aquí estamos. Espero que al público le guste y les puedo asegurar que entrego todo mi corazón, estoy satisfecha, contenta y sumamente agradecida por esta oportunidad. Siento que entrego parte de ese deseo de Juan Formell, de que todos sus hijos estuvieran en una tarima, actuando juntos’.
Finalmente dejó un mensaje a los vanvaneros, como se identifican los seguidores de la agrupación próxima a cumplir 50 años en 2019, pero que mantiene el mismo ritmo peculiar y contagioso, así como la frescura de sus inicios, atributos con los cuales ha puesto a bailar al mundo entero.
’Ustedes son lo más importante. Gracias por defender nuestra música, la música cubana, por defender a Van Van. Aquí hay Van Van pa rato’, remarcó e invitó a buscar la producción discográfica más reciente, titulada Legado, en la que hay temas en su voz.
El grupo retornó a La Habana esta jornada, felices de un encuentro corto pero intenso con el público capitalino y de otras partes de Ecuador, que acudió al concierto, realizado la víspera, propósito de las jornadas culturales de Pichincha.
La euforia con que los recibieron, sobre todo grupos de cubanos residentes en este país sudamericano, y la empatía generada en el espectáculo con los presentes, les hizo a todos coincidir en que la Mitad del Mundo es un lugar de obligatorio regreso.
El baile, el canto y el disfrute de los artistas y sus seguidores dará bastante de que hablar por este país sudamericano, donde ya los esperan de regreso, ansiosos de subirse al ’Tren’.
Sobre su ingreso a la orquesta, confesó que esa idea nunca le pasó por la mente, teniendo en cuenta que la mayor parte de su vida la ha hecho fuera de Cuba, en Estados Unidos, donde hizo su carrera, su propia familia, con un niño de 12 años.
’Nunca imaginé de verdad estar en la orquesta, pero sí sé que era el sueño de papi. Me siento muy triste porque él no puede estar presenciando estos momentos, como hubiera querido, pero sé que de alguna forma nos está mirando’, agregó.
La hija de la también cantante cubana Mirtha Medina, insistió en que es una dicha inmensa y una gran responsabilidad, su trabajo actual.
Visiblemente emocionada, precisó que en el plano sentimental es grandioso compartir con experimentados músicos como Julio Noroña (Güiro), compañero de su padre por años y quien la vio crecer, así como con los jóvenes, que ya son parte de esa familia extendida.
En lo musical, respondió con una interrogante: ¿quién no quisiera estar en Van Van? Y acotó: ’Cuando estamos en el escenario, se hace honor al otro nombre por el cual nos identifican, El Tren de la Música, porque es verdaderamente un tren, que en breve cumple 50 años. Todo está cerrado y perfectamente engranado, como si fuera un disco. Se siente como que estás en la gloria’.
En esa misma línea, dijo que al principio, cuando su hermano Samuel la llamó para integrarse a la agrupación más popular de Cuba, le costó un poco de trabajo, sentía mucho miedo y no lo disfrutaba como ahora.
’Pero ahora aquí estamos. Espero que al público le guste y les puedo asegurar que entrego todo mi corazón, estoy satisfecha, contenta y sumamente agradecida por esta oportunidad. Siento que entrego parte de ese deseo de Juan Formell, de que todos sus hijos estuvieran en una tarima, actuando juntos’.
Finalmente dejó un mensaje a los vanvaneros, como se identifican los seguidores de la agrupación próxima a cumplir 50 años en 2019, pero que mantiene el mismo ritmo peculiar y contagioso, así como la frescura de sus inicios, atributos con los cuales ha puesto a bailar al mundo entero.
’Ustedes son lo más importante. Gracias por defender nuestra música, la música cubana, por defender a Van Van. Aquí hay Van Van pa rato’, remarcó e invitó a buscar la producción discográfica más reciente, titulada Legado, en la que hay temas en su voz.
El grupo retornó a La Habana esta jornada, felices de un encuentro corto pero intenso con el público capitalino y de otras partes de Ecuador, que acudió al concierto, realizado la víspera, propósito de las jornadas culturales de Pichincha.
La euforia con que los recibieron, sobre todo grupos de cubanos residentes en este país sudamericano, y la empatía generada en el espectáculo con los presentes, les hizo a todos coincidir en que la Mitad del Mundo es un lugar de obligatorio regreso.
El baile, el canto y el disfrute de los artistas y sus seguidores dará bastante de que hablar por este país sudamericano, donde ya los esperan de regreso, ansiosos de subirse al ’Tren’.
(Con información de Prensa Latina)
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