La reina mundial de la apnea desaparece al sur de Islas Baleares
Natalia Molchanova en una fotografía de 2005. Foto: Fabrice Coffrini / EFE.
Tras un despliegue infructuoso de las autoridades, una compañía privada de operaciones acuáticas busca a Natalia Molchanova, campeona mundial de apnea, la inmersión submarina a pulmón libre. La deportista rusa, de 53 años de edad, desapareció bajo el mar el domingo 2 de agosto en aguas de la isla de Formentera, al sur de las Baleares.
La voz de alarma se dio a media tarde de ese día cuando la deportista no retornó a la superficie mientras practicaba zambullidas en compañía de otros tres buceadores. Estaban a unas dos millas de la costa, —la célebre y concurrida playa de Ses Illetes—, no lejos del puerto de la Sabina. El área es de aguas claras y allí el fondo del mar está a unos 80 metros.
Sus compañeros de ocio y deporte lanzaron un aviso de emergencia a Salvamento Marítimo desde el barco en el que operaban. El rastreo inmediato de los colegas de expedición, realizado tanto a ojo como bajo el mar, fue infructuoso. Tampoco dio resultado el peinado de la zona desde el aire y la búsqueda por mar por parte de los equipos estatales de rescate.
De acuerdo con las credenciales y marcas publicadas en la red, Molchanova, sin aletas, alcanzó a lo largo de su dilatada carrera de riesgo los 69 metros de profundidad. Con peso fijo y aletas se sumergió hasta los 101 metros. En Internet se le atribuye la capacidad “de apnea estática de nueve minutos y dos segundos” y el haber nadado, sin respirar, 182 metros de largos de piscina.
Kimmo Lahtinen, presidente de la Asociación Internacional para el Desarrollo de la Apnea (AIDA), declaró a The New York Times: “Ella era una estrella de la apnea y ninguno de nosotros pensaba que nada pudiera dañarla; pero jugamos con el mar y cuando juegas con él ya sabes quién tiene más fuerza”.
Un robot submarino, con cámaras de vídeo y teledirigido desde una barca donde se reciben las imágenes en directo, trabaja en Formentera. Ha sido contratado por la familia de la deportista desaparecida bajo el mar. Una compañía privada de operaciones acuáticas investiga la zona donde ha ocurrido el accidente deportivo. Los amigos y parientes de la estrella rusa han tomado la iniciativa tras el despliegue infructuoso efectuado por los efectivos oficiales españoles. Durante más de dos jornadas se ha actuado según los protocolos y prioridades de seguridad estipulados. Bucear con equipos convencionales hasta 80 metros para rescatar un cuerpo es considerado altamente peligroso.
Natalia Molchanova probablemente pereció por un accidente, según todos los pronósticos, y su cuerpo permanece en el fondo, a merced de las corrientes, de haber fallecido lastrada con el cinturón de plomo, un peso agregado para sumergirse rápido. Por el contrario, si se deshizo del lastre y tuvo problemas al emerger, pudo perder la conciencia, ahogarse al flotar bocabajo. Entonces, fue arrastrada por las olas y las corrientes de superficie, según otras hipótesis adversas de especialistas consultados.
“Pensamos que, al no haberla hallado en las primeras horas de iniciarse la búsqueda, el cuerpo está en el fondo. Ahora la búsqueda es competencia de la Guardia Civil”, explica Miguel Félix Chicón, responsable de Salvamento Marítimo de Baleares. Chicón detalla que, tras recibir la comunicación de la emergencia desde el yate de los submarinistas, tres días atrás, se movilizaron un helicóptero y embarcaciones de Salvamento Marítimo, así como las lanchas del GEAS (grupos de especialistas en actividades subacuáticas) de la Guardia Civil. “Al recibir la alarma hacía buen tiempo y había buena mar, y sigue”, concluye Félix.
“Quizás esa mujer padeció un síndrome hipóxico (una reducción del aporte de oxígeno), quedó inconsciente al subir, y se ahogó”, observa Manu San Félix, experto submarinista internacional, radicado en Formentera, y con 9.000 horas de inmersión con botellas. ” Es una muerte dulce trágica pero sin percatarse, clásica en las inmersiones en apnea que requiere siempre estar acompañado por un buceador”.
San Félix afirma que, por su experiencia de más de 30 años, es difícil localizar un cuerpo sin vida en el agua y con un traje de neopreno. “El mar es inmenso, y un cuerpo ínfimo, especialmente en superficie, con corrientes ahora de una milla por hora, que pueden arrastrar un peso flotante 24 millas en un día, hasta 50 kilómetros”, explica. “Ahora hay buenísima visibilidad, poca corriente y muy buen tiempo”, agrega el submarinista. En verano, en las aguas de Formentera, se sumergen cada día unos 100 submarinistas, con botellas, según dos clubes de buceo contactados.
Molchanova es reconocida por la asociación internacional AIDA como campeona del mundo en siete modalidades de inmersión: peso constante y apnea dinámica con y sin aletas, apnea estática, inmersión libre y peso variable. El 13 de mayo logró la plusmarca mundial femenina en Dahab (Egipto) en peso constante con aletas. Descendió entonces hasta 71 metros de profundidad.
(Con información de El País)
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