El secreto de la fórmula láctea
Por Ricardo R. González
Fotos: Manuel de Feria
No es la novena maravilla del mundo. Tampoco guarda similitud con el CERELAC, ni resulta un producto detestable ante las exigencias del más exquisito paladar.
Sin embargo, todo lo nuevo suscita comentarios y especulaciones. Bien lo sabe Sixto Padilla Pérez, el director de la Pasteurizadora La Villareña, de Santa Clara, que ahora adiciona a las líneas productivas el procesamiento de una fórmula láctea a fin de sustituir las asignaciones de leche en polvo dirigidas a las dietas médicas.
Según pronósticos el cambio solo comprenderá los meses de diciembre y enero, e inmerso en el cumplimiento de la encomienda aparece Ángel Orozco García, especialista principal de calidad en el complejo, quien defiende las escasas diferencias si se compara con la leche entera en polvo.
«Un leve distingo en el sabor que de prepararse como es debido resulta imperceptible», asegura.
Por su propia experiencia Ángel devela el secreto de la fórmula, a tenor de que los cubanos estamos acostumbrados a hacer más con menos, pero si el consumidor incumple con las proporciones indicadas obtendrá, de seguro, leche bautizada en pleno aguacero de mayo.
UNA RECETA SENCILLA
El paso inicial impone hervir, preferiblemente, un litro de agua. Después de su primera ebullición déjela en el fuego durante 5 minutos. Luego refrésquela hasta lograr unos 30 grados Celsius.
Tome 500 ml de esa agua (la mitad) y a añádale 100 gramos de la fórmula láctea (aproximadamente 10 cucharadas bien rebosadas), remueva bien, y con posterioridad agregue el resto del líquido hervido hasta completar el litro.
Para Isandra González Egües, responsable de la evaluación sensorial, resultan claves las diez cucharadas del producto, pues de lo contrario, no podrá hablarse de resultados óptimos.
La fórmula láctea encuentra sus materias primas en un polvo nutritivo procedente de Francia y Polonia. El de tierra gala posee un 20 % de proteínas, mientras los restantes aportan un 10 %. Esos dos componentes son mezclados en la industria hasta obtener el compuesto que ya llega a la población mediante las bodegas.
«La nueva modalidad —añade Ángel — carece de nombre, y se envasa en los tradicionales sobres, de 500 gramos, del producto original. Cada consumidor recibirá dos bolsas equivalentes a 10 litros para el mes».
En el camino de las indagaciones hay tres motivos que sustentan el cambio. Uno de ellos, la no existencia de leche en polvo en el país, y por tanto imperan las alternativas.
El otro obedece a los incumplimientos de venta de leche de las formas productivas a la industria, con un déficit de 4 millones 300 mil litros a nivel nacional, lo que implicó el consumo de 2 mil 325 t de leche en polvo por encima del plan dirigido a la canasta familiar.
Y por último, no se aseguró el financiamiento necesario, por parte del Grupo Empresarial de la Industria Alimenticia, para la importación oportuna de 960 t, destinadas a la cuota de diciembre y enero.
Los expertos aclaran que la fórmula láctea no presenta contraindicaciones ni provoca reacciones adversas, en tanto se mantendrá el suministro de leche en polvo ante dietas especiales concedidas por fenilcetonuria y aminoacidopatías.
Explican, además, que los niños comprendidos entre 0 a 1 año recibirán la entrega normada de leche en polvo, en tanto los de 1 a 6 tendrán asegurada la fluida.
Como dato de interés sepa que solo Villa Clara necesita 52 t de materias primas a fin de elaborar la fórmula láctea. Una alternativa que inició en La Habana, prosiguió por Villa Clara, y ya se extiende al resto del país.
Y mientras en los tanques se mezcla el complemento y las bolsas ruedan por las esteras en busca de su destino final recuerdo la letra de esa canción que subraya: «Ni poco, ni demasiado, todo es cuestión de MEDIDA».
ALGO QUE DEBE SABER…
Las aminoacidopatías son intoxicaciones motivadas por alteraciones enzimáticas hereditarias, y resultan tratables en gran número de casos.
De acuerdo con el criterio especializado la terapéutica a seguir posee un alto componente dietético.
Por su parte, la Fenilcetonuria constituye un error congénito metabólico causado por la ausencia de una encima específica, y por tanto el organismo no metaboliza de manera adecuada determinado aminoácido, por lo que no se descarta su acción tóxica sobre el sistema cerebral.
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