José Tejedor (Cuba)
Por Ricardo R. González (*)
Hace ya 22 años que José Tejedor nos abandonó «en las tinieblas de la noche». para que el bolero se silenciara al perder a uno de sus clásicos exponentes.
Pero él no quiso luto. Todo lo contrario. Que ese género siguiera compulsando a sus seguidores porque ya había sentado cátedra por todo el mundo.
Y la historia del cantante comenzó como la de muchos, en programas de aficionados, convites familiares, y actuaciones en diversos locales hasta que en 1958 realizara sus primeras grabaciones en los estudios de Radio Progreso.
Algunos consideraban que era un ciego con luz en la voz, sin imaginar que aquella criatura, nacida el 7 de agosto de 1922, en la barriada capitalina de Santos Suárez, irrumpiría en el éxito hasta convertirse en una voz antológica de la canción cubana.
Tejedor también incursionó en la composición y acompañado de su guitarra no escapó de la Corte Suprema del Arte, de la antigua CMQ, sin apenas ser reconocido.
Un momento trascendental en su vida artística fue la conformación de su dúo con Luis Oviedo, del quien ya fallecido Senén Suárez afirmó: «Luis Oviedo siempre cantó con voz de falsete y no de segundo, como se ha comentado, quiere decir, una tercera o una cesta sobre la voz prima. También es correcto decir que él interpretaba la mitad de la obra sobre lo que cantaba Tejedor y el dúo resultaba muy agradable».
Y cuando asomó 1959 Tejedor realizó sus primeras grabaciones ya como cantante profesional que acapararon todas las victrolas cubanas.
Desde sus inicios se caracterizó por un estilo único e irrepetible. Decía y hacía sentir el bolero a su manera, y si bien la radio y las empresas disqueras lo incluyeron en sus programaciones y catálogos, solo algunos espacios de la TV contaron con su presencia.
Entre los discos registrados aparecen «En las tinieblas», «Escándalo», «Como nave sin rumbo», «Pasión sin freno», «Llora corazón» y «Mi Magdalena» que cifraron su nombre entre los inmortales.
Lo cierto es que Tejedor y Luis hicieron soñar y recordar a varias generaciones de cubanos. Aun hoy aquellos que saborean un trago los prefieren para evocar gratas vivencias o amargos desengaños.
Se nos fue el 2 de noviembre de 1991, precisamente en el Día de los Fieles Difuntos, pero donde quiera que esté sabe que dejó su sitio reservado para la posteridad. Ese que se le respeta a los grandes de siempre.
(*) Nota de Editor: Los trabajos publicados en temas (Artistas) han sido elaborados por este autor, a partir de informaciones de base, sin que consignen la totalidad de detalles, hechos, y personalidades que influyeron en el desarrollo artístico.
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