El arma de Joel Suárez
Joel Suárez no pierde desde enero. Con balance de once ganados, un solitario revés y promedio de limpias inferior a dos carreras, el espigado lanzador transita por su mejor campaña nacional, y ha logrado despertar mayor afecto entre los partidarios.
La meritoria faena lo sitúa como uno de los monticulistas más sobresalientes en esta contienda nacional. El diestro matancero, de 28 años de edad y oriundo de la comunidad de Triunvirato, en el municipio de Limonar, es considerado un pitcher difícil de conectar, pese a no disponer de una recta supersónica. Eso sí, posee una bola que se mueve básicamente en la zona de strike y siempre por debajo de la rodilla, un lanzamiento que hace estragos, sobre todo en los bateadores derechos.
Para el otrora tirador Alfredo García, entrenador de pitcheo del conjunto yumurino, uno de los principales atributos del muchacho radica en que suele trabajar bajito y por encima de los bateadores en el conteo. Sostiene que otra ventaja es su temperamento tranquilo, sereno, juicioso de lo que se debe hacer dentro y fuera del terreno. "Es muy responsable en su entrenamiento y sigue al pie de la letra la sugerencia de los preparadores", afirma García.
En las edades infantiles Joel pretendió ser el mejor receptor de la comunidad ganadera de Triunvirato, y fracasó. "Tuve simpatía por esa posición desde muy pequeño, pero era un pésimo bateador. A los 18 años de edad me aconsejaron que experimentara como lanzador, por aquello de que tenía fuerza en el brazo. Y hoy no me quejo, aunque pienso que puedo hacerlo mejor aún", explica el yumurino.
Para lograr ese salto cualitativo piensa ganar en masa muscular (mide 1,90 y pesa 84 kg) y exigirse cada día más en el entrenamiento. Admite que, gracias a las pesas, se siente con mayor fuerza para lanzar y soportar las exigencias de la preparación física.
Joel reside actualmente en la ciudad de Matanzas junto a su esposa Lisbey y su hija Yailé, de apenas dos meses de nacida. La mayor aspiración de este joven es contribuir a la clasificación de su equipo y luchar por el título, aunque confiesa que su meta máxima es representar a Cuba.
Llama la atención el dominio que ejerce sobre los bateadores rivales con una recta que apenas excede las 85 millas y una slider que ronda las 79-80 millas. Se caracteriza por estudiar previamente a los bateadores para conocer sus puntos débiles, y evita repetir lanzamientos.
El dominio de la zona de strike es el principal mérito de un pitcher. Lo es en mi caso, pues no soy nadie cuando procuro en vano poner la bola en el lugar exacto donde deseo. Mi mejor lanzamiento no es la slider, como muchos creen, sino el control, esa es mi arma", concluye el joven serpentinero.
(Con información de Ventura de Jesús. Periódico Granma)
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