¡Bruzón y Leinier llegaron a la cuarta ronda de la Copa!
Ponomariov, un gran rival para Bruzón.
Una proeza: Lázaro Bruzón y Leinier Domínguez avanzaron hoy a la cuarta ronda de la Copa del Mundo de Ajedrez con sede en la ciudad rusa de Khanty-Mansiysk, y se colocaron entre los únicos dieciséis sobrevivientes del torneo, para el cual se inscribieron 128 trebejistas.
Ambos lograron sus boletos en la fase de desempates, aunque lo hicieron por caminos diferentes: Bruzón apenas tuvo que dirimir dos duelos frente al vietnamita Le Quang Liem, mientras Leinier debió chocar siete veces -el máximo posible- con el ruso Igor Lysyj, que a priori no parecía apto para tanto traqueteo.
Lo de Bruzón hay que escribirlo entre signos de admiración: ¡eliminó a un ajedrecista que ha descrito un ascenso notable, pertenece al club de los 2700 y hace poco le había infligido dos derrotas en el Memorial Capablanca!
Pero Bruzón es de esos que salen a ganar o morir (usted sabe, de la estirpe de Shirov y Morozevich), y no se apocó al empezar la etapa cumbre conduciendo piezas negras. Planteó la Bogo India, creció un mundo, y el rival debió rendirse tras 51 movimientos. Después, ya con trebejos claros, le bastó con un empate.
Leinier, en cambio, sufrió de lo lindo (y de lo feo) versus Lysyj, quien le sacó seis tablas sucesivas hasta ceder en el llamado Armagedón, una especia de non plus de los duelos de ajedrez.
En verdad, fue una pulseada poco combativa: la segunda partida solo tuvo 17 lances; la cuarta, 14; la quinta quedó en 13; y la sexta, en apenas 18. Parecía que los dos iban en busca del séptimo cotejo rápido, ese donde las blancas gozan de más tiempo para realizar sus jugadas, pero pierden en caso de empate.
En esa instancia, el cubano se inclinó por 1.c4 (su ahora socorrida Inglesa), y obligado a triunfar en la partida, atacó cuanto pudo hasta sacar ventaja decisiva y obligar a Lysyj a deponer las armas en 40 movimientos.
Fue ese el match más largo de la fecha, pues la inmensa mayoría de los otros nueve concluyeron en solo dos topes (excepción hecha del que el checo David Navara le ganó al ucraniano Alexander Moiseenko en cuatro juegos).
Precisamente un ucraniano, Yaroslav Zherebukh, dio la nota más sobresaliente del día al eliminar al poderosísimo azerí Shakriyar Mamedyarov. Lo demás entró por cauces mucho más verosímiles: Vassily Ivanchuk (Ucrania) pasó sobre Emil Sutovsky (Israel), y esa misma película filmaron Gata Kamsky (Estados Unidos) ante Ian Nepomniatchi (Rusia), Peter Svidler (Rusia) vs Fabiano Caruana (Italia), Ruslan Ponomariov (Ucrania) vs Zahar Efimenko (Ucrania), Vladimir Potkin (Rusia) vs Nikita Vitiugov (Rusia), y Peter Heine Nielsen (Dinamarca) vs Mircea-Emilian Parligras (Rumania).
La cuarta manga del certamen se inicia mañana, y en ella Leinier opondrá a Judit Polgar, la mejor ajedrecista de la historia (con perdón de Vera Menchik), mientras que Bruzón hallará a un adversario formidable en el ex campeón del mundo Ponomariov.
Los otros pareos son Kamsky-Svidler, Zherebukh-Navara, Ivanchuk-Xiangzhi Bu (China), Nielsen-Vugar Gashimov (Azerbaiján), Potkin-Alexander Grischuk (Rusia), y Teimour Radjabov (Azerbaiján)-Dmitry Jakovenko (Rusia).
De los dieciséis ajedrecistas que persisten en la lid, doce son europeos, uno asiático, y los otros tres, americanos. Además de las superpotencias Rusia, Ucrania y Azerbaiján, solo Cuba ha logrado llegar al cuarto tramo con más de un representante. Ya lo decía: una proeza.
(Con información de CubaDebate)
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