Consejo de Seguridad de la ONU aprueba uso de la fuerza contra Libia
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas aprobó este jueves una nueva resolución contra el gobierno de Muamar el Gadafi en Libia, con 10 a favor, 0 en contra y 5 abstenciones.
Las cinco abstenciones fueron China, Rusia, India, Brasil y Alemania, y ningún voto contra. Así se impone “todas las medidas necesarias” para la zona aérea, incluido el uso de la fuerza.
El documento exhorta a la creación de “santuarios” libres de bombardeos para civiles y opositores a Gadafi.
En Bengasi, capital de los rebeldes, la gente se agolpaba en la Plaza de la Justicia para seguir la votación.
La votación
La resolución, elaborada por Francia, Reino Unido y Líbano -el único miembro árabe del Consejo- y Estados Unidos, ha recibido la abstención de Rusia y China, los otros dos miembros permanentes con derecho de veto. Junto a ellos lo han hecho India, Brasil y Alemania, que se ha mostrado desde un principio escéptica respecto a las acciones militares.
Los países africanos (Nigeria, Sudáfrica y Gambia) han aprobado el texto al igual que Colombia y México, aliados tradicionales de Estados Unidos.
El texto de la resolución habla de “todas las medidas necesarias”, el código internacional para la intervención militar. Esa intervención no será terrestre, que ha sido descartada específicamente por la resolución, sino aérea, tal y como ha adelantado el ministro de Exteriores de Francia, Alain Juppé.
Juppé ha acudido personalmente a defender la resolución a la sede de Naciones Unidas a Nueva York en un gesto arriesgado pero que quería garantizar el apoyo a la intervención, en la que el Gobierno francés, junto al británico, se han jugado parte de su capital político después de una actuación cuestionada en las revueltas de Túnez y Egipto.
Aliados árabes
Juppé, que ha participado en la sesión para relanzar el proyecto de resolución franco-británico que lleva estancado desde hace semanas ha dejado claro ya que su país podría “implementar” la resolución a la mayor brevedad “junto con nuestros amigos británicos” y sus aliados árabes, cuya participación en el dispositivo contra Gadafi ha sido esencial para aprobar la resolución.
Esos aliados árabes son Emiratos Árabes Unidos y Qatar, que según fuentes diplomáticas francesas podrían dar apoyo a la operación. Aún no está clara la intervención de Estados Unidos en un primer estadio.
Francia habría ofrecido ya sus bases situadas a 1.200 kilómetros de Libia para que los primeros aviones salgan rumbo al país africano. Italia, que se ha mostrado reacia a la intervención por sus lazos históricos y económicos con Libia, ha asegurado que no se opondrá a que se use la base de Sigonella, en Sicilia, la más cercana de la OTAN al objetivo.
Estados Unidos, emergentes y Alemania
El texto de la resolución va más allá de la zona de exclusión aérea, la medida inicialmente impulsada por Reino Unido y Francia, gracias al apoyo de Estados Unidos, que en un giro en su postura ha pasado de dudar de la viabilidad de esta medida a proponer los bombardeos estratégicos por la evolución de los acontecimientos, que han visto cómo las tropas de Gadafi han ido acorralando a los rebeldes hasta acorralarlos en su feudo de Bengasi.
La posición estadounidense ha sido clave y se ha llegado a ella tras un amplio debate interno en la Administración Obama, que quería huir a toda costa de la imagen de unilateralismo dada por su predecesor, George W. Bush, en la Guerra de Iraq.
En este sentido, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha asegurado desde Túnez que no habría intervención de Estados Unidos sin la luz verde de la ONU.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha rechazado que su país se haya movido lentamente en el apoyo a los rebeldes, pese a las críticas de los miembros del Congreso.
Finalmente, al menos en un primer momento, esa operación será liderada por las potencias europeas con el apoyo árabe, una “implicación regional” defendida desde un primer momento por Obama.
En el otro lado, quedan datos para la reflexión: entre China, Rusia, India y Brasil, los países que se han abstenido, están las principales potencias emergentes, que han renunciado a apoyar la intervención militar basándose en el principio de no injerencia.
Mención aparte merece Alemania, cuya abstención revive la quiebra del bloque europeo que ya se produjo en la votación decisiva sobre Iraq, en la que franceses y alemanes se negaron a apoyar una resolución que validase la intervención, patrocinada por los británicos.
(Con información de agencias)
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