Cuatro Caminos ya tiene otro «camino»
«Gracias al trabajo comunitario, el asentamiento realizó su sueño, y cuenta ya con su círculo social», asevera Álvaro Obregón Torres, presidente del Consejo Popular Miller, en Villa Clara.
Por Ricardo R. González
Foto: Liván Montiel Campos
Cuatro Caminos es un asentamiento poblacional situado a 3 km del poblado placeteño de Miller, en el centro de Cuba. Un sitio campestre que tenía como insignia su círculo social para hacer reuniones, compartir entre amigos y emprender la necesaria recreación a fin de alimentar el alma.
El tiempo, el implacable, entró en complicidad con determinados eventos meteorológicos que en los últimos años descargaron su furia sobre Cuba, y todos propiciaron que aquel recinto multipropósito no pudiera resistir tantos embates para dejarlo solo en el recuerdo.
Bien lo sabe Álvaro Obregón Torres, el presidente del Consejo Popular Miller, que en cada uno de los encuentros con sus electores salía a relucir la ausencia del círculo que sucumbió ante las adversidades naturales y por el paso de los propios almanaques.
«No lo pensamos mucho —precisa. Entre los habitantes del lugar emprendimos la reconstrucción con el apoyo de las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) y de Producción Agropecuaria (CPA) de la zona, así como de otros sectores desde el punto de vista humano».
Allí no hubo que pagar ni un centavo por mano de obra. Tampoco recibieron recursos estatales.
«No hay dinero, se dijo desde el principio, y con el concurso de todos fuimos aportando los materiales. Unos vecinos donaron tejas, otros la madera, aquel las puntillas, y así… logramos el objetivo».
Cuarenta días de laboriosidad hasta bien entrada cada noche. Lo mismo un martes, un viernes, que un domingo. Era una verdadera fiesta popular en la que los niños contribuían, también, acorde con sus posibilidades. Quizás alcanzaban determinado instrumento a los afanosos constructores, o llevaban el vasito con agua a quienes sudaban en medio de tanto ajetreo y, verdaderamente, lo reclamaban.
Álvaro recuerda que los primeros pasos se dieron a fines de noviembre, y el 27 de diciembre de 2009, Cuatro Caminos despedía el año con su obra concluida. Hasta personas de otros municipios asistieron a la reapertura para tomar experiencias y aplicarlas en sus respectivos territorios.
Ya las reuniones de las organizaciones de masas, las asambleas del delegado con sus electores, las actividades culturales, y la imprescindible recreación retomaron sus sendas gracias al accionar comunitario.
Nada, que Cuatro Caminos encuentra una quinta vía en el afán cotidiano de hacer por la vida.
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Iliana Barrios -