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Pido permiso para presentar la historia del Mejunje

Pido permiso para presentar la historia del Mejunje

Un libro que narra parte de la historia de la imprescindible institución cultural villaclareña, El Mejunje, es comentado por este joven periodista.

Por Héctor Darío Reyes

Hay libros nacidos desde la imaginación del autor. Otros, testimonian desde los recuerdos. “No pido permiso para hacer” atestigua desde los hechos. Desde la acción misma.

Este reeditado y ampliado volumen del periodista Alexis Castañeda Pérez de Alejo manifiesta ágilmente los inicios, esencia y vida de esa casa de todos que es el Centro Cultural El Mejunje.  

La palabra audaz de Ramón Silverio, que no pide permiso para hacer, simplemente hace; cuenta, desde su niñez hasta las actuales peñas, reconstrucciones y espectáculos que han tenido lugar en esta «casa de todos»; recordando historias inconclusas o arraigadas,  adictos o adversos del espacio.

Este texto cuenta sobre antiguas sedes, desaparecidas peñas y otros personajes de la vieja guardia cultural, política y hasta callejera que alguna vez rondó y se adhirió al Mejunje.

Las descargas nacidas en el Guiñol, el patio de la biblioteca y el edificio Santa Rosalía; el Club del Poste y las excursiones, entre otros espacios del recuerdo. Hasta los primeros graffitis de sus paredes resurgen desde la memoria con las luces y apagones de otros tiempos.

El ex director del INDER Humberto Rodríguez, el poeta Frank Abel Dopico, la actriz Margarita Casallas y hasta los primeros cantineros “del local” son casi desconocidos por el nuevo público que renace en este pasaje interesante y veloz de ser leído.    

Entre los valores que destacan el cuaderno, el diseño de portada que incorpora la propia imagen del sitio y un epílogo cargado de expresiones dictadas por aquellos literatos, artistas o dirigentes que alguna vez tomaron sombra bajo el tamarindo del patio mejunjero.

Realmente no es una edición feliz. Se quejaba el autor de aquellos errores y defectos más visibles. Las fotografías dejan mucho que desear para reconocer a amigos o personalidades. Alguna frase o nombre fue cambiada por la premura. Y quedaron espacios no aludidos en estas páginas que recogen los tantos años de Silverio y los 26 de su obra más popular y completa.

Pero a veces se compra y se lee un libro por su estética, otras veces por su autor, por sus láminas. Otras por su contenido.

Le sugiero que lo lea para conocer más de nuestra casa, de ese “antro” cultural, adictivo y culpable de tolerancia, arte y diversidad en Santa Clara. Le sugiero que conozca la historia del “Mejunje”.

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