Villa Clara logra la mortalidad infantil más baja del país
El servicio de Neonatología del hospital ginecobtetrico Mariana Grajales figura entre los contribuyentes. El caso de Carlos Manuel Darias Rodríguez, nacido con solo 29 semanas y media de gestación y 1 libra y 14 onzas, resulta un buen ejemplo.
Por Ricardo R. González
Foto: Manuel de Feria
Villa Clara logra la tasa de mortalidad infantil más baja de Cuba al cerrar el primer semestre del año con solo 2,4 por mil nacidos vivos, como regalo que llega desde la sede de la conmemoración nacional por el 26 de Julio.
Ello significa ocho fallecidos contra 17 en igual etapa de 2009 en que la tasa reportaba 5,1 por cada mil nacimientos.
Nunca antes ocho municipios arriban a la mitad de un año con registros de cero en el importante indicador: Ranchuelo, Corralillo, Quemado de Güines, Sagua la Grande, Encrucijada, Camajuaní, Caibarién y Remedios.
Y se unen a las noticias la ausencia de decesos maternos en el período, aunque la natalidad disminuye en 154 nacimientos comparado con igual etapa del año anterior.
Hasta esa fecha suman 3 mil 374 los llegados al mundo, y todos los avances obedecen a la labor mancomunada de ginecobstetras y pediatras, así como por la intersectorialidad y el vínculo entre la atención primaria y secundaria.
Al decir de la doctora Ismary Oliva Machado, funcionaria del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) en la provincia, no puede soslayarse la contribución de las unidades de cuidados intensivos, y el trabajo de los 29 hogares maternos existentes en el territorio, entre otros factores.
Sobre las malformaciones congénitas, las sepsis y la muerte súbita recae la pérdida de los menores en dicho período, que incrementa el bajo peso al nacer, como uno de los riesgos notorios incidentes sobre la mortalidad en menores de un año, en tanto los fallecidos en la edad escolar (5 a 14 años) también ascienden debido a negligencias evitables.
Los expertos enfatizan en la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes de nacido, complementada después de ese tiempo con otros alimentos según las indicaciones médicas, sin descartar la asistencia a las consultas de riesgo preconcepcional que preparan a la gestante para asumir el momento del parto y la responsabilidad posterior derivada de la maternidad.
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