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Villa Clara y sus miras científicas en jóvenes talentos

Villa Clara y sus miras científicas en jóvenes talentos

Texto y fotos Ricardo R. González

Una de estas mañanas sirvió de pretexto para el encuentro con estudiantes del instituto preuniversitario urbano Capitán Roberto Rodríguez, de Santa Clara. Adolescentes llenos de aspiraciones en el universo de predecir su futuro como jóvenes talentos.

Así se activó el «explorador» a fin de indagar en las pretensiones a sabiendas que al paso del tiempo pudieran cambiar, mas de momento van delineando sus anhelos.

Escucharlos hablar sorprende por su madurez, y sobre esta base algunos narran historias y las razones de sus predilecciones complementadas por esa formación vocacional que tanto se necesita en la era estudiantil.

Sin influencia alguna en los futuros destinos el profesor Alejandro Moya Pérez asume sus funciones como orientador, y conoce de esos sueños que llevarlos a realidad depende del esfuerzo individual ante el estudio.

Patricia Cárdenas Pacheco cursa el décimo grado y se inclina por la medicina. Confiesa que desde pequeña le gusta la anatomía del cuerpo humano.

«Al principio prefería la pediatría, pero con el paso del tiempo, al vivir con mi abuela a la que quiero muchísimo, pienso en la geriatría. Creo es fundamental para un país envejecido y estar en la provincia con mayor cifra de adultos mayores en el país.

«En mi han estado presente los dos extremos de la vida: la infancia y la adultez. Tengo uno de mis hermanos mayores que estudió medicina general integral, y que yo me decida por la especialidad geriátrica sería una especie de regalo para mis abuelos, aunque él ya no esté.

«Ante un panorama que se vive es muy triste quienes abandonan o se olvidan de ellos, porque tienen tanta experiencia acumulada que merecen respeto. Hay que pensar que lo que seremos como adultos se lo debemos a ellos, y lo mínimo que podemos hacer es reciprocar con nuestro agradecimiento, por ello detesto a quienes crecen y le dan las espaldas a los abuelos».

— Dair Javier Franco Pedraza es otro de los jóvenes que alude a la medicina, y si bien la rama está aún distante de decidir pudiera ser la cirugía, o quizás la neurocirugía.

«Para mí lo más importante es aprender como algo que identifica tu personalidad, y es útil, y a la vez curioso, indagar en el funcionamiento del cerebro, investigar al máximo sobre este órgano y adentrarnos en su funcionamiento, analizar sus traumas y devolver la curación siempre que sea posible».

Ambos muchachos ven a la ciencia como influencia en la cotidianidad, y se preguntan ¿qué no existe a nuestro alrededor que esté al margen de los fundamentos científicos? Innovar en este campo, en cualquier forma que se haga, debe hacerse con la búsqueda de objetivos para el desarrollo.

— Ana Beatriz Pérez Herrera: (décimo grado): Es otra de las que piensa en la medicina y en particular aspira ejecutar algún día los trazos del bisturí, pero de momento prefiere adentrarse en el universo de las plantas medicinales.

«Me gusta la biología y para la presentación en el IPVCE por el Día de la Ciencia Cubana, en la actividad dedicada a Jóvenes Talentos, me sugirieron presentar algo relacionado con esta rama. Elegí las plantas medicinales, porque antes eran de utilización mayoritaria en zonas rurales. Ya su uso es casi masivo.

«Existen potencialidades increíbles en estas. Ahí están las magníficas propiedades de la Albahaca morada, como antioxidante, antibacteriana, antifúngica y antiinflamatoria, hipotensora, a la vez que contribuye a mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre, o el caso de la Aloe vera que puede utilizarse como cicatrizante y antiiflamatorio, entre múltiples propiedades.

— En el caso de Susana Pérez aporta un matiz diferente al inclinarse por la matemática como ciencia que, a su modo de decir, le encuentra mucha razón a las cosas, en las ecuaciones que despeja el porqué de los fenómenos, a la vez que considera que los cálculos en general forman parte de la vida.

«Sin dudas es mi asignatura predilecta».

— Isvety Ángulo Alba. Hasta el momento prefiere el español y la literatura como vías para desarrollar hábitos en la escritura.

«Desde niña me apasiona leer y resulta muy necesario. Lamentablemente se ha ido perdiendo el hábito, y que bonita es esa etapa infantil vinculada a los cuentos, aunque resulten los tradicionales. Poco a poco enriquecen el vocabulario desde edades tempranas, mientras que una fábula dirigida a los niños puede traer muchas enseñanzas para la vida cotidiana.

«Escribir y leer son temas vitales. En una historia escrita puedes encontrar aprendizaje, sin la escritura no se pudiera incursionar en otras ciencias. Leyendo se perfecciona la ortografía, es la base perfecta para escribir mejor.

«Miras la actualidad y asombra la cantidad de faltas de ortografía presentes en los adultos, incluso en profesionales, se hace visible en las redes sociales, y si no se saben la esencia de las palabras, donde va la tilde o una coma, existen diferentes posibilidades que enseñan. Por favor, respeto a las leyes ortográficas».

Muchos más son los testimonios ofrecidos por estos jóvenes, quedan nuevos encuentros con quienes ya imaginan el mundo cibernético como aspiración, los que se adentran en la informática, en la informatización, en descubrir el universo de los sofwares, en fin… Desde ahora innovadores por la vida porque, a criterio de todos, si no creamos cosas nuevas será imposible garantizar el futuro.

PIE DE FOTOS

1.- Un grupo de esos jóvenes talentos que refirieron sus pretensiones universitarias y están en las aulas del IPU Capitán Roberto Rodríguez, de Santa Clara. Junto a ellos su profesor orientador Alejandro Moya Pérez a quien le reconocen su labor.

2.- Patricia y Dair, sueños, aspiraciones y deseos de ser útiles en el futuro.

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