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La Ciencia joven en Villa Clara: Del otro lado del surco

La Ciencia joven en Villa Clara: Del otro lado del surco

La joven Máster en Ciencias Ismabel María Domínguez Hurtado encabeza un proyecto dirigido al estudio de las variables meteorológicas y del tiempo atmosférico sobre la avicultura.

«Ponemos a disposición de productores, estudiantes, y personal interesado la página web corporativa de nuestro Centro Meteorológico con productos muy diversos», fundamenta la Máster en Ciencias Ismabel María Domínguez Hurtado.

Por Ricardo R. González

Foto: Roberto Fernández Bustamante

Cuando Ismabel María Domínguez Hurtado concluyó sus estudios de Agronomía en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas imaginó que estaría desentrañando los secretos de la tierra, o actualizándose con las últimas novedades referidas a la sanidad vegetal para aplicarlas en aras de la vida.

Corría 1998, y en este mundo de encantos definió, desde mucho antes, su pasión por la Biología. A tal punto que ya se veía vestida de agrónoma mientras cursaba el Pre de Ciencias Exactas —entonces Yabú 4—, a pesar de que no existían antecedentes directos que la vincularan a la especialidad dentro del marco familiar.

Ahora rememora su vida. No en pocas ocasiones le adjudicaban cierta demencia por aquello de que una muchacha citadina se internara entre las asperezas del campo, mas era lo que le motivaba porque jamás ocultó su predilección desmedida hacia las plantas.

Sin embargo, el rumbo cambió. Una vez convertida en profesional la ubicaron en el Centro Meteorológico de la provincia (CMP) donde comenzó a trazar un nuevo universo.

«Jamás pensé que ejercería como agrometeoróloga, y ya han pasado más de 15 años. En los inicios era solo un grupo. No existía aun el Departamento, y me fui enamorando de la especialidad. Hice una maestría en Ciencias Meteorológicas que no tenía nada que ver con la Biología, y aquí estoy».

Hoy la joven Máster en Ciencias, es investigadora auxiliar, jefa del grupo de Meteorología Agrícola del CMP, y corre a su cuenta el proyecto para determinar las variables meteorológicas y del tiempo atmosférico sobre la avicultura que ya suma dos años.

No se trata de responder al largo dilema si fue la gallina quien se adelantó a los huevos o viceversa, pero lo cierto es que figura en fase de conclusión, y responde a las necesidades de la producción avícola del territorio para constatar hasta qué punto las variables meteorológicas influyen en la producción de carne de aves, aunque con énfasis en la de huevos.

— ¿Realidad o fantasía?

— Ya quedó establecido en dos entidades de la provincia. En la granja Marrero, situada en el poblado de Hatillo, a la salida de Santa Clara, y en la «Rolando Vera», de Camajuaní. Ambas nos abrieron sus puertas, y de conjunto con la Empresa Avícola existen experiencias in situ, por lo que tenemos la certeza de que las condicionantes del tiempo atmosférico influyen sobre los animales.

Dentro de las hipótesis ¿cuáles se corroboraron?

— Nos dirigimos hacia las variables más clásicas de temperatura y humedad relativa, y la práctica demostró que eran determinantes en la calidad de las posturas. Aparte de la temperatura del aire y la humedad relativa incluimos el grado de iluminación entre las aristas fundamentales.

— Factores de producción como la edad de las ponedoras, la estirpe, la muda forzada, la intensidad de la luz, el ambiente, la sanidad y, por supuesto, la alimentación de las gallinas, pueden modificar el rendimiento y la composición química del huevo y de sus propiedades funcionales. ¿Pudiera comentar al respecto?

— Para muchos resulta un ABC archiconocido y sin trascendencia, pero una cosa es la influencia de las variables sobre los animales y otra en torno a las posturas. La temperatura juega un papel determinante en el confort del animal, por ello se hicieron análisis que demostraron lo estudiado, y a partir de las experiencias se trazaron como especie de trajes a la medida para cada caso.

— ¿Hay patrones inflexibles o admiten modificaciones?

— La temperatura interna de la granja se puede regular, mientras que las condiciones de iluminación y la velocidad del viento son posibles ajustarlas en determinadas condiciones.

Cambiando el color de los techos de negros a blanco se crean mejores condiciones para el hábitat dentro de las naves, pues el negro absorbe y emite demasiadas radiaciones que se transforman en calor y los ejemplares sufren más. En cambio si se pintaran de blanco hay menos intensidad, y eso contribuye a mejorar los indicadores bioproductivos de las entidades.

Las aves demuestran cuando poseen una temperatura superior a la requerida ¿Hasta qué punto de vista influye en la calidad de las posturas?

— Los mamíferos y las aves presentan divergencias. Por ejemplo, la especie humana suda, las aves no; sin embargo, los dos extremos de bajas y altas temperaturas perjudican. En Cuba lo que más golpea son los valores altos. Si el animal se siente mal produce menos ante un precepto de que la producción avícola es multifactorial porque entran en juego otros elementos como la alimentación, el manejo que se tenga de los animales, los contextos sanitarios...

Nuestro proyecto le crea bienestar al animal mediante condiciones favorables que se traduzcan en un mejor resultado a favor del incremento productivo.

— ¿Y en cuánto a los niveles de calcio?

— Existen elementos que modifican la calidad del huevo. Su cáscara puede recibir alteraciones ajenas a la parte meteorológica, y que bien pudiera resumirse en la calidad de los piensos, el estado general de los animales, y el hacinamiento de la población en la pollera, entre otros factores que dependen del control humano.

— ¿En el proyecto avícola hay evidencias de que las etapas del año influyen en la mayor o menor cantidad de huevos?

— No llegamos a ello, pues impone mediciones más prolongadas en el tiempo, y estamos trabajando en una escala más pequeña. Para esa determinación correspondería un análisis agroclimático que implica un proceso de varios años con vistas a avalarlo con propiedad.

Quizás algunas investigaciones apuntan a determinadas alteraciones en los ciclos, pero no puedo afirmarlo porque constituyen escalas diferentes.  

— ¿Los basamentos de este proyecto resultan aplicables a todas las unidades avícolas de la provincia?

— No admite exclusividad. Puede ser extrapolado, incluso, a otras regiones del país, y tener un alcance nacional. Nosotros proponemos una caracterización de todo el entorno de las granjas, y a partir de ello formular recomendaciones hacia los productores, pues casi todos los sistemas avícolas cubanos comparten características semejantes.

— ¿Pudiera afirmarse que constituye un producto único con sello villaclareño?

— Existen antecedentes hechos en la provincia y a nivel nacional. No partimos de cero, mas este hace una revisión más fresca de lo que se hizo en aquel momento e insiste, fundamentalmente, en la producción de huevos. Hay un estudio previo conducido por el doctor villaclareño Luis Lecha con énfasis en las características de los pollos de engorde, y otra experiencia realizada en la capital del país, con el ya desaparecido doctor Rosendo Álvarez, que también establece los análisis en función del incremento de peso.

— ¿De qué manera se puede profundizar más en la investigación?

— Mediante la siguiente dirección electrónica: www.cmp.vcl.cu

Con solo levantar un mapa aparecerán aquellas regiones del país en que pudieran esperarse condiciones de alerta para los animales, y en base a ello adoptar decisiones operativas para minimizar los impactos del clima y del tiempo atmosférico sobre la producción.

Los consultantes pueden dirigirse a la sección de agrometeorología donde no solo aparecen los productos de confort avícola si no también otros dirigidos al ganado, a la vigilancia fitosanitaria, u a otro tipo de desastres, como los incendios forestales, entre una amplia gama.

Así Ismabel María Domínguez Hurtado acaricia aquellos sueños estudiantiles que, a pesar de tomar otros giros, hoy nutren los caudales de la ciencia villaclareña. Un despertar agrometeorológico con múltiples miradas desde el otro lado del surco.

OTROS ESTUDIOS DE LA AGROMETEOROLOGÍA VILLACLAREÑA

— La comunidad científica de Villa Clara ha continuado un proyecto con los escenarios de peligro, vulnerabilidad y riesgo (PVR) para las especies, sin descartar el estudio de epizootias o enfermedades que afectan a los animales en las más disímiles variedades.

— Están concluidas diversas investigaciones relacionadas con la sequía y sus sitios endebles, así como de las fuentes de abasto, y la llamada sequía hidrológica, entre otros aspectos. Todas presentan resultados interesantes para la provincia basados en una metodología nacional promovida por la Agencia de Medio Ambiente.

— La cartera de proyecciones indica el estudio de las epifilias o enfermedades relacionadas con las plantas que deberá concluir en 2015.

— También se prevé otro vinculado con la agrometeorología destinada a la agricultura familiar y de pequeña escala que incluye a los organopónicos, huertos particulares, y productores independientes necesitados de información en torno a las técnicas de riego y sus momentos más idóneos, sin descartar la atención fitosanitaria para eliminar plagas u otras irregularidades.

También puede ver este material en:

http://ricardosoy.wordpress.com

https://twitter.com/cibergonza

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