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soyquiensoy (Ricardo R. González)

Cuba, la hermosísima Naturaleza de Cuba

Cuba, la hermosísima Naturaleza de Cuba

Randol Menéndez con su cámara coronada por un pichón de gavilán.

Los ocho nuevos capítulos que estrena en agosto Hábitat, serie televisiva que dirige Randol Menéndez, reflejan con arte y belleza la exuberancia de la naturaleza y la biodiversidad que atesora nuestra Isla.

A la extraordinaria serie televisiva Hábitat, que estrena ocho capítulos (martes y jueves, 7:00 p.m., Tele Rebelde) este agosto, le estaremos eternamente agradecidos, entre otras muchas razones, por develarnos un universo fabuloso, casi mágico, que muy pocos mortales tienen el privilegio de escudriñar con sus propios ojos. Y es que en cada una de sus temporadas esta propuesta audiovisual, con dirección general de Randol Menéndez Cruz, nos descubre ese paraíso terrenal que es Cuba, con su pródiga naturaleza, su exuberante biodiversidad y sus espectaculares paisajes.

Para muchos será como materializar un sueño, tener al alcance de la pantalla doméstica el asombroso vuelo nupcial del gavilán colilargo o del gavilán Batista; verlos en busca de sus parejas en su época reproductiva, en una reserva ecológica de 34 000 hectáreas como Los Pretiles, ubicada en el municipio de Mantua, en Pinar del Río, donde se halla un prominente corredor de aves migratorias.

Tal vez ese sea uno de los motivos por los cuales, gracias a la destreza no solo de Menéndez Cruz (responsable igualmente de la Dirección de fotografía), sino también de experimentados camarógrafos como Aliesky Ríos Leal, Víctor Isla Lara y Sandy León de Armas (estos dos últimos muy duchos, además, en las filmaciones subacuáticas), los espectadores quedarán boquiabiertos con la forma de vida del cernícalo, el sijú platanero y el cotunto; la ciguapa, la lechuza...

Como antes lo fue Sancti Spíritus, en esta ocasión el centro de Hábitat es la tierra de Vueltabajo, con cuatro de sus áreas protegidas más emblemáticas, y un rancho especializado en la crianza, reproducción y conservación de caballos que parecen de otro mundo, de las razas Appaloosa y Pinto cubano: La Guabina.

¿Por qué ahora dirigir la mirada hacia esa provincia que debe su nombre a la abundancia de pinares que cobija en su suelo? Randol Menéndez lo explica a Juventud Rebelde: «Es que en Pinar del Río, como en muchas otras partes de Cuba, existe una diversidad increíble, muy bella, con unos paisajes y una naturaleza espectaculares. La Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna administra allí varias áreas protegidas que no dejan a nadie indiferente. En este primer momento nos concentramos no únicamente en La Guabina y Los Pretiles, sino además en Mil Cumbres y Sabanalamar, y se nos quedaron pendientes los Cayos de San Felipe.

«Mil Cumbres, la más extensa, destaca por el Pan de Guajaibón, la mayor elevación de occidente, que alberga cosas muy curiosas que dejarán “fríos” a los espectadores. Además de una cantidad significativa de especies endémicas de moluscos, pudimos grabar allí, por primera vez, la mal llamada jutía mocha (sí que es mocha, pero no jutía), una especie introducida desde México en Cuba, con fines cinegéticos (cacería) y que ya está establecida, al punto de que nuestro país se ha convertido en su segundo lugar con posibilidades de conservación.

«Estos nuevos capítulos ofrecerán asimismo la oportunidad de apreciar los Cuabales de Cajálbana entre los suelos más antiguos de la Isla, que se distingue por el alto grado de endemismo en su flora, mientras su fauna posee características muy peculiares, que la hacen muy atractiva. De San Ubaldo-Sabanalamar nos acercaremos específicamente a lo relacionado con la conservación de los manglares, así como con el zoocriadero del cocodrilo americano, que en ese sitio muestra un índice de reproducción muy alto, en parte por las novedosas técnicas que se aplican».

—¿Qué distingue esta temporada del resto?

—Que se ha logrado un montaje diferente para la puesta en escena. Esta vez se le ha otorgado más protagonismo a la cámara, a la que hemos convertido en algo así como un televidente que interactúa con el conductor, Raúl Isidrón Pichs, conocido por todos (presentador de Buenos días). Se le ha dado más ritmo y movimiento a la imagen para brindar la sensación de estar empleando dollies, cabeza caliente (movimientos de cámara), planos aéreos..., que le confieren a la temporada una mayor belleza visual.

«Por otro lado, como consecuencia de la tecnología con que contamos, hemos llegado a filmar cosas que hubieran sido imposibles en diez días de rodaje. Me refiero a cámaras pequeñas, cámaras trampa, ocultas, que se sitúan con las especies, lo cual posibilita grabar sus conductas sin que ellas se asusten o espanten; tomas que facilitan contar una historia. Así fue en el capítulo titulado Rapaces, por ejemplo. No olvides que el nuestro es un equipo de trabajo muy reducido, de solo ocho personas.

«Asimismo, están los lentes macro. En ello Sandy León fue un pilar. Por su pericia, en el capítulo del Pan de Guajaibón, grabamos la cópula de los moluscos, que la gente verá a tamaño de pantalla, pero ya sabemos que muchos son muy, muy pequeños; también cómo viven y se establecen en esa zona...».

—Siendo solo ocho, ¿cómo consiguen arreglárselas?

—Bueno, ya en el terreno nos dividimos en tres pequeños grupos para, entonces, mientras Susana Rodríguez Mendoza (dirección y guión) y yo hacemos el montaje de escenas junto con Raulito, por ejemplo, los otros nos están apoyando con el banco de imágenes, ya sea de las especies o del tema en cuestión. Solo de esa forma podemos avanzar para concluir un capítulo.

—Hasta ahora, este proyecto pertenecía al Canal Educativo/2. ¿Cuánto de beneficio ha tenido unirse a RTV Comercial?

—Mira, a petición de la dirección de la Televisión Cubana el proyecto se movió a RTV Comercial con el fin de lograr que Hábitat, que se realiza ahora en alta definición, pudiera estar en la pantalla nacional en determinadas temporadas y, al mismo tiempo, alcanzara una calidad superior para que pueda ser comercializada fuera de Cuba. Y de ese modo, recaudar fondos que beneficiarían no solo al proyecto en sí, sino también a otras producciones. Por supuesto, estos cambios no transformarán la esencia de la serie, pensada, sobre todo, para nuestro público, mas es innegable que propone otra imagen Cuba, a partir de mostrar la riqueza extraordinaria de nuestras naturaleza y biodiversidad.

«Es importante decir que Hábitat está siendo producida, además de por RTV Comercial, que incide en la parte artística, por la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, que aporta lo relacionado con la logística. Sin este binomio no hubiera sido posible de ninguna manera».

—Después de ver un capítulo como Rapaces me quedé intrigado por la manera como filmaron los nidos...

—Con las aves rapaces tuvimos que aprender a ser alpinistas, porque ellas nidifican en los árboles más altos del bosque: ceibas, pinos, eucaliptos... Para poder llegar allí se requiere de alguien con mucha experiencia. Por suerte, los especialistas de Los Pretiles nos apoyaron constantemente, pero hubo que filmar con cuerdas, con la colaboración de un miembro del grupo espeleológico Sama, de Sancti Spíritus, que nos ayudó con su equipo de alpinismo para poder grabarlas en el lugar, montar las minicámaras, etc.

—En ese mismo episodio, se ve cómo atacan a Isidrón. ¿Realidad o montaje?

—Lo atacaron. Fue la ciguapa, un ave muy rara que defiende su nido a capa y espada. Para filmarla tuvimos que valernos de varios recursos. Estaba en un nido muy alto (nos vimos obligados a acudir al alpinista) así que hubo que utilizar cascos de protección. Y no, esa escena donde la ciguapa ataca a Raulito en pleno ascenso a un pino no es montada, se presenta tal y como ocurrió.

—Por los planos que aprecia el televidente, se puede pensar que Hábitat cuenta con un equipamiento fuera de lo normal. ¿Cómo se las apañan para ser tan creativos?

—Uno de los factores que le dan más valor a la serie es, precisamente, el carácter innovador del equipo a la hora de proponerse un nuevo desafío. En este bloque, los espectadores verán en Hábitat, por primera vez, movimientos de dolly, de cabeza caliente, de planos aéreos, realizados no con equipos para ello, sino con pura inventiva. Los dolly son el resultado de cuerdas montadas con roldanas, con las que logramos equilibrar las cámaras, mientras uno de los operadores maniobraba esas sogas, y eso da la ilusión de un dolly o un travelling, como el que consigue un equipo profesional.

«Claro, no es suficiente con estos “aportes”, si detrás no hay una edición como la realizada por Jorge Gómez la O, quien se encarga también del diseño de banda sonora (la música original pertenece a Ernesto Cisneros Cino). Puedes tener tu mente llena de ideas, obtener tomas y una fotografía geniales, que si falla la edición y no materializas una puesta en escena lo más coherente posible, pierdes todo el trabajo. Doy por sentado que antes hubo un guión casi impecable.

«En fin, que una serie como esta —tenemos la suerte de contar con Bisgmar Fernández Blanco en la Dirección de Producción—, debe valerse de mil recursos para poder contar historias entretenidas, amenas, que aporten, y que estén respaldadas por la fotografía, el sonido (Othón Bada), la edición, la música..., que le dan esa terminación que esperan los televidentes».

(Con información de José Luis Estrada Betancourt. Juventud Rebelde)

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