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soyquiensoy (Ricardo R. González)

Massiel: «Estoy harta de justificarme durante 50 años por haber ganado Eurovisión»

Massiel durante su presentación en Eurovisión hace cinco décadas

«Estoy cansada de hablar de Eurovisión. Me aburre». Como una apisonadora y cara de pocos amigos, Massiel lanza la advertencia al periodista, que no puede evitar cierto pánico. La cantante llega a la cita tirando de su perrito Lenin -¿o es al revés?-, cerrada en banda a hablar del dichoso festival. «Eeeeh, pero, Massiel, si es que estamos preparando un especial con motivo del medio siglo que se cumplió este 6 de abril de tu victoria eurovisiva». «No me hagas hablar de hace 50 años, yo era una niña, era otra vida. Yo además de Eurovisión he hecho una carrera muy larga».

No le falta razón a María de los Ángeles Félix Santamaría Espinosa, su verdadero nombre, a la que la artista remite cada cinco segundos al plumilla para despacharse las preguntas sobre el concurso. En su trayectoria hay canciones inolvidables como Rosas en el mar con la que despuntó con 19 años o la indescriptible Noa a noa, que no puede faltar hoy en un after a las tantas cuando uno se lo ha bebido todo y ha perdido el sentido. Massiel también ha hecho cine, teatro con grandes como Fernán Gómez y musicales como Follies, tras el cual, en 2012, decidió jubilarse.

De todo eso, claro, se puede hablar con La tanqueta de Leganitos. Pero es que son las bodas de oro del La, la, la, qué le vamos a hacer. Y aunque el triunfo eurovisivo parece pesar sobre la cantante como una maldición bíblica, aquella gesta la convirtió en un monumento nacional que ni ella misma, con todo su genio, puede derribar. Así que no nos queda otra que armarnos de paciencia y tirar de la lengua poco a poco a ver si al final nos sale una entrevista y todo. Evitándole al lector las interrupciones y enfados de la diva y de Lenin por las preguntas cansinas, nos situamos en 1968.

A menos de dos semanas de aquel Festival, usted recibe en México, donde estaba de gira, la llamada de TVE para sustituir a Serrat.

A mí cuando me llaman no me dicen lo que ha pasado con Serrat. Me preguntan que cuándo podía regresar a España, lo más urgentemente posible. Como tenía unos amigos comandantes de aviación, logré que me metieran en el primer avión que salía hacia Madrid horas después. La primera idea del Dúo Dinámico [autores del La, la, la] y del mánager de Serrat fue que le sustituyeran ellos. Jugada perfecta. Pero el Dúo Dinámico no era de la misma casa de discos y se había invertido en una promoción muy fuerte durante meses, con Serrat por Europa. La discográfica dijo que ni hablar. Entonces, el director general de TVE, Rosón, ordenó: 'Que traigan a Massiel' [ella sí compartía compañía con el catalán].

Usted tenía apenas 20 años, pero ya había triunfado en festivales como Viña del Mar. Tablas no le faltaban.

Yo venía de actuar tres meses en Latinoamérica. Y había cantado gratis antes en Cuba, para conocer cómo era la Revolución, con los nativos de allí, con lo que tuvieran: una guitarra, un coco, sobre un tanque...

La renuncia de Serrat por no poder cantar en catalán ocasionó un terremoto. La paradoja es que, 50 años después, el independentismo le tacha de anticatalanista. ¿Cómo lo ve?

No quiero hablar nada de Serrat. Que te cuente Ramón Arcusa [del Dúo Dinámico] lo que dijo en televisión del dinero que le dio la Banca Catalana para no ir a Eurovisión. Así me voy yo también al exilio. Si Serrat fuera tan catalanista, al minuto cero de no ir al festival, no habría grabado a Machado. Habría hecho como Llach, que sólo ha cantado en catalán. Creo que Serrat sólo es catalanista según le conviene a sus intereses comerciales. Si no, será un señor normal. Y un artista muy bueno, a destacar. Muy buen cantante y muy buen autor.

Por cierto, ¿cómo ve usted el problema catalán?

Yo estoy a favor de la integración de todos los pueblos de España bajo una misma bandera. Nunca estoy por el retroceso.

Volvemos a la noche de aquel 6 de abril del 68, en el Royal Albert Hall de Londres. Su actuación fue impecable, emocionante.

Era la más moderna de la edición, eso es innegable. Yo no puedo hablar bien de mí, conozco el país. Pero, coño, cuando lo ves, era obvio... Es un cúmulo de cosas: una niña con un vestido muy moderno, una manera de mirar, una dulzura al cantar, unos movimientos muy estudiados por mi parte... Pero en el ensayo general, el Dúo Dinámico, los ánimos que me daban... Decían a todo el que les quisiera oír: 'Tenía que haber venido Karina, que es muy comercial'. Claro, ellos no habían visto ni el traje que me iba a poner... Ellos pensaban en la Massiel del Aleluya, del Rufo el pescador... reivindicativa, con unos graves muy fuertes, vestida de negro. No se daban cuenta de que yo oí el La, la, la e hice clack; trabajé una interpretación de actriz. Pero te quiero decir que ésa era la negociación y la confianza que había: ninguna.

Su victoria fue vivida con euforia en España.

El triunfo fue muy bonito. Pero lo han querido ensuciar tanto... Y llevo 50 años teniendo que pedir perdón por haber ganado. Estoy harta, no estoy dispuesta a seguir haciéndolo. No quiero justificarme por haber ganado. Lo odio. ¡Son 50 años de aguantar gilipolleces! Y tener que estar callada...

 La repercusión internacional de Eurovisión era enorme. Y el régimen franquista no tardó en intentar patrimonializar la victoria. Para empezar, le concedieron el Lazo de Isabel la Católica en cuestión de horas...

A mí vino el delegado del marqués de Santa Cruz a comunicármelo a Londres... Supongo que sería lo normal, igual que le darían una medalla a Fernández Ochoa tras ganar Sapporo. No lo sé... Nunca fui al Pardo a que me la impusieran. Yo he tenido un par siempre... No quería la foto de Franco condecorándome. Tras el festival, tardé en volver a Madrid porque me quedé haciendo televisiones por Europa. Y, durante todo ese tiempo, el régimen trató de venderme como una victoria de ellos. Empecé a verlo desde fuera y a cabrearme por la manipulación. Y dije: 'Yo al Pardo no voy'. En el ABC publicaron: 'Pongo a los pies de Su Excelencia, el jefe del Estado, mi triunfo...'. Yo leí eso... Era como si fuera la que ponía mecha al cañón, me cagué en todo. Faltaba que me abriera de piernas. Yo quería que se dijera que yo eso no lo había dicho. Pero a ver quién coño ponía una rectificación diciendo que Massiel nunca le ha puesto un telegrama al jefe del Estado. Con eso me quedé, como una estampita pegada en la frente. Es una de las gilipolleces que se me achacaron. Entonces pensé: que encima tenga que ir al Pardo a la foto con el anciano poniéndome la medalla... Dije: hasta aquí podíamos llegar. Las consecuencias fueron desmedidas. No hay nadie que haya ganado Eurovisión y luego haya estado un año vetada en televisión, que entonces sólo había una...

Hace años se empezó a correr el bulo de que su victoria pudo ser un amaño.

Ese tema me produce tal asco... No puedo entrar para no alimentar ese bulo. Al año siguiente, para poder hacer aquí el festival hubo que abrir las cárceles y sacar a todos los presos políticos sin delitos de sangre. Y muchas ciudades en Europa no tenían delegación, y hubo que ponerlas. Con eso te lo digo todo. Ese bulo es un retrato de lo que es España, un país lleno de envidia. Si no teníamos ni delegaciones políticas en países de los que se habla por compra de votos ni participaban...

Usted ha tenido una carrera muy dilatada de enorme éxito.

Yo he tenido una trayectoria de mucha lucha, no de un éxito fácil. Porque yo no me dejé. Hay cantantes que ganan millones y millones, pero siempre parece que cantan la misma canción. Yo era una chiflada que siempre quería conocer autores nuevos y hacer canciones cada vez más difíciles, para aprenderlo y disfrutarlo yo. Lo contrario de lo que hay que hacer. Soy una superviviente.

¿Cómo ve la España actual en el terreno político?

Veo a España muy jodida. La llegada de algunos partidos pretendidamente de izquierdas, que dicen ser más de izquierdas de lo que son y que en realidad son pura demagogia, tratan de que los residentes de los barrios se enfrenten a las fuerzas del orden, como ha ocurrido en Lavapiés, donde todo ha sido pura manipulación. ¿Es que Lavapiés ahora sólo es de los de Senegal? Que esos partidos y las familias de los manteros acusen a los vecinos del barrio por protestar, porque ven cómo se están quemando contenedores junto a sus casas... Lo de la corrupción del PP es asqueroso, pero nos estamos volviendo locos...

¿Qué le parecen las redes sociales, las usa?

No, ninguna. Meryl Streep dijo que si querías ser feliz no tenías que leer lo que dicen de ti...

¿Tiene algún proyecto laboral a la vista?

Que ya te he dicho que me he ju-bi-la-do.

¿Y qué le parecen nuestros representantes de este año?

Un dúo estupendo. Cantan muy bien, son músicos... Amaia tiene mucha fuerza. Alfred menos, pero es muy voluntarioso. La pareja funciona, la canción es muy Disney, muy tierna, vende su historia de amor... Pero en Eurovisión no se sabe nada hasta el mismo día...

Si pudiera retroceder 50 años, con todo lo que después le ha pasado, ¿volvería a Eurovisión?

Yo en aquel momento creí que era la oportunidad más grande para darme a conocer... Pero todo lo que pasó en mi familia, en mí, lo que me hicieron, lo que me dijeron, lo que me dolió, a lo que tuve que renunciar en lo económico, afectivo, familiar... fue tan duro, tan duro, que ni los Episodios Nacionales tendrían espacio para contarlo. No lo he podido olvidar ni 50 años después. Ir a Eurovisión es un chollo, y además gané. ¿Pero qué sucede? Que luego viene el país, y se te echa encima. Y luego viene la familia, y te oprime... Y luego tú quieres volar, y no te dejan. Y quieres respirar, y tienes que respirar como se lleve según los cánones de la época. Y entonces te quieres tirar por el piso 25 de la Torre de Madrid. Y dices: ¿para qué coño habré venido, si estaba mejor en América?

La grabadora lleva más de una hora en marcha y la apisonadora Massiel ha soltado titulares para más de una entrevista. El alivio que provoca en el periodista es inversamente proporcional a la vehemencia in crescendo de la artista, que sigue advirtiendo que está hasta la coronilla del La, la, la. Lenin se da cuenta y acude al rescate de su dueña, que da por concluida la sesión. Genio y figura. Menos mal que aún creemos que no todo está en la Wikipedia.

(Con información de Eduardo Álvarez. El Mundo)

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