Blogia
soyquiensoy (Ricardo R. González)

Festival Internacional de Teatro: Un toque a la diversidad

Festival Internacional de Teatro: Un toque a la diversidad

Julio César Ramírez, director artístico del Festival.

Por Ricardo R. González

Sobre los hombros del destacado actor cubano Julio César Ramírez recae la dirección artística del Festival Internacional de Teatro de La Habana que traspasa el túnel capitalino para anclar en siete provincias del país.

Y quizás el rasgo más notorio del evento resulte su amplia diversidad, como precisaba anoche este hombre conocedor de la escena cubana a un canal de Televisión. Una especie de motor impulsor para que el público colme las salas y esté presente en la totalidad de los espectáculos programados.

Para Julio César, el respetable tiene la posibilidad de disfrutar de propuestas más tradicionales, y de otras que transitan por el camino de lo experimental.

«Una especie de abanico que permite el disfrute y la opción de interactuar, de no constituir un espectador pasivo».

Confiesa que hay puestas sorprendentes como la del grupo ruso en la noche inaugural. «Con su Ana Karenina reafirmaron lo que significa el impacto de la academia rusa sobre las tablas. Una verdadera clase magistral».

A su modo de ver constituye referente a seguir por las nuevas generaciones, donde la formación del actor es esencial. «Parecen bailarines, y sin embargo, es una compañía de puro teatro… Y ahí está la valía de sus actores».

En la edición de 2013 el Festival reúne a 20 países, con 40 agrupaciones y 77 puestas en escena procedentes de Argentina, Ecuador, Francia, Alemania, Italia, Rusia, Uruguay, China, Suiza, España, Brasil, Colombia, Chile, y Estados Unidos, entre otros.

Ello demuestra el poder de convocatoria. «La gente se pregunta ¿qué pasa con el teatro en Cuba?, y cumplen un sueño al sorprenderse y constatar su alto nivel».

En la isla hay olfato para elegir. Un público muy preparado y crítico de las artes escénicas que, a la vez, hace suyo los talleres y el resto de las conferencias.

Por ello, una vez que caiga el telón, quedarán las vivencias de personas agradecidas que supieron disfrutar y apropiarse de ese arte nacido de la mancomunión entre teatristas foráneos y cubanos.

La fiesta de las tablas que exparce los aires capitalinos para que lleguen y se respiren en otros rincones de la perla antillana.   

También puede ver este material en:

http://ricardosoy.wordpress.com

https://twitter.com/cibergonza

0 comentarios