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Los montañeses agradecen sus ambulancias

Los montañeses agradecen sus ambulancias

El transporte sanitario por los lugares más intrincados ha sido una de las prioridades según las características topográficas de las montañas. (Foto: Archivo).

Por Ricardo R. González

Palmira Ortiz reside por los parajes de Jibacoa, en un sitio intrincado del Escambray villaclareño. Un padeciminto muy común entre cubanos le impone su asistencia frecuente al especialista. Sin embargo, las limitantes de transporte dejaron, en múltiples ocasiones, su asiento vacío en las consultas.

Ya el panorama cambió desde que una ambulancia, marca WAZ, fue asignada a este punto para el reclamo de los llamados casos no urgentes.

El doctor Elsis Rafael Alcántara Jorge, al frente del Servicio Integrado de Urgencia Médica (SIUM) en Villa Clara, precisa que otro equipo similar se destinó a la cabecera de Manicaragua, y ambos dirigidos al traslado de embarazadas, de pacientes con turnos médicos en instituciones de la capital provincial, y de otros que no requieran la asistencia inmediata de una ambulancia.

Los vehículos son nuevos, como también los seis de reciente incorporación que circulan por Sagua la Grande, Cifuentes, Quemado de Güines, Remedios, Camajuaní, y Encrucijada.

«La única diferencia es que estos últimos son de procedencia china pero su finalidad es idéntica a la de los situados en Manicaragua y Jibacoa que por la topografía del terreno y los propios caminos de la montaña requieren mayor fortaleza», subraya Alcántara Jorge.

Cada ambulancia resulta bienvenida ante un parque debilitado en la provincia debido al desgaste por su utilización, el déficit de piezas de repuesto y de otros insumos que no escapan de los saldos del bloqueo económico y financiero impuesto a la ínsula por más de cinco décadas.

De los 64 vehículos que forman la escuadra del transporte sanitario en el territorio, sólo funcionan 34.

Palmira Ortiz agradece la llegada de la ambulancia. Al menos su visita al galeno no se hará sentir por los contratiempos del transporte, mas algo común toca a la puerta de la responsabilidad ciudadana, esa que llama, entre todos, a cuidarlos por siempre.

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