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soyquiensoy (Ricardo R. González)

Los Lobos ya duermen felices en casa

Los Lobos ya duermen felices en casa

Hacía años no se veía nada igual. Miles de personas en horas de la noche de este miércoles tomaron las calles pinareñas, por el júbilo de saber al equipo local finalista de la XL Serie del béisbol cubano.

Pero ni siquiera los hechos de la noche anterior, o la euforia de un juego emocionante, ganado con garra, pudo vaticinar lo que sobrevendría este miércoles.

Apenas durmieron los jugadores, el staff y todos los acompañantes del equipo. A las dos de la mañana, todavía con las alegrías a flor de piel, emprendieron viaje hacia la más occidental de las provincias. El pueblo le esperaba.

PREÁMBULO PARA UNA FINAL

La alegría se adueñó de las calles, las exclamaciones de júbilo inundaron los barrios, muñecos, camisetas, tabacos, todo bien verde desfiló este miércoles a altas horas de la noche por las principales avenidas de la ciudad cabecera.

Cientos de personas se reunieron en las calles, se felicitaron unos a otros, en tanto veían las declaraciones del manager Alfonso Urquiola, que dedicaba la victoria al pueblo pinareño, que le "supo acompañar en las buenas y en las malas, durante toda la campaña".

Y no es menos cierto, hacía tiempo no se apoyaba tanto a un equipo del territorio, incluso en las subseries menos interesantes, y todo por las avivadas ansías de poseer nuevamente la corona, ausente de casa desde 1998, cuando una tropa dirigida por el propio Urquiola trajera la gloria a Vueltabajo.

No hubo nada que compitiera con un juego de pelota de Pinar del Río para la afición que le seguía. El popular cantautor Pablo Milanés quedó apenas con unas pocas personas en su concierto de gira nacional por todo el país, ante la contienda Santiago de Cuba-Pinar, jugada a poca distancia en el estadio Capitán San Luis. Raúl Paz, intentó igualmente competir con igual horario y fecha de uno de los partidos contra Sancti Spiritus en los play off, resultado: contados estudiantes universitarios presentes.

No sirvió para nada la publicidad por doquier para sendos espectáculos, la valía de los músicos que por demás ofrecieron excelente conciertos, pero el público prefirió el deporte nacional.

DESDE CANDELARIA HASTA EL FIN

Banderas, carteles, consignas, frases, bromas hasta consejos beisboleros emergieron en las casi cuatro horas de viaje por pueblos y municipios de Pinar del Río, con la inclusión de Candelaria y San Cristóbal, que aún cuando pertenezcan a Artemisa, se sienten pinareños en temas de pelota.

Durante el recorrido los peloteros agradecieron la acogida brindada por todos, incluidos estos últimos. Por cada localidad de la provincia pinareña, innumerables personas le saludaban, pero nada fue comparable con el mar de pueblo que en las arterias principales de la ciudad cabecera les esperaba.

La vida en la urbe vueltabajera se paralizó por espacio de dos horas, y no se hablaba de otro tema que no fuera agasajar al equipo de pelota, en el centro de la ciudad.

Los más viejos cuchicheaban por las esquinas no haber visto nunca nada así. Ni siquiera en las aglomeraciones por la celebración del Primero de mayo, se había logrado tal cúmulo de personas.

Por miles y miles llegaban, no se podía caminar, y la comitiva tardó más de 20 minutos en llegar al destino final, por el intransitable mar de vueltabajeros.

Autoridades del gobierno y del Partido, incluida la Primera Secretaria, Gladys Martínez Verdecia le recibieron, acompañados de trabajadores, estudiantes, pinareños todos, reunidos para darle más apoyo y ánimo al equipo.

Varios miembros del mismo entre ellos David Castillo (short stop o segunda base) y Donald Duarte (tercera base) en nombre del equipo expresaron su alegría por la victoria, y la intención de luchar y darlo todo en la final.

Mientras Urquiola, el principal artífice de la victoria, dedicaba nuevamente el triunfo a Pinar del Río, y defendía las valías de su equipo, "logramos pensar en conjunto, tenemos mucha unidad y voluntad que nos permite hacer el máximo esfuerzo en el terreno y pulir las deficiencias"

"Esta es una de las mayores alegrías de mi vida" reiteraba ante un público que vitoreaba su nombre y no quería irse a casa antes de saludar a sus héroes más cercanos.

Hacía años que Pinar del Río no vivía emociones tales, nada había podido movilizar más pueblo que este triunfo. Ni Primero de mayo, ni Raúl Paz ni Pablo Milanés.

¿La moraleja?: no hay nada que compita el béisbol. La vida de Pinar del Río se paraliza cuando juega su equipo, sea en casa contra Santiago en una fulminante sub-serie como la que impidió dar un concierto a plaza llena a Milanés, aunque se le advirtió; o en play off cuando el equipo vueltabajero destruyó todo pronóstico y avasalló al preferido Cienfuegos.

Las ansías de este pueblo occidental de ver a su "guerrilla" campeona, es más poderosa que cualquier otro suceso, sea de la índole que sea. Alguien decía una ocasión, en Cuba puede faltar la luz, el agua, la comida, pero no puede faltar nunca la pelota.

Y vale más para esta XL serie, que desde el punto de vista organizativo ha logrado encomiables resultados. Ni hablar del team de Urquiola, que se crece por días y avivan las esperanzas de la afición vueltabajera, que por más de una década sueña con volver a la cima.

Desde las ocho de la mañana comenzó el periplo del equipo por una autopista inundada de niños, personas, por cientos de miles, en saludo a aquellos que les hacen acariciar el sueño de saberse campeones nuevamente.

(Con información de Mayra García Cardentey. Foto: Abel Padrón Padilla)

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