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Medio Ambiente: Un reto compartido

Medio Ambiente: Un reto compartido

Este lunes 29 comienza en Cancún, México, otra Cumbre sobre Cambio Climático. A propósito les dejo con la ponencia presentada en el reciente Festival Provincial de la Prensa Escrita en Villa Clara.

Por Ricardo R. González

Foto: Carlos Rodríguez Torres

Estimados Colegas:

En el orden personal, aplaudo la iniciativa de incluir en el Programa del Festival Provincial de la Prensa Escrita un segmento dedicado a la temática medioambiental a través de los productos comunicativos que salen de los múltiples soportes propiciados por nuestra Casa Editora.

No se trata, a mi entender, de concientizar a los periodistas. Sabemos que Medio Ambiente es mucho más que un sistema complejo y dinámico de interrelaciones ecológicas, socioeconómicas y culturales en continua evolución con el paso de los años.

Quizás así se resuma de manera conceptual, pero MA es mucho más que esa gran circunferencia abarcadora de la Naturaleza, la sociedad, el patrimonio histórico-cultural, lo creado por la humanidad, la propia humanidad, y como elemento de notoria importancia, las relaciones sociales y culturales.

¿Y por qué decimos que MA es mucho más? Por el simple —y a la vez complejo hecho— de que resulta imposible hablar y aspirar a un desarrollo sostenible, a la preservación de ecosistemas, a impedirle al Planeta que reciba más heridas si no somos capaces de unir voluntades y tributar una respuesta mayoritaria a esa Naturaleza que quiebra no por obra y gracia, si no por irresponsabilidades y desatinos.

Son latigazos que le dan las acciones incongruentes de terrícolas que habitan y comparten este globo terráqueo. Hechos que sustentan las causas que fundamentan este despacho noticioso de hace algunas horas y da cuenta de que el 80 % de los gases que envenenan la atmósfera son emitidos por 17 países. Y cuando revisamos la lista figuran las superpotencias mundiales responsabilizadas con estos holocaustos que ponen en peligro la existencia.


Si bien la degradación de los suelos, la contaminación ambiental, el agotamiento de la capa de ozono —aunque con pequeños indicios de recuperación— el nombrado y no tan culpable de todo cambio climático, y la pérdida de la biodiversidad biológica constituyen los problemas cardinales de Cuba, en materia de MA, no es menos cierto que son, también, problemáticas a nivel global.

Es cierto que vivimos en un siglo de amenazas de una explosión denominada cambio climático cuyas influencias sacuden el curso de océanos, glaciares, flora, fauna, temperaturas y recursos naturales.

Es cierto que un incendio forestal, por mínimo que resulte, constituye, también, una herida insalvable. Importa tanto si devasta grandes territorios o una diminuta porción de la Tierra. Las llamas queman por igual y no permiten el consuelo.

Un suelo erosionado, como el existente en gran parte del mundo, castiga el sustento de al menos mil millones de personas. La situación bordea lo complejo al conocerse que la formación de un par de centímetros de la capa superficial puede tardar más de mil años. Ello implica detrimento de los saldos agrícolas en los que influyen variados procesos.

Cuando a las escasas lluvias se integran la explotación desmesurada de las tierras por acciones humanas el desenlace conduce a la desertificación.

Solo el cambio climático es responsable de la muerte de 300 mil personas al año, afecta a 300 millones de habitantes, y cuesta 125 mil millones de dólares anuales (90 mil millones de euros), según el informe del Foro Humanitario Global.

Pero cambio climático no es un impacto reciente. No es un descubrimiento de esta era, ni ruge de la noche a la mañana como el más potente rey de la selva. Ha existido a través de la historia, y según los expertos no es el cambio climático en sí mismo, si no las acciones irracionales del hombre que inducen a acelerar los contratiempos que hoy vivimos en el Orbe.

Y entre un día y otro prosiguen los fenómenos. Baste una mirada a las noticias que surcan por el ciberespacio para conocer de las 55

ballenas que encallaron en una playa cerca de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Equipos de rescate debieron sacrificar como medida humanitaria a algunas tras fracasar en devolverlas a todas al mar. Sin dudas, la fauna sigue con pérdidas.

Otra mirada a la Lista Roja de Especies Amenazadas, presentada a la Convención sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, coloca al 20 % de las especies con peligro de desaparecer. Ello significa que de 25 mil especies estudiadas, un quinto está a punto de pasar al recuerdo bibliográfico o de filmes conservados por archivos y coleccionistas, con incidencia mayoritaria sobre los anfibios.

«La columna vertebral —y cito— de la biodiversidad se está desgastando»”, admite el eminente ecologista y profesor de la Universidad de Harvard, Edward O Wilson; en tanto, desde otro punto geográfico, Paul Leadley, de la Universidad de París-Sur, concluye: «No hay duda acerca de que la forma en que funcionan los negocios llevará a una pérdida catastrófica de la biodiversidad», fin de la cita.

Detengámonos brevemente en el desastre ecológico causado por el hundimiento de la plataforma de la Bristish Petroleum en el Golfo de México, el pasado 22 de abril.

Graves daños sufre la barrera coralina en las aguas profundas cercanas al lugar, y según las investigaciones las comunidades de corales blandos están muertas o moribundas en un área que abarca más de 10 km al suroeste del sitio donde ocurrió el derrame.

Pero, lo significativo del caso es que los científicos no saben si el daño obedece al crudo diseminado o a los dispersantes utilizados para contener la marea negra. ¡Terrible paradoja!

Todos estos fenómenos gravitan en este momento y en este mundo nuestro, mas no analicemos de ultramar para allá, de manera unilateral. También en Cuba hay empresas que engrosan las listas de las mayores contaminantes hacia la atmósfera o a los embalses y fuentes hídricas.

Todavía hay quienes no respetan las normativas establecidas en las fajas reguladoras, y en nuestras comunidades conviven los autores de cazas furtivas que ponen en peligro a nuestras especies, algunas de ellas endémicas, y está el que penetra en un bosque con el inseparable cigarro que origina el incendio forestal, o aquel que por necesidad o lucro provoca la tala indiscriminada sin pensar que el mañana aun está por venir.

En lo concerniente a Vanguardia se ha incrementado la cifra de publicaciones en torno al tema respecto a etapas anteriores.(63-2010, 49-2009). Mediante nuestras publicaciones impresas, a través de la página digital, los weblogs de los periodistas, los suplementos El Santaclareño y Manantial, o mediante el humor del colectivo de Melaíto aparecen trabajos reflexivos, críticos o educativos en un marco que, si bien se incrementa próximo al 5 de Junio, Día Mundial del Medio Ambiente, aparece con relativa frecuencia en otras etapas, sin que pueda llevarnos a cantos de victorias.

El camino aun es largo, y debemos aprovechar más las posibilidades profesionales existentes en el colectivo.
A mi modo de ver, sería un error encasillar la temática al reportero que atiende el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, sin exonerarlo del compromiso que le compete.

Pero es que MA no deviene parcela exclusiva, ni programa, ni proyecto exclusivo del CITMA aunque resulte su fuerza rectora. Abarca a todos los sectores, y constituye una temática que necesita, a la hora de abordarla de manera periodística, diversidad de estilos, de géneros, puntos de vista e intenciones por tratar de salvar algo que demanda desvelos y esfuerzos.

Eso sí, para su abordaje o tratamiento el periodista debe estar bien preparado, informarse al máximo de lo que sucede en ese momento respecto a la temática que seleccione. Debe conocer la realidad en su provincia, en Cuba y en el mundo, ante lectores ágiles que descubren incoherencias y superficialidades cuando carecemos de una verdadera coraza informativa.

Pensemos siempre que el periodismo es una de las tantas maneras de hacer arte, pero un arte comprometido que nos exige disciplina y superación constantes. La llamada integralidad periodística no se adquiere por tener la voluntad o la disposición de atreverse a tratar cualquier tema. Se logra por los golpes de cada día, por la manera en que realizamos ese producto comunicativo, por el respeto que seamos capaces de ganarnos con el receptor y con las fuentes informativas a las que también debemos sorprender con nuestro resultado.

Demostrarles que no somos simples acopiadores de datos para reproducirlos de igual forma, con los mismos puntos y comas que llevamos a nuestra agenda, ni tampoco que somos voceros complacientes al servicio del organismo.

Todo lo contrario, hacer ver que el arte comprometido circula —e inunda— las venas periodísticas para beneficio de todos, y de ese lector que aguarda.

Todo lo que hagamos por tratar de modificar estilos de vida o conductas indebidas revierte en satisfacción personal, y sobre todo, en el cumplimiento de códigos éticos que proyectan el ejercicio de esta profesión incansable y de vanguardia.

Los 20 minutos concedidos para la exposición se acortan, como también se acorta, tristemente, la vida en el Planeta.

Dejo para el final algo de vital valor y que no admite olvidos. Lo ha advertido el líder histórico de la Revolución Cubana en sus Reflexiones y en cada minuto que le dedica al tema. El peligro de una contienda nuclear significa, también, la asfixia de esa interacción enorme llamada MA.

De consumarse habría que hablar de un antes y un después, si es que queda un después. Tratemos entonces de impedir la guerra para que la Naturaleza siga siendo, fundamentalmente, verde, para que las nuevas generaciones sigan pintando los océanos de azul, y la vida con la acuarela que usted desee.

Además de Fidel, otras voces del continente se unen a la defensa del MA. Recordemos la postura de Evo a raíz de la debacle de Copenhague. Pensemos en las acciones de Hugo Chávez, de Rafael Correa, de Cristina Fernández, y de cada uno que quienes respetan el Protocolo de Kyoto y cuantas resoluciones defienden a la Madre Natura.

En los próximos días vendrá otra Cumbre en Cancún. Una incógnita prevalece, y ojalá no resulte una clonación indebida de lo ocurrido en Copenhague.

Si bien desde 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) instituyó, cada 5 de Junio, el Día Mundial del Medio Ambiente, no valen buenas voluntades en ese estrecho marco de 24 horas. Al margen de latitudes, extensiones geográficas o costumbres habrá que pensar en cómo actuar y conducirnos cada día después.

El llamado está hecho. MA, vida, subsistencia son prioridades que se nos vienen encima como el gran reto que impera y compromete.

Que un ave vuele, que las plantas se desarrollen, que los delfines prosigan con sus acrobacias en el mar, que respiremos un aire menos contaminado y que, sobre todo, reine la paz, figuran dentro de ese campo de acciones que aguarda por nosotros.

Contribuyamos todos, y cada vez más, a hacer realidad la máxima de que también en cuestiones medioambientales, un mundo mejor es posible.

Muchas gracias.

3 comentarios

Carlos Mohedano -

Su ponencia es excelente. De altos quilates amigo.
Saludos
Carlos Mohedano
España.

Carlos Mohedano -

Cuanta verdad UD. dice. Mis respetos y felicitaciones Ricardo.
Os saluda
Carlos Mohedano
España.

Ricardo González -

Magistral intervención la del canciller Bruno Rodríguez en la XX Cumbre Iberoamericana, efectuada en Mar del Plata.
Sus primeras palabras fueron para los efectos del cambio climático sobre el Planeta. Un aspecto que no admite descanso en este controvertido mundo nuestro.