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soyquiensoy (Ricardo R. González)

«Con 2 que se quieran» Enrique Pineda Barnet (Parte II)

«Con 2 que se quieran» Enrique Pineda Barnet (Parte II)

Amaury. Pero y por eso tú pensabas a lo mejor que cuando se fundó el ICAIC tú no tenías derecho.

Enrique Pineda. Yo no me lo merecía, yo no me lo merecía, había estado en la clandestinidad, y en cosas y eso, pero…. Y entonces me pongo a pensar ¿qué puedo yo hacer? Yo entrevisté a muchos soldados rebeldes. Me metí en un grupito que había en Columbia, en el Campamento de Columbia, había… Osmany Cienfuegos y Camilo, habían inaugurado unos departamentos de cine y de teatro y entonces Ana Sáenz, una actriz muy buena, una actriz extraordinaria era muy amiga de Violeta Casals, una gran actriz y una guerrillera símbolo de la Revolución. Y entonces Ana me dice: oye, ahí en el antiguo campamento de Columba tenemos un departamento de teatro. Vamos allí y allí enseñamos teatro a los soldados y hacemos teatro con los soldados. Digo, bueno vamos.

Nos fuimos allí y teníamos pase y todo para entrar en el campamento de Columbia. Te estoy hablando de los primeros días.

Amaury. Sí, del 59.

Enrique. Sí, del 59, iniciales. Y digo yo, esta gente lo que necesita ahora es prepararse para la paz, porque les falta cultura, les falta ejercicio artístico, les falta plenitud espiritual y no sé qué. Yo puedo ser un misionero, yo me puedo ir para ese lugar, para la Sierra Maestra y ayudar a que aquello se levante y yo puedo ser un misionero, yo estoy preparado para ser un misionero, hacer teatro en la Sierra Maestra.

Amaury. ¿Todo eso en el 59?

Enrique Pineda. Todo eso en el 59. Entonces empiezo a  prepararme psicológicamente y a preparar datos. Mi currículum, mi sueldo, mis salarios históricos, tengo todo en unos files preparados en secreto y guardados. Y un día estoy en mi casa y una noche exactamente, me llama Norka Méndez, aquella modelo maravillosa, inolvidable de las revistas Vogue, que era la esposa de Korda, el fotógrafo, en aquel momento. Y Korda y Norka estaban de visita en mi casa porque me fueron a anunciar que Korda estaba embarazada.

Que Norka estaba embarazada, ya iba a seguir con el absurdo, que Norka estaba embaraza, hay qué cómico. Y están viendo televisión en mi casa, y sale un programa con Fidel en la televisión, en el Canal 2, que era el canal que estaba, -yo vivía en Malecón y 23- y el Canal 2 estaba en la otra esquina, frente a lo que era el Montmatre.

Bueno, pues Fidel solicita, empieza a explicar de la Sierra, del campesinado de la Sierra, que hacen falta maestros voluntarios -no te estoy hablando de Campaña de Alfabetización- eso fue mucho antes de la Campaña de Alfabetización, que los confunden mucho y a veces los olvidan mucho a los maestros voluntarios.

Entonces dice: hacen falta jóvenes, con algún nivel cultural, etc., con alguna experiencia, que estén dispuestos a irse a la Sierra, tienen que, aquello es difícil, en fin. Digo: ah, eso es lo mío.

Agarro, voy a mi cuarto, cojo mi file con el currículum y todas aquellas cosas y dejo a Korda y a Norka viendo la televisión y me voy a la esquina, cruzo la avenida Infanta y me voy al Canal. Hay un soldadito en la puerta y estaba un VW chiquitico, que Fidel en aquella época andaba en el VW aquel sin nadie que lo cuidara y, el soldadito en la puerta.

Le digo, mire, cuando baje el Comandante, usted le da esto, porque esto él lo está pidiendo ahora, en este momento él lo está pidiendo y me voy, se queda el soldadito con el file. Llego a mi casa, entro, está Korda y Norka y de repente dice Norka: ¿Eh, y eso qué cosa es? Y es Fidel en la pantalla con mi file en la mano, diciendo: aquí tenemos el primero que llegó. Dice Norka: ¿Pero qué es eso? ¿Te volviste loco?, no, no, eso fue ahora mismo estando ustedes aquí. Yo sabía lo que estaba haciendo y medí muy bien lo que estaba haciendo, lo había medido de antemano porque eso estaba en mi cabeza, pero no, no percibía la significación que iba a tener aquello, la explosión que iba a tener aquello en la gente, en la calle, en el país y en mi propia casa, mi mamá, por ejemplo. Yo no vivía con mi mamá, yo vivía aparte de mi casa. Pero el susto, eso fue para mi madre un susto, fue inclusive, eso fue una contradicción seria, dolorosa. Y bueno, ya al día siguiente yo era el primer maestro voluntario. No he caminado dos cuadras cuando siento detrás de mí que me dicen: “hay a quién le gusta posar de vedette del sufrimiento”, cuando miro, era Guillermo.

Amaury. ¿Era Guillermo Cabrera Infante?.

Enrique Pineda. Era Guillermo. Entonces, nada, eso fue un primer choque incómodo. En fin. Y ahí pasaron cosas de esa índole, hubo mucha gente aclamándome con mucho amor y, hubo mucha gente que me fustigó por eso, pero ahí cambió mi vida. Cambió por completo mi vida.

Amaury. ¿Y te fuiste a la Sierra por fin?

Enrique Pineda. Me fui a la Sierra, estuve una buena temporada de ángeles en la Sierra, y conocí otro mundo, otra vida, otro amor, otra manera de vivir y, sobre todo, para mí, que me ha acompañado hasta hoy, bueno me acompañan hasta hoy mis alumnitos aquellos. Los niñitos que me encontré en la Sierra cuando llegué, chiquiticos, descalzos, barrigoncitos, etc., están aquí. Y me llaman y me cuidan. Ya fue, para mí la vida fue otra. Aprendí algo muy importante, prescindir. Aprendí a prescindir. Desde entonces hasta hoy no he hecho otra cosa que el ejercicio de prescindir.

Amaury. De prescindir de cosas materiales.

Enrique Pineda. De prescindir de la vida, de todo. Hoy por hoy soy capaz de prescindir de todo, sin problemas de ninguna índole, sin que me cree conflictos; prescindir, punto. No solamente no hay, no hay de esto, bueno, prescindo. Pero es que hay otros no hay que son más profundos, más complicados y prescindo. He prescindido hasta del amor en muchas ocasiones, porque a veces hay que operarse del amor. Hay que operares de muchas cosas en la vida y a veces uno se opera del amor y ya, tranquilo.

Amaury. Bueno hay dos momentos que yo quisiera marcar, porque los tengo aquí muy presentes, además. Uno es el Enrique Pineda Barnet co-guionista de Soy Cuba, con Evtushenko, esa experiencia, y después el director de ese insólito documental que se llama Giselle. ¿Cómo fue trabajar con Evtushenko en el guión de Soy Cuba y cómo fue trabajar con Alicia en Giselle?

Enrique Pineda. Bueno, yo te diría que hay coautorías mucho más interesantes que esas. La actuación con él no me aportó nada, ni me interesó para nada y hoy me sigue sin interesar, francamente para nada.

Amaury. Y nada, la película, incluso, tampoco.

Enrique Pineda. De la película a mí me gusta mucho su fotografía.

Amaury. Un gran fotógrafo Urusevski.

Enrique Pineda. Su dirección de fotografía es tremenda, el aporte de haber conocido a un hombre como Sergei Urusevski, es uno de los más grandes artistas que he conocido en mi vida. Un tipo de un talento, un artista de una creatividad increíble, profundo, honrado, honesto y amoroso. Gente maravillosa, él y su esposa. Bueno, un director importante, más nada. Un director importante para la historia del cine ruso.

Amaury. Sí, pero la fotografía de Soy Cubaes fabulosa.

Enrique Pineda. La fotografía de Soy Cuba es excepcional. El guión de Soy Cuba, las deficiencias que tiene, las tiene. Yo me hago responsable, porque hay que cargar con todo. Evtushenko podía estar, podía no haber estado, no me enriqueció ni me quito nada en la vida, para nada.

En el caso de Alicia, que por cierto no es un documental.

Amaury. Es un largo.

Enrique Pineda. Es un largo de ficción, porque además está hecho el guión y está tratada la película con la dramaturgia de una película de ficción.

Amaury. ¿Y Por que dice todo el mundo que es un documental?

Enrique Pineda. Porque la gente es esquemática, la gente…, además, ese esquema de película, película es todo, todo lo que fue hecho con cine es película. Entonces película, es una película. Pero aparte podía ser una película documental. No es una película documental ¿por qué documental?,  por el hecho de que se hizo en un escenario. Pero se hizo en un escenario con todas las técnicas de un largometraje de ficción. Además, tuvo seis meses de preparación de todos los actores. Todos aquellos actores ya no eran más bailarines, eran actores. Y no es lo mismo pensar un argumento en actor, que pensarlo en bailarín. Y con todo un análisis dramatúrgico de cada personaje, y hubo cambios radicales en la película que no son propios del ballet. Para mí fue una grandísima experiencia, porque tuvimos que estudiarnos, nosotros, el equipo de filmación tuvo que estudiar ballet para entender el ballet y su estructura y poderla llevar a cabo.

Y los bailarines y el equipo del ballet, tuvieron que estudiar cine para entender el fenómeno. Y ahí hice mi primer puente de interés. Realmente era un puente bien interesante.

Las cuatro divas, las cuatro joyas, niñas adorables, nunca han olvidado esa experiencia. Yo no las he olvidado a ellas nunca, como no he olvidado a toda la gente del ballet.

Inclusive, una Alicia distinta a la Alicia que conozco después. Una Alicia diferente, una Alicia sencilla, no modesta, porque eso no le cabe, pero una Alicia estudiosa, una Alicia dócil, aparte de su rigor y de su fuerza. Pero yo recuerdo una anécdota tremenda de una escena en la que llegó un momento que yo le dije a Alicia, Alicia hay que cortarse el pelo. Me dijo: yo, que llevo 14 años dejándome crecer el pelo para la escena de la locura.

Y le dije, justamente mire las manos, mire adónde llegan, esa escena de la locura en una pantalla. No es lo mismo que en un teatro.

En la pantalla necesita mucho menos para que las manos puedan salir. En fin, hablamos de eso, del expresionismo, de la significación de un gesto así, etc. Y al día siguiente llegó con el pelo cortado y yo pensé que aquella rebeldía en aquel momento iba a ser para siempre, no, fue dócil y fue en ese sentido modesta, ahí fue modesta, ahí fue modesta.

Amaury. ¿Y siguen siendo amigos todavía Alicia y tú?

Enrique Pineda. Sí, hay cosas en el medio… entre tú y yo, se interpone, a veces, un abismo que son las vidas, las elecciones, en fin, pero yo la sigo queriendo y la sigo respetando y admirando profundamente.

Amaury. Bueno, aquí yo tengo, Enrique, una lista de películas, tú me dirás si alguna falta. Yo la saqué del currículum que tú me dijiste que me mandabas un currículum por correo, pero que eso no tenía ninguna importancia, pero a mí me ha servido mucho: David, Mella, Aquella larga noche, Tiempo de amar, la super Bella del Alambra, película que me estremeció y me estremece y que cada vez que la ponen en televisión la vuelvo a ver. El Charenton del Buendía y La Anunciación. ¿Qué cosa es el Charenton del Buendía?

Enrique Pineda. El Charenton del Buendía es un documental, un documental largo que es el proceso de montaje para una puesta en escena de la obra Marat/Sade, de Peter Weiss, que por ser el Grupo Buendía, grupo teatral tan interesante, dirigido por Flora Lauten, con Raquel Carrió.

Es un proceso que yo sabía que iba a ser todo un proceso muy rico para mostrarle a los espectadores, que es el proceso interno del teatro, cómo se va haciendo el montaje de la obra, cómo van descubriendo desde la factura de los objetos con los que andan, hasta el propio actor. Cómo se van preparando los actores, cómo van descubriendo imágenes, cómo van descubriendo cosas y es todo ese proceso durante tres años, fuimos filmando poco a poco. Simplemente éramos Pablo Massip y yo. Íbamos todos los días al grupo a filmar un pedacito de cómo ellos descubrían esto poco a poco. Es un trabajo muy interesante, realmente, se llama así, El Charenton del Buendía, ¿por qué? Porque el Charenton es un manicomio que había en París en los momentos de la Revolución Francesa. Y en ese manicomio el Marqués de Sade escondía a los artistas, que le olía a pólvora la cabeza, los artistas que estaban condenados a la guillotina, y el Marqués de Sade los escondía en ese manicomio, que era un sótano y los hacía pasar por locos.

Por eso es que yo le llamo El Charenton del Buendía, porque es el manicomio del Buendía, cómo los actores estos están salvando sus vidas actualmente con el montaje de esta puesta en escena.

Yo hago mucho documental que parece ficción y viceversa, porque Mella es como una ficción con métodos de documental.

Amaury. Eso que se llama ahora docudrama.

Enrique Pineda. No es docudrama, el docudrama es otra cosa. El docudrama es una pretensión de parecerse a un documental y no lograrlo, es otra cosa diferente.

Amaury. Bueno, hablemos de La Anunciación, que es tu más reciente película, y que trata el tema de la separación de la familia.

Enrique Pineda. La Anunciación es una bronca. La Anunciación es una bronca en todos los sentidos. Siempre hay ángeles demoníacos y siempre hay dificultades y, entonces a mí me plantearon La Anunciación como una dificultad. No hay transporte para hacer cine. Yo dije, bueno, no hay transporte. Me fui al portal de de donde estaba esa discusión y dije: Tin marin de dos pingüés, ahí voy a hacer la película, en frente. De manera, que no hay transporte, yo la hago sin transporte. No, pero no hay pintura para retocar, no sé qué. Está bien, yo quiero el edificio tal y como está. Sí, pero el problema está en que es un lugar muy pequeño, y entonces caben pocos actores. No, si yo con cinco actores la voy a hacer.

Con todos los no, no, no hay, no hay, no hay, y yo te dije que aprendí a prescindir. Ah, pues prescindo. Y realmente iba a ser una película un poco tensa. Pero había algo muy importante que yo necesitaba decir; cosas que yo necesitaba decir. Y ahí está La Anunciación, cuyo título está, yo le había puesto primero Te espero en la eternidad, pero después me supo un poco, que ya empecé a pensar en que no tenía nada que ver con Guzmán, ni con el bolero, ni con nada de esto, es otra cosa, es una cosa más dura y de repente me encuentro con el cuadro de Antonia Eiriz, que se llama La Anunciación. Este, este es, ese esperpento de Antonia Eiriz, esa mujer embarazada, que está ahí, que es un monstruo y que viene el ángel demoníaco a avisarle lo que tienes ahí. Esto es tremendo. Entonces, bueno, me fui con el título de Antonia. Naturalmente esta no es una película con pretensiones de ser bonita. No es una película con pretensiones de ser… Yo precisamente hago el anti anuncio. Yo hago los anti anuncio, yo creo en eso, yo fui publicitario mucho tiempo. Vendí jabón Camay con el alma, y los vendía con ganas y me gustaba venderlos. Pero yo ahora quería hacer el anticine, es decir, esta película no tiene acción, no tiene violencia. Yo dije; ¿qué es lo que prohíben los sábados por la noche?, la película no tiene ninguna de las cosas esas. La película tiene la carga del amor, del dolor, del desprendimiento. Tiene la carga para hacer pensar, para hacer reflexionar. Y así es el resultado. Y se ha puesto en todas partes. El otro día alguien me dijo: cuidado con la piratería.

La piratería yo la agradezco, la piratería es mi distribuidor gratuito. Y así ha caminado por ahí. Bien. Tengo un montón de proyectos, los proyectos no se me acaban. Ya me puse viejo, ya.

Amaury. No hables de eso, aquí no se habla de eso.

Enrique pineda. Ya me puse viejo, porque el abanico se me arrugó.

Amaury. Aquí no se habla de vejez, aquí nadie es viejo.

Enrique Pineda. Pero, realmente yo pa’lante tengo muchísimos proyectos y estoy feliz con eso. De lo que no puedo prescindir es de los proyectos. Iré haciendo proyectos, los dejaré metido por los rincones.

Hoy por hoy mis alumnos son mis minas, porque he ido sembrando alumnos maravillosos, queridísimos que están en todas partes. Ya los hay por dondequiera, por dondequiera me encuentro un alumno. Y eso me hace muy feliz, muy feliz. Yo tengo hijos por docenas y eso me pone muy contento, la verdad.

Amaury. Bueno, Enriquito, qué me queda por decirte. Agradecerte el tiempo que me has dado, porque es un tiempo… el tiempo que me has dedicado hoy y que le has dedicado, por supuesto, a los televidentes que nos estén viendo es un tiempo que dejaste de crear cosas, para contarme cosas.

Enrique Pineda. No, cree cosas, así las creamos.

Amaury. Te quiero mucho.

Enrique Pineda. Gracias, igualmente.

Amaury. Te quiero mucho siempre, siempre te he querido, siempre te he admirado. Y a ver si en estos días trabajamos en algo juntos.

Enrique Pineda. Y no hablamos de tus papis.

Amaury. No, no, de mis papis…

Enrique Pineda. Esa entrevista te la hago yo.

Amaury Pérez. Esa es otra entrevista y yo sí no voy a llorar en televisión. Te quiero mucho.

Enrique Pineda. Chao.

Amaury. Buenas noches tengan todos.

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