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CentroCostas 2020: Cambio climático y playas, enemigos irreconciliables

CentroCostas 2020: Cambio climático y playas, enemigos irreconciliables

El Lic. Manuel García (en primer plano) junto al Msc. Luis Orlando Pichardo, coordinador provincial de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo (PVR) en el Citma.

Por Ricardo R. González

La vida nos muestra múltiples ejemplos que pudieran compararse con lo ocurrido en la práctica entre el aceite y el vinagre en su mal llevado andar. Así ocurre con las playas interiores de la costa norte villaclareña y las de la cayería turística al enfrentarse al cambio climático (CC).

Las heridas resultan notorias, a tal punto que las arenosas o naturales van perdiendo su espacio en la medida que pasa el tiempo e imponen proyectos de rehabilitación apoyados en el vertimiento de arena a fin de recuperar y mantener la imagen de lo que fueron en su momento.

La paciente labor, lo que se ha hecho, y todo el esfuerzo desplegado constituyó la base de la ponencia «Una visión al comportamiento de las playas del polo turístico Santa María ante los efectos del CC», presentada por el Lic. Manuel García Castro en la sesión del V Taller Nacional CentroCostas 2020.

Los expertos aseveran que más del 80 % de arena queda retenido en los frentes de la cayería, por lo que se hace necesario recuperar y mejorar la calidad estética a partir de la arena existente en la plataforma o la que está fuera de los cayos, siempre que se encuentre en profundidades factibles de extracción y con granulometría adecuada para no afectar el balance ecosistémico.

Por ello el plan de enfrentamiento al CC, denominado Tarea Vida, incluye entre sus prioridades nacionales la cayería del noreste, las playas arenosas de Cayo Las Brujas y Santa María, y la ciudad de Caibarién como corredor turístico a partir de estrategias trazadas a corto, mediano y largo plazo.

Máxime cuando está pronosticado que el mar se eleve y que para 2030 haya una penetración de 27 cm más en la zona costera. Ello implica elevar el relieve y proceder al estudio de las comunidades instaladas en esas áreas.

A pesar de las prioridades existen otras investigaciones en zonas más vulnerables como Juan Francisco, el propio Caibarién, Carahatas, por ser muy baja, e Isabela de Sagua, incluida en la prioridad provincial entre las comunidades costeras.

Por su parte El Salto, Ganuza, Caibarién y otras locaciones habilitadas para baños disponen ya de proyectos de vertimientos de arena y rehabilitación a fin de ejecutarlos.

Todo lleva su tiempo, y son pretensiones que demandan el empleo de remolcadores, patanas, grúas, sin apartarnos de las disponibilidades económicas porque resultan acciones en extremo costosas.

En el caso de la rehabilitación y mantenimiento de estas playas de la cayería noreste inició hace varios años con investigaciones pertinentes que valoran los procesos de erosión, a la vez que toman en cuenta la topografía, sedimentología y dinámica, así como la geología, geofísica y batimetría (estudio de profundidades marinas) y de las cuencas de arena, entre otros factores.

De acuerdo con la explicación del Lic. Manuel García son cinco los sectores beneficiados en el polo turístico de Cayo Santa María: Las playas La Salina y Caracol, perteneciente a la demarcación de Las Brujas, y Piedra Movida, Las Coloradas y Perla Blanca, en Cayo Santa María, a partir del vertimiento de arena.

Ello no se logra del día a la noche y según expone el experto se necesitan de etapas fundamentales como el acondicionamiento del litoral, la movilización del equipamiento y ensamblaje de la tubería extractora, el vertimiento de arena y conformación de los perfiles de diseño y la desmovilización de los recursos utilizados.

«El área de estudio beneficia 6830 m lineales de playa, con un aporte de 818 381 m³ de arena, a la vez que se logra un área de exposición solar con un ancho promedio superior a los 40 m²».

Durante el proceso de vertimiento de arena en las playas previstas los organismos rectores solicitaron la inclusión de un segmento comprendido entre los hoteles Meliá Las Dunas y el Playa Santa María.

El trabajo ha sido arduo y de mucho tiempo porque incluye, además, la valoración del estado de los arrecifes coralinos, el monitoreo de la vegetación ante especies exóticas invasoras y endémicas y la calidad de la arena calificada de excelente.

Por supuesto que cada playa con sus características particulares, pero lo cierto, y resulta un elemento concluyente, es que el rebose de arena ha reestablecido los elementos estéticos y de finalidad en estas locaciones, a la vez que deviene atenuante sobre los efectos del CC.

Como activo participante en la tarea el Lic. Manuel García puede hablar de resultados que benefician unos 7 000 m linéales de playas arenosas en el Polo Turístico de los cayos de Villa Clara, en tanto se restaura el perfil desde las dunas hasta la playa submarina sumamente afectados por la erosión intensa y los embates del huracán Irma en 2017.

Los análisis demuestran que durante el período analizado no se evidencian retrocesos alarmantes de la línea de costa, en tanto las playas mantienen las condiciones necesarias para el desarrollo del complejo de vegetación de costa arenosa.

Tampoco se aprecia una disminución de la densidad de colonias de arrecifes coralinos por metro cuadrado en los muestreos realizados, y el por ciento de colonias con mortalidad reciente es bajo.

Por demás vale la pena la dedicación del grupo de científicos del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (CESAM) de Villa Clara y del resto de los organismos e instituciones involucradas en devolverle la salud al entorno, a pesar de que el CC y las playas continúen como enemigos irreconciliables.

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