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Cervecería Manacas: Brindis por la fría

Cervecería Manacas: Brindis por la fría

La Cervecería Antonio Díaz Santana, de Manacas, arribó a su sexta década de existencia empapada entre caldos productivos y la pasión de quienes, desde allí, labran su propia historia

Por Ricardo R. González

Foto: Carolina Vilches Monzón

Una hilera de botellas verdes y carmelitas avanza en perfecta disciplina. La estera indetenible las conduce por los diversos laberintos en busca de la refrescante cebada. El recorrido es largo, mas así ocurre con cada uno de los envases en la Cervecería Antonio Díaz Santana, de Manacas.

Un promedio de 45 minutos desde que inician el recorrido hasta que salen bajo el rótulo de Las Brujas o del sitio geográfico que les dio vida, mientras tanto varias miradas siguen atentas la cadena productiva con el propósito de detectar algún tropiezo en el camino.

La escena se repite un día y otro en una instalación que labora durante las 24 horas, sin conocer las bondades de un sábado, lo apacible de un domingo, o el receso de días festivos porque solo detienen las funciones cada primero de enero o en la jornada inicial de mayo.

Osmany Claro Lajares guía los destinos de la entidad que acaba de arribar a su sexta década de existencia. No tiene varita mágica para solucionar contratiempos ni métodos fantásticos que predicen imprevistos, mas conoce de varios dolores de cabeza y de cuando la tensión arterial se eleva ante disimiles contingencias como la ocurrida, hace unos 20 días, cuando lo llamaron a la casa a las 4:00 de la madrugada ante un problema tecnológico existente.

«Si algo reconforta y vence obstáculos resulta la grandeza de nuestra gente que tiene que enfrentarse a diario a los caprichos de una tecnología mixta completamente en desuso. Máquinas e implementos procedentes de la otrora Yugoslavia, o de Portugal, España, Alemania, u otras americanas originales que datan de 1953, en los tiempos de la antigua Bacardí».

Sin embargo, las sendas de sueños y empeños se transita con

438 trabajadores; de ellos, un centenar de mujeres, y entre todos   el 80 % vinculado a las faenas productivas.

MEJOR DICIEMBRE

Ahora su colectivo abraza la prueba de fuego, pues diciembre constituye el mes más alto en las encomiendas, y los compromisos indican 106 mil cajas de cerveza embotellada, 78 mil de dispenser, y unas 205 mil a granel.

Todo aparece como un abanico que trata de abrirse en medio de retos concretos, y en la agenda de pretensiones figura, también, la puesta en funciones de la planta destinada a licuar CO2, como elemento esencial para la elaboración de cerveza dispensada, lo que impone en estos momentos viajar a tierras agramontinas en busca del gas.

Otro de los desvelos de Osmany y su colectivo radica en la línea de embotellado que, por su arcaica tecnología alemana de la década de los 80, ocasiona roturas y paralizaciones, en tanto no descuidan lo concerniente a la lavadora de envases y la llenadora que ofrecen entre si la complejidad de la industria, cuya razón de ser insiste en producir cerveza de calidad.

Si bien el complejo admite esta como renglón principal, no debe menospreciarse que la producción de maltas constituye otro de los renglones con reconocimiento popular a escala nacional.

«Existen unas 10 mil cajas en espera debido a limitantes tecnológicas. Ello figura como otro de los retos para diciembre, aunque su proceso resulta más complejo que la cerveza, y muestra  descomposiciones de una manera rápida», sustenta Osmany.

A la hora de autoanálisis comprenden que no han obtenido los saldos económicos deseados, mas los trabajadores están ahí, e insisten, contra vientos y mareas, para aportarle a su cadena productiva.

No por gusto la Cervecería Manacas aparece entre las 60 entidades villaclareñas inmersas en el Perfeccionamiento Empresarial. Para 

Eduardo González López, director de capital humano, insertarse al proceso les ha permitido mejor organización, mayor control, y penetrar en un mundo con visión del detalle.

Estas enseñanzas revierten hacia hombres y mujeres a los que le brillan los ojos o se le enrojece el rostro cuando hablan de su empresa. Algunos de ellos con más de medio siglo de labor que sienten el orgullo de declararse cerveceros de profesión.

Gentes de bien que no piden estímulos materiales, a los que se les atiende según sus problemas en una era llamada a fortalecer valores. Por ellos, la entidad invierte a diario de 110 a 120 litros de combustible en los viajes para el traslado de la fuerza laboral residente en, en su mayoría, en el poblado de Cascajal y en la cabecera municipal.

Y vale el distingo a esos choferes levantados desde las 3:30 de la madrugada a fin de estar, una hora después, en los puntos de recogida habilitados con el propósito de darles, entre todos, los buenos días a la vida.

En fin, cubanos que saben amar con sentimientos y pertenencia. De esos que también merecen un brindis por la fría.

CERVECEANDO

— Cuba dispone de cuatro entidades productoras, y en el caso de la nuestra entrega cerveza embotellada a Villa Clara, Matanzas, Cienfuegos, Sancti Spíritus, y La Habana, en tanto la dispensada llega a la Atenas de Cuba, la Perla del Sur, y el territorio anfitrión, al igual que la de a granel, mientras los caldos o sustento de la cerveza tocan a la puerta de Pinar del Río y El Cotorro.

— El plan anual asciende a 4 millones 200 mil cajas de cerveza; de ellas, 975 mil son embotelladas. Se pronostica un incumplimiento de 250 mil cajas debido a las irregularidades tecnológicas.

— En el caso de la dispensada cumplirán con 730 mil cajas. También augura buenos saldos la de a granel, no así los caldos que ya avizora incumplimientos motivado por dificultades de transportación y otras circunstancias de las embotelladoras que reciben el producto.

— Con etiqueta Las Brujas sale el producto destinado al MINCIN, y la Manacas se entrega para otros organismos.

EL CORAZÓN DE LA FÁBRICA

Les presento a Saúl Alonso Pineda, un hombre que llegó a la Cervecería Manacas hace 17 años, y desde entonces sus neuronas no han dejado de aportarle al desarrollo de la industria.

Forma parte de los 25 integrantes del Comité de Innovadores y Racionalizadores (CIR) perteneciente al área de mantenimiento y embotellado, y reconoce que en cada equipo hay una huella de ingenio creativo impuesto por los cambios tecnológicos junto a la carencia de piezas ya descontinuadas.

«Uno de los empeños mayores fue la recuperación del pasteurizador americano, existente desde antes de 1960, como eje vital en la línea de embotellado al intervenir en la purificación de las botellas. Está valorado en unos 600 mil dólares en el mercado internacional».

Para Yusimí Pérez Franco, directora de Tecnología y Desarrollo,

las cifras hablan dentro de un colectivo con cuatro CIR y más de 130 innovadores, incluidas féminas con destacada participación en los eventos de mujeres creadoras.

Solo en este año se han presentado, entre todos, unos 50 trabajos con un efecto económico total ascendente a 4 millones 826 mil 899 pesos

Aunque la recuperación del pasteurizador despunta como el más relevante, hay que agregar el colador parabólico para retirar impurezas en el papel de las etiquetas, y las acciones realizadas ante el derrumbe de un segmento del techo en un área, en cuya recuperación y funciones posteriores estuvo la mano de los innovadores convertidos, sin dudas, en el corazón de la fábrica.

También puede ver este material en:

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